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Las pocas personas que estaban aquí iban calladas, haciendo el menor ruido mientras miraban a los nichos situados a varias alturas, probablemente buscando la de su familiar o amigo. Yo en mi lugar, estaba tratando de recordar el número del pasillo donde me habían dicho que estaban Johnny y Jaemin. El ruido de mis zapatos contra el hormigón chocaba con el de mi respiración agitada. Los nervios me comían por dentro mientras intentaba saber como iba a reaccionar ante las lápidas de los dos.

Mis ojos se centraron en una de las losas de mármol.

Seo Johnny

1995-2012 (17 años)

El mejor hijo, amigo y novio que tuvieron sus seres queridos.

Un sollozo se escapó de mis labios al leer la frase. Sé que los padres de Johnny me querían y tenían consciencia de lo buena que era nuestra relación. Los dos se fueron del país tras la muerte de su hijo, me hubiera gustado poder darles un abrazo más antes de que se mudaran.

Mi corazón se detuvo al leer el nombre que estaba a la derecha de Johnny.

Na Jaemin

2000-2013 (13 años)

La sonrisa brillante que le dio felicidad a quienes más quería. Nana.

Me puse de cuclillas al leer todo eso. Simplemente el pensar que hay dentro está la urna con los restos de mi hermano pequeño me dolía. El "Nana" no lo elegí yo, pero realmente cumple la función de plasmar la esencia de mi pequeño Jaemin.

Me acerqué a las dos lápidas y deje en cada una unas flores, apoyadas en los bordes donde habían dos fotos respectivamente.

En las dos aparezco yo.

Dejé algunas lágrimas caer por mis mejillas mientra uno de mis dedos acarició el nombre de Jaemin grabado, y luego el de Johnny.

- Espero que cuides de Nana- susurré. Me alejé un poco e hice una reverencia de 90 grados hacia las dos losas, para luego salir de allí antes de derrumbarme. Caminé apresurada hasta la entrada del cementerio donde esperaba Taeyong. Me dejé atrapar en sus brazos y el llanto que estaba reteniendo salió mientras Tae me acarciaba el pelo. Aunque estuviera llorando, me sentía liberada, de haber visto las tumbas. Hasta hace unos meses no hubiera sido capaz ni de pisar este sitio pero ahora lo había hecho. Este último tiempo lo había dedicado a cuidar de mi estabilidad mental y superar ciertas cosas.

Hace dos semanas mis padres me contactaron, se habían enterado de mi intento de suicidio gracias a la madre de Taeyong. Que, por cierto, por fin había vuelto a Corea. Unos días después de empezar a salir, Taeyong me confesó la verdadera situación de sus padres. Fue muy reconfortante reencontrarme con ellos, quienes nada más verme me abrazaron y prácticamente parecían mis propios progenitores.

Pero, hablando de ellos, me llamaron. La verdad fue incómodo, sobretodo teniendo en cuenta que las últimas palabras que cruzamos fueron solo de desprecio. Me contaron que se sentían mal pero aún así no podían volver, aparte de porque creían que yo merecía espacio, al parecer algún familiar- que no especificaron- estaba enfermando de forma grave y además mi padre tenía una buena oferta de trabajo. Replantearon el mandarme dinero, prologándolo hasta que acabara la universidad.

ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora