Subí en el ascensor, junto a un hombre en silla de ruedas y dos médicos. Esperé la última en él, hasta llegar al primer piso y poder salir a la recepción. Crucé el espacio lleno de gente hasta unas puertas de cristal que daban al jardín del lugar. Al salir al exterior, y adentrarme un poco por el camino de piedras, observé el sitio.
Estaba cuidado, las plantas de colores adornaban el césped de un tono verde vívido. Habían varios árboles a los lados y una pequeña fuente en medio. Conté un total de ocho bancos en todo el jardín. En uno de ellos había una niña que debía tener siete años, con una pierna escayolada y su madre al lado, jugando con ella a las manos. En otro banco había un chico mayor que yo, no pude decir que tenía, pero se veía triste. Mirando a la fuente, había una mujer con un pañuelo en la cabeza y un niño pequeño de la mano.
No me gustaba ver a todas estas personas, algunas enfermas y otras heridas. Un niño salió corriendo hasta el chico de antes, le llevó una flor que él cogió. Entonces pude notar que su brazo era muy delgado y el tono de piel de su mano era casi grisáceo. Aparté la mirada y caminé hasta un banco más alejado, sentándome en él.
Algunos pájaros se posaban de vez en cuando en la fuente, bebían agua y luego volvían a volar y alejarse.
- Si no miras a las personas, el jardín parece un parque más- una voz adulta sonó a mi lado. La mujer de antes se había sentado, sin la compañía de su nieta- Una se acostumbra.
- Es un poco deprimente, pero tiene razón- sonreí a la mujer quien me devolvió el gesto.
- ¿Qué te trajo por aquí?- preguntó.
- Sufrimiento, malas decisiones... Digamos que no pude manejarlo todo- confesé- ¿Y usted? Si no es muy grosero de mi parte.
- Cosas de la edad, pero tengo a mi nieta que me cuida, ahora mismo fue a por comida- contó feliz- Lo importante en la vida no es vivir sin ningún problema o error, lo importante es siempre tener a una persona de compañía y la mejor calidad de vida posible.
Asentí ante las palabras de la mujer.
- Eres joven, errores comete cualquiera- me animó- lo importante no es no hacerlos, sino remediarlos y perdonarte- dirigió su vista hacia el hombre que yo había observado antes- Aún estando aquí, la gente le sonríe a sus seres queridos y son visitados por ellos. Quienes no tienen ninguno, son acompañados por sanitarios que les dan conversación y entretienen- miró esta vez a la mujer del pañuelo- Te veo sola, pero no triste... Es curioso.
- Mis seres queridos hoy no vinieron, deben descansar. Sé estar sola conmigo misma- miré a la mujer- El hospital tiene ya suficiente personas tristes ¿No cree usted?- Soltó una pequeña risa y asintió.
- Tienes razón, hija, tienes razón- la mujer me miró una última vez- mi nieta se acerca, iré con ella antes de que se aburra. Suerte en el futuro, espero no volver a verte- me guiñó un ojo y caminó hasta la adolescente.
Sentí una sensación de calidez disiparse cuando la señora se fue. Pero a la vez, me sentí conmovida por las palabras que dijo. Me levanté y di una vuelta al parque antes de volver a subir en el ascensor y dirigirme a mi habitación. Entré y me senté en la cama pensando en que podía hacer.
Después de dos minutos me levanté y decidí tumbarme en la cama y simplemente acostarme a dormir. Era temprano pero mi mente estaba agotada al igual que mi cuerpo. Una vez recostada, por debajo de las sábanas finas de hospital, bajé un poco el pantalón de pijama dejando ver gasas y otras cosas pegadas cubriendo mis cortes, al igual que vi en los brazos y abdomen. Volví a dejar la ropa como estaba y a subir la mirada hasta el techo de la habitación.
No quise acabar así, en un hospital tumbada sin saber que hacer después de haber hecho lo que hice. Sin querer dar más riendas libres a mis pensamientos, cerré los ojos y me forcé a intentar dormirme.
La enfermera entró despertándome.
- Buenos días- me incorporé y dejó el desayuno- Esta tarde te damos el alta- Se sentó en la silla y me miró- Tienes una cita con el psiquiatra y la psicóloga en un rato.
- Está bien- le sonreí a la mujer que tan amable había sido conmigo- ¿Puedo darme una ducha antes?
Me ayudó a ir al baño, aunque ya no me era difícil caminar, y después de ducharme yo sola ella curó una última vez las heridas pero sin dejarlas cubiertas.
- Ya no corren peligro de infectarse- explicó al verme un poco incómoda- es mejor que la piel respire.
Se fue después de asegurarse de que me sentara en mi camilla una vez vestida. Me acosté mirando el techo y dejando el tiempo pasar. La espera del psiquiatra y la psicóloga no fue tan larga, entraron y se sentaron en las sillas donde lo hicieron el otro día.
- Bueno, van a darte de alta y necesitamos acordar tu siguiente sesión- anunció la psicóloga sacando un cuaderno azul que supuse que sería una agenda- Ayer lo hiciste muy bien, necesito verte lo antes posible para que termines de hablarme de algunas cosas.
- Puedo cualquier día- la mujer me miró y asintió.
- Quiero verte en un mes- el psiquiatra me miró después de sacar otro cuaderno- te daré una cita para dentro de un mes ¿Vale? Necesito que primero me den un posible diagnóstico.
Supuse que eso significa que creen que puedo tener algo que necesite tratar.
- Yo te veo en una semana- la mujer cerró el cuaderno después de apuntar una fecha- Te contactaré por teléfono para notificarte el lugar y la hora.
Después de unos minutos los dos se levantaron y después de despedirse se fueron.
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ʜᴀᴢᴍᴇ sᴏɴʀᴇɪ́ʀ
Hayran Kurgu- Haré que seas la misma de antes. - ¿Como harás eso Lee? - Dímelo tu- se acercó más a mí- ¿Qué debo hacer? - Hazme sonreír. 6 #leehaechan ( 4/06/21) 5 #leehaechan ( 11/06/21) 20 #yuta (25/06/21) 17 #yuta (30/06/21) 92 #leetaeyong (26/08/21) 1 #tyt...