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Desperté gracias a la enfermera, ya eran las diez de la mañana y el hecho de haber dormido sin pesadillas ni despertarme a mitad de la noche no pudo sorprenderme más. La mujer sonrió y me dijo que me habían dado medicamentos para dormir y así beneficiar al proceso de recuperación.

- Dentro de una hora vendrá la psicóloga, si quieres puedes darte una ducha antes- medité la propuesta de la sanitaria. Honestamente me dolía todo y no me hacía ilusión forzarme a estar de pie.

- Creo que prefiero ducharme en otro momento, si puede ser.

- Por supuesto- la enfermera salió y a los minutos un enfermero me trajo el desayuno. No hay nada más estresante que estar en una cama de hospital, sin poder caminar ni salir a ningún lado, sin tener a alguien con quien hablar. Igual si esto hubiera ocurrido en otras circunstancias, mis padres pasarían el día conmigo aquí.

La hora pasó más rápido de lo que pensé, la psicóloga entró a mi habitación y se sentó en la silla en la que había estado sentado Taeyong ayer.

- Buenos días, Daram- la mujer sonrió haciendo una pequeña reverencia- Vamos a hablar un poco de tu vida.

Me acomodé en la cama y miré al frente asintiendo.

- ¿Cómo es tu relación con tu madre?- me quedé unos segundos callada pensando en que decir.

- Tengo buenos recuerdos de cuando era pequeña. Una vez nació mi hermano... Todo era un poco raro, Jaemin a veces se portaba de forma extraña y mi madre le castigaba por cosas que no eran realmente gamberradas. Cuando llevamos por primera vez al psicólogo a Jaemin, fue solo mi padre con él. Mi madre en casa estaba muy rara, hablaba por lo bajo y no quería parar de hacer cosas. Me desesperé y le dije que me contara que pasaba, en ese momento dijo muchas cosas, barbaridades.. sobre Jaemin. Le grité y discutimos, ahí empezó el declive de mi relación con ella. Desde ese día, empecé a irme de casa cuando discutíamos para ir a la casa de uno de mis mejores amigos, supongo que eso no le hacía gracia a ella.

- ¿Y a medida que Jaemin empeoraba?

- Cuando cumplí los catorce hubo una fuerte discusión en casa. Desde ese día empecé a hacerme cargo yo de Jaemin y de su tratamiento, ellos no parecían preocuparse por él. Empecé a tenerles un poco de rencor. Luego de la muerte... de Johnny, mi novio en ese momento, Jaemin se pegó más a mi. Mi madre se ablandó un poco y todo parecía mejorar... claramente me equivoqué.

- ¿Y con tu padre?- miré a la mujer por un segundo y luego volví mi mirada al frente.

- El primer día que discutí con mi madre, el se puso de su parte. Cada vez que nosotras nos peleábamos, él defendía la postura de ella y me reñía. La relación es la misma, cuando murió Johnny pareció mejorar, pero solo fue una temporada mínima.

- Vale- asintió y cruzamos miradas- ¿Te importaría si hablamos de Jaemin?

- El mejor día de mi vida fue cuando él nació. Jaemin era un rayo de luz, de bebé su risa resonaba en casa todo el día. Hacía las típicas gamberradas, pero nada fuera de lo normal. Hasta los dos años, en los que empecé a notarle extraño. Por las noches se ponía a llorar y a gritar, cuando lo llevaba a mi cuarto conmigo me abrazaba y balbuceaba cosas. Si le preguntaba, el siempre decía lo mismo, que no le dejaban dormir. Que algo le miraba todo el rato y le daba miedo. Al principio mis padres no le dieron importancia, los niños a veces ven cosas que no hay, por miedo... pero cuando cumplió los seis años, todo empeoró. Jaemin no dormía por las noches, se distanciaba de sus compañeros, balbuceaba cosas al aire, lloraba repentinamente... Mis padres le llevaron al psicólogo infantil por eso. Después de medio año, nos empezaron a dar diagnósticos, a los siete nos confirmaron que Jaemin tenía esquizofrenia infantil. Antes nos habían dicho que era posible que fuera un TDAH, pero luego lo habían descartado. Jaemin siguió empeorando, pero en verdad seguía siendo el niño de siempre. Hubo un lapsus de tiempo en el que se estabilizó, de los nueve a los once años todo parecía ir bien. Luego de la muerte de Johnny me encerré en él, hablábamos todo el rato, yo lloraba por las noches preocupada por él y dolida por la muerte repentina de Johnny, Jaemin me consolaba siempre que podía. Al final su esquizofrenia fue ayudando a que surgieran brotes psicóticos. Y acabó de la peor manera.

- Muy bien, ahora hablemos un poco de tus amigos ¿Quieres empezar por alguno en específico?- negué con la cabeza- antes mencionaste a un exnovio, empecemos por él.

- Conocí a Johnny de pequeña, rápidamente formamos una amistad muy cercana. Crecimos juntos, asistiendo al mismo colegio. A medida que crecíamos, Johnny se iba haciendo popular, al igual que mis otros dos amigos. Él siempre fue muy protector y cariñoso, no nos dimos cuenta de que poco a poco nos empezamos a gustar. La relación iba genial... Johnny realmente era alguien que merecía la pena...  Johnny empezó a tener problemas en casa y consigo mismo. Intentamos que fuera al psicólogo pero siempre decía que no estaba mal, que no necesitaba ayuda. Al final si la necesitaba... se le juntó todo y decidió acabar con su vida.

- ¿Cómo te sientes sobre ello?

- Le echo de menos... Creo que he podido superar mi enamoramiento por él, pero no su muerte... No he querido pisar el cementerio. Sus padres volvieron a Estados Unidos tras la muerte de John, no llegamos a hablar antes.

- Muy bien. Ahora hablemos de tus otros amigos.

- Puedo seguir con Yuta- la mujer asintió- Le conocí de pequeña, igual que a Johnny. Más o menos todo fue como con John, Yuta era como un hermano, siempre cuidaba de todos y nos ponía por delante de él en todas las cosas. Al igual que Johnny, empezó a ser popular entre la gente, pero nunca dejó de ser el mismo Yuta. Cuando Johnny falleció, me alejé de ellos... No sé que fue de él durante todo este año, no me han dicho exactamente, solo sé que sufrió mucho.

- Muy bien, hablemos de una última persona.

- Taeyong.

- ¿Es tu otro amigo?

- Algo así...

ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora