*✿❀ 𝟚𝟜 ❀✿*

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Mi respiración empezó a ser acelerada y casi podía oír el sonido de los latidos de mi corazón ir cada vez más rápidos. Taeyong fue el primero en entrar al comedor, seguido de Yuta.

Yuta se veía cansado, debajo de sus ojos estaban las mismas ojeras que ayer, todavía tenía puesto su pijama -probablemente Tae le acaba de despertar- y su pelo se veía desordenado.

Detrás del japonés entró Jeno, con las mismas pintas que Yuta: pijama, ojeras y pelo revuelto.

Sin embargo al entrar el último de los cuatro, Haechan, mi corazón se estrujó.

El menor tenía no sólo ojeras más acentuadas que los demás, el morado debajo de sus ojos contrastaba con el rojo encendido de los mismos y su nariz, a la vez que el pálido del resto de su rostro se hacía notar más. Haechan parecía realmente mal.

Quise correr a él y darle un abrazo, pero me encontraba paralizada mirándolo fijamente. El menor también me miró a mi, fueron varios segundos los que no pude hacer nada. En cuanto salí de mi trance, caminé hacia Haechan y le cogí de la mano, sacándolo de la cocina y llevándolo a mi cuarto.

Cerré la puerta y lo senté enfrente de la silla de mi mesa de estudio, me senté en la cama que apenas estaba a un metro del asiento y sostuve sus dos manos. Pude notar como el chico tenía la mirada puesta en cualquier cosa, mejor dicho, no tenía la mirada puesta en nada específico. Probablemente los pensamientos pasaban por su cabeza y le atacaban.

Una de mis manos la llevé a su rostro.

- ¿Qué pasa?- acaricié con ternura la mejilla de Haechan, quien tragó saliva y me miró. Aunque esperé durante un minuto, no recibí respuesta- Hyuck, puedes contarme lo que sea- el chico conectó nuevamente nuestras miradas después de haberla apartado previamente.

Entonces su mano se dirigió a su boca ahogando un sollozo que no pudo aguantar. De sus ojos salieron lágrimas al instante. Aprovechando que la silla era de ruedas, tiré de ella para acercarla a mí y así poder abrazar a Haechan.

El menor sin vacilar correspondió el gesto, dejando escapar algún sollozo más. Acaricié su espalda dejando que llorara si lo necesitaba.

- Noona- se separó y suspiró para poder aguantar el llanto- anoche me preocupé mucho- su voz era casi un susurro- me dio miedo verte así.. por un momento pensé que...

No acabó la frase, no parecía capaz de hacerlo. Me sentí culpable, estaba actuando de forma impulsiva sin tener en cuenta el daño que le hacía a los chicos.

-Perdón, hyuck, no debí hacer algo así- volví a abrazar su cuerpo que ya no temblaba- perdóname, no volveré a asustarte.

 Una vez estaba más tranquilo, bajamos a la cocina y los chicos estaban sentados en la mesa esperando.

Nos sentamos y en silencio Haechan empezó a comer. La situación era un poco incómoda. Taeyong también comenzó a desayunar, pero Yuta y Jeno no parecía que fueran a empezar. Jeno miró a su hermano llevarse la cuchara a la boca, Yuta observaba a Jeno. Era como una cadena, Yuta a Jeno, Jeno a Tae y Tae a sus cereales.

-¿No comerás nada?- Taeyong levantó la vista mirando a Jeno.

- Voy- el menor rápidamente sostuvo entre sus manos el cubierto y empezó a desayunar. Yuta copió la acción de Jeno y yo decidí hacer lo mismo.

Al terminar de desayunar Jeno y Taeyong se ofrecieron a recoger, Yuta también quiso ayudar.

- Noona, deberían salir Haechan y tu a comprar algo para luego.

Miré a Jeno que había sonreído al terminar de decir eso, supuse que aquello tenía doble intención; Jeno sabía que su amigo no estaba bien.

-Me parece bien, Donghyuck tiene buen gusto para decidir que comer- miré al mencionado que seguía mirando su plato, suspiré y caminé hacia él- Haechan...

- Dime- levantó su cabeza sorprendido.

- Ve a vestirte.

El chico salió de la cocina y miré a Jeno.

- ¿Hay algo que esté abrumando a Haechan? Es decir, a parte de... Nana.

-Creo que deberías verlo por ti misma- la sonrisa de Jeno esta vez fue más una mueca que otra cosa, asentí y salí de la cocina. Haechan bajó ya vestido y le di la mano para salir de casa.

Se sentía extrañamente familiar, sostener la mano de Haechan así me recuerda a cuidar de mi hermano. Llegamos a un supermercado y entramos para buscar algo de comer. Haechan parecía distraído, pero aún así me ayudó a elegir que comprar. Al terminar de pagar le pedí que esperara un momento mientras iba al baño. Algo me decía que pasa algo, ya que desde que habíamos salido del local el menor miraba a los lados inquieto, como si alguien estuviera allí.

Entré al aseo y después de hacer mis necesidades salí para lavarme las manos. En los lavabos habían dos chicas que acababan de entrar.

- Que horror ¿Te fijaste? a la entrada había un pobre chico que estaba siendo acosado por un grupo- escuché que le dijo una a otra.

- Se veía asustado... serán compañeros de su escuela. Tiene pinta de ser estudiante.

Algo se revolvió dentro de mí, salí del baño y al llegar a la entrada vi que donde estaba Haechan ahora había un grupo de tres chicos, parecían un poco mayores que el, pero no que yo. Me acerqué furiosa, uno de ellos levantó la mano frente el rostro de Haechan, di un paso largo y sostuve la muñeca de aquel niñato. El chico se sorprendió y soltó mi mano dando un paso al lado contrario en el que yo estaba. Aproveché el momento para ponerme al lado de Haechan.

- ¿Quienes sois?- mi voz sonó seria, fuerte.

- Somos solo sus amigos ¿Verdad "weepy"?- uno de los otros dos respondió, mirando con una asquerosa y arrogante sonrisa al menor a mi lado.

- Repite ese apodo- miré enfadada al chico. Mi nivel de inglés no es para nada malo, y sé de sobra que weepy significa llorón.

- ¿El qué? ¿Weepy? No se preocupe, es un apodo, somos mejores amigos- el chico sonrió una vez más. Me cansé de ver esa expresión, borré la mueca de burla con una cachetada.

- Desapareced de mi vista- el chico me miró sorprendido- no os atreváis a acercaros a él.

- ¿Quién eres? ¿ Su novia?- el chico que no había hablado soltó una risa.

La adrenalina me estaba consumiendo, me sentía desesperada por defenderle.

- Soy su hermana.

ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora