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Bajé de la cama en silencio, salí del cuarto y entré al mío y me metí al baño después de coger un pijama. Todavía mi cuerpo temblaba y el agua caliente parecía reducirlo poco a poco. Dejé que el chorro cayera encima de mi cuerpo, sin más. Mi mente viajaba mientras por toda los recuerdos que tengo de él.

Flashbacks

«Jaemin sacudió mi cuerpo interrumpiendo mi sueño. El pequeño de tan sólo cinco años subió en mi cama eufórico por bajar y abrir los regalos. Salí del calor de mis sábanas y le di la mano al pequeño. Caminamos descalzos y de puntillas hasta las escaleras y me miró atentamente con sus ojos redondos y brillantes. Sonreí y me agaché para que él subiera en mi espalda. Bajé los escalones llegando hasta el piso inferior. Jaemin jugaba con mi pelo mientras me acercaba al árbol. En ese momento mis padres bajaron también animándonos a abrir los paquetes. Jaemin golpeó suavemente mi hombro derecho indicándome que le bajara. En cuanto sus pies volvieron a hacer contacto con el suelo sus piernas se movieron lo más rápido que podían hasta el conjunto de regalos. Se sentó frente a ellos y me miró esperando a que me pusiera a su lado. Una vez juntos, el buscó un regalo para mi y otro para él.»


« Salí de puntillas intentando no hacer ruido, entré al cuarto de Jaemin y tras cerrar la puerta caminé hasta su cama. El cuerpo del menor temblaba ya no solo por el llanto sino por el miedo.

-Haz que pare.

Me subí en su cama metiéndome entre las sábanas e incorporando levemente su cuerpo, para luego apoyarlo en el mío y acariciar su rostro que estaba empapado de lágrimas.

-Ya está, estoy aquí.»

Fin de los flashbacks

Salí con el pijama puesto y mas cicatrices que antes del cuarto de baño. Me senté en mi cama sin saber que hacer. Eran ya las ocho de la noche y mi estómago rugió dándome algo que hacer. Bajé hasta la cocina y calenté varios botes de rámen instantáneo. Dudo que ninguno se vaya a quejar después de todo. Una vez la cena hecha llamé a los chicos y cenamos en silencio.

Para dormir Jeno y Haechan me pidieron permiso para dormir en la cama de Nana, acepté sin dudarlo. Tienen el derecho de querer estar ahí. Yuta se conformó con el cuarto de mis padres y levantando sospechas para los demás, Taeyong iría conmigo en mi cuarto.

Los chicos subieron a ducharse y lavarse los dientes y yo me quedé en el salón haciendo realmente nada. Pensando. Pero luego de un rato Taeyong bajó a buscarme ya duchado, por lo que subimos al cuarto.

Los tres restantes estaban ya en sus camas. Primero fui a darle un abrazo a Yuta, luego con los nervios a flor de piel entré al cuarto de Nana y me acerqué a la cama donde estaban ya Jeno y Haechan. Me enternecía ver que estaban llevando esto juntos. Les di un beso de buenas noches y finalmente volví a mi habitación donde ya estaba Taeyong esperándome.

Me ofreció su mano, la cual acepté sin dudarlo demasiado. Empujó de mi hacia su cuerpo, cubriéndome luego con sus brazos y besando mi cabeza. No hicieron faltas palabras cuando sus labios se encontraron con los míos. Por primera vez en horas sentí una paz inundarme. Mis manos viajaron por su cuello acercándonos mas y las suyas sin embargo fueron hasta mi cintura, dejando caricias en el camino. El sonido que hacia el contacto de nuestros labios mas que resultar obseno era melódico, seguía un cierto patrón y era poco audible.

Su boca se alejó por unos segundos, cogiendo aire y cambiando la posición de sus manos, que fueron hasta mi rostro. También inclinó su rostro de forma contraria a como estaba antes, para luego volver a juntar nuestras bocas. No quería separarme, no quería dejar de sentirme tranquila. Yo también modifiqué la locación de mis extremidades, que ahora estaban en sus hombros. Sin despegarnos nos recostamos en la cama, Tae nos cubrió con las sábanas y siguió el beso durante bastante rato más. El aire ya era algo necesario por lo que tuvimos que separarnos. Con suavidad su mano acarició mi rostro.

- Duerme- el susurro vino con un último beso.

Me acurruqué en su pecho y cerré mis ojos. El aroma de Taeyong era esta vez el que invadía mi sentido del olfato, y era tan dulce y carismático que fue un factor que provocó que mis sentidos empezaran a apagarse. Poco a poco no era consciente de lo que pasaba por mi mente.

Estaba a punto de dormir cuando las imagenes del cadáver de mi hermano aparecieron frente a mí. Quería dejar de verlo pero algo no me permitía abrir los ojos. Otra vez la sensación de ahogarme. Trate de meter aire en mis pulmones, pero no podía. El aire no parecía ir a mis pulmones, abrí la boca tratando de forzar a que algo entrara pero nada lo hacia. No importaba cuanto lo intentara, el oxígeno no estaba presente y me empezaba a desesperar.

Tampoco podía moverme, hasta que un espasmo me sacudió y por fin pude sentir como mi pecho volvía a subir y bajar. Mis ojos y el resto de mi cuerpo por fin reacciono. Me incorporé de golpe y Taeyong se despertó en ese instante.

- ¿Daram?

Le susurré que iba al baño, me levanté y prácticamente corrí. Cerré con llave y me dejé caer en el suelo, llorando en silencio. Una vez más perdí el control de mis acciones. Sin saber porqué, desbloqueé la puerta pero no la abrí, seguí haciendo lo que juré no hacer.

No podía parar por mi misma, no hasta perder las fuerzas. Miré decepcionada el suelo del baño que tenía gotas del líquido carmín y aquel objeto. No quería ver mi cuerpo, no quería admitir lo que había pasado. Entonces escuché pasos, parecían lejanos pero sé que no lo son. Fueron mas de veinte, eran cortos y lentos. Me emocioné al imaginar a Jaemin siendo el dueño de ellos. Pero la realidad me golpeó cuando el que abrió la puerta era Taeyong, que en el momento que hizo contacto visual conmigo y su cerebro comprendió lo que pasaba, corrió hacia mi.

ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora