28- Ignore everyone

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Una rabia interna comienza a florecer de manera descontrolable en mi interior. ¿Verdaderamente Flint ha lanzado una bludger hacia mi hermano a posta?

Riddle me mira preocupado, mientras yo entro en un estado de shock y confusión interno en el que intento unir la piezas de este puzzle tan alarmante que se me ha presentado ante mí. Lanzar una bludger a una velocidad abismal hacia mi hermano. Podría haberle llevado al hospital San Mungo durante un mes como mínimo.

Mientras Riddle se acerca a revisar el bienestar de mi hermano, con el corazón mil llamo a Flint, que llega volando con su escoba hasta caminar sobre la grada.

-¡Serás imbécil! -me acerco cuál demonio hacia él, que me demuestra con su cara su incomformismo respecto al desenlace de su lanzamiento, y sin pensarlo dos veces estampo la palma de mi mano estruendosa contra su moflete-. ¿Por qué has hecho eso? ¡Sé que ha sido a posta!

Me dispongo a abalanzarme sobre él, pero unos brazos imponentes me rodean por la cintura e impiden que lo haga. En el momento me doy cuenta de que todos los jugadores nos miran preocupados desde los aires.

-¡Suéltame! -le grito a Riddle.
-Erika, cálmate -me susurra tranquilizador.
-¿Pero cómo quieres que me calme? -digo a punto de perder los nervios-. ¡Podría haberla matado! ¡Tú mismo lo has dicho, Tom!
-¿Él qué cojones hace aquí? -me grita a unos metros Flint-. Y con esa mierda de cámara muggle. Los sangre sucia no tenéis sitio aquí, no merecéis esto.

Al instante, Ridlle me suelta y da zancadas amenazantes hacia Flint.

-Cállate o las consecuencias serán muy negativas -le señala con el dedo.
-¿Estás de coña? Riddle, son sangres sucia. No merecen rodearse con nosotros, ni educarse con nosotros. Tú mismo lo dices siempre.
-Kleine -Riddle señala a mi hermano-. No hizo nada. Tiene el mismo derecho que yo a estar aquí. Puedes opinar como quieras, Flint, pero no tienes el derecho de dañar a alguien inocente así.

Escucho como mi hermano llora silenciosamente, lo que hace que mi odio interior renazca y haga que me dirija nuevamente hacia Flint.

-Erika, por favor -me pide Riddle-. Sólo harás que empeore.

Le hago caso. Al fin y al cabo, pegar a Flint no me traerá buenas consecuencias, salvo el grato placer de verle sufrir fisicamente con mis propias manos.

-¡Se lo diré al director! -me grita Flint nuevamente en la lejanía, mientras se frota la marca roja que le está empezando a salir en el moflete.
-¡Oh, no hace falta! -le espeto-. Ya hablaré yo misma con el director. A ber qué le parece tu intento de homicidio.

Alcanzo la mano de Eric y le saco apresuradamente del palco de espectadores, observados por una apenada Amy que está al borde de las lágrimas.

-No pasa nada, Erika -murmura mi hermano, intentando impedir mi apresurado paso-. Ya estoy acostumbrado.

Me freno en seco y le miro apenada.

-¿Acostumbrado a qué?
-A que se metan conmigo -dice-. ¿No te has dado cuenta de que tengo muy pocos amigos?

Apreto los ojos con impotencia. Mi deber en Hogwarts era proteger a mi hermano y asegurarme de que fueran buenos años para él. Pero tengo el sentimiento de que no le he protegido en absolutamente nada.

-Alec, no te puedes acostumbrar a ello. No debes acostumbrarte a algo que no mereces.
-Pero tú misma lo dices siempre. "Hay que reaccionar con indiferencia. No les hagas ver que te han hecho daño" -me siento atacada por mis propias palabras-. Erika, de verdad que no pasa nada. Ignorar a la gente que nos intenta hacer daño es lo que nos hace fuertes -reconozco al instante la procedencia de esas palabras-. Mamá siempre lo decía.

Palabras como puños, lo llamarían. Me tapo los ojos con las manos, en un intento fallido de evitar que me salten las lágrimas.

-Erika, ¿por qué lloras?
-No es nada, Alec. Sólo que llevo unos días complicados y con una inestabilidad emocional.
-¿¡Wiglaf te ha hecho algo!?
-No, no -río por su ocurrencia-. Está todo bien con Wiglaf. Hazme un favor. ¿Por qué no vas primero tú a hablar con el director Diplet y le cuentas cómo Flint intentó volarte la cabeza? Yo iré unos minutos más tarde, para demostrar que fue tu iniciativa y que eres lo suficientemente independiente para confrontar tú solo tus problemas.
-Mmmm... Está bien -dice dudoso-. ¡Pero no me dejes tirado!
-No -vuelvo a reir-. Venga, voy en diez minutos.

Acto seguido, Alec abandona el estadio de quidditch mientras yo me quedo unos minutos suspirando y echando las últimas lágrimas en la puerta de los vestidores.

-¡Erika! -oigo una voz. Más bien, oigo su voz.

Rápidamente, me seco las lágrimas y sueno los mocos.

<<Pero llorar en frente de Tom, eso es lo peor que prodía hacer.>>

-Erika -llega desde mis espaldas y me toca el hombro con preocupación-. ¿Estás bien? ¿Cómo está tu hermano?

Sin dudarlo, me abalanzo sobre él y le abrazo. De hecho, creo que es la primera vez que nos abrazamos de este modo.

-Gracias por intentar poner a salvo a mi hermano y por defenderme -nos separamos, quedando nuestros labios separados por apenas centímetros-. Tom, lo aprecio mucho.

Noto su mirada divagar cada rastro de mi cara y aterrizar en mis labios, hasta que por el rabillo del ojo veo uns figura negra correr hacia nosotros. Por ello, me separo disimuladamente de Riddle, para recibir a una Amy recien llegada y con cara de cansancio por la gran maratón que acaba de correr.

-Casi se forma una batalla campal entre Gryffindors y Slytherins -trata de recuperar la respiración-. Flint ha hecho algo horrible, y debe pagar por ello.

Se dobla sobre sí misma y se apoya derrumbada en la parez, suspirando. Una vez su respiración se calma, se endereza y camina hacia mí, otra vez al borde de las lágrimas.

-¿Segura de que estás bien? -busca apenada mi mirada. Del mismo modo, noto la preocupada mirada de Riddle sobre mí-. No merecéis esto. Se me rompe el alma ver lo mal que os tratan por ser hijos de muggle.

No puedo evitar lanzar una risa apenas inaudible e irónica, al tiempo que miro el semblante de Riddle cambiar, y cómo aprieta la mandíbula y traga saliva.

-¿Te apetece que pasemos la tarde juntas? -me coje de las manos-. Haze mucho que no hacemos tarde de chicas, y siento que no nos hemos contado muchas cosas.

Intercambio miradas veloces y de cómplice con Tom, bajo la atenta mirada de Amy.

-¿Pero no íbamos a estudiar pociones? -le pregunta Tom frunciendo el ceño.
-Erika es más importante que los estudios -me sonríe, mientras miro a Tom desafiante pero divertida-. ¿Qué me dices, Erika?
-Está bien -Amy da saltitos de felicidad en su sitio-. Pero antes debo hablar con el director.

Amy me agarra del brazo y nos desponemos a salir del estadio.

-¡Pasad una buena tarde de chicas! -me giro para conectar con esos ojos verdes, y otra vez resurgen esas mariposas en mi interior.

Fin del capítulo 28...

¡Hola! Una cosa, ¿no os da mucha ternura Wood? Por que a mí sí :(

-sultansofswing

heirs & romances [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora