3- People like me?

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Miro el reloj. 9:34. Han pasado ya treinta minutos desde que entramos a la biblioteca.

Riddle y Malfoy siguen dando vueltas por la biblioteca, mientras yo apunto datos interesantes sobre Slytherin que he encontrado en un libro.

Cada vez que Tom pasa por mi mesa me mira cabreado, o incluso frustrado. No comprendo el por qué, y me da igual.

Cierro el libro y me levanto para dejarlo en sus estantería. Justo al lado está Tom agachado.

-He acabado con este libro -comento, dejandolo en su hueco.

Escucho como gruñe.

-¿Algún problema? -se levanta rápidamente y me mira igual que antes, cabreado.
-Mientras estemos haciendo este trabajo, no te juntes con Sigurdsson. Es una distracción.

Abro mucho lo ojos, frustrada. ¿Acaba de decir lo que creo que acaba de decir?

-Espera, ¿qué? Primero, ¿acaso Malfoy no es una distracción? Segundo, ¿quién eres tú para decidir con quien voy y cuando? -me enfrento a él. Su mirada es de odio.
-Abraxas no es un distracción.
-Entonces, Wiglaf tampoco.

Nos miramos desafiantes varios segundos. Ninguno aparta la mirada.

-¿Te molesta que me junte con Wiglaf? ¿Estás celoso?
-¡Qué! ¡No! De hecho, pobre Wiglaf si se quiere juntar más contigo. Un chico como él jamás se debería juntar con gente como tú.
-¿Gente como yo? ¿Cómo es esa gente?
-Sangres sucias. Insoportables, pesados, estú...
-¡Pero a ti qué te pasa! -menos mal que estamos entre estanterías apartados de los demás-. ¡Ya estoy harta de tu falta de respeto! ¿Te he hecho yo algo?
-Tontear con Sigurdsson enfrente de mis narices.
-Oh, vaya. Será porque tú y yo no somos nada. ¿Sólo te he hecho eso? ¡Qué suerte! Tú me has hecho el triple -he bajado la voz, pero intento que mis palabras sean igual de hitientes y antipáticas que antes.

Él se calla sorprendido.

-Primero, esta mañana me dejaste en ridículo en frente de toda la clase. Antes, haciéndote el sobrado con Malfoy. Y ahora diciendome lo mierda de persona que te parezco -una silenciosa lagrimilla me empieza a caer, pero me la limpio rápido-. ¿¡Cuando vas a dejarme en paz de una puta vez!?.

No responde. Creo que mis palabras le han callado de una vez.

Con rabia recogo mis cosas y cierro la puerta de la biblioteca de un portazo, sin mirar antrás. Esquivo un grupo de alumnos y me dirigo hacia el baño más cercano.

-Erika -oigo detrás de mí. Pero no paro.

Más lagrimas silenciosas caen por mi cara cuando noto que alguien me agarra la mano, haciendo que me gire para mirarlo.

-Ey, ¿estás bien? -pregunta Wiglaf preocupado-. He visto cómo salías de la biblioteca tras discutir con Riddle.

Sonrío lentamente. Pensar que Wiglaf se había preocupado me hace recordar por qué me gusta tanto.

-¿Podemos hablarlo en otro sitio? -pregunto rascándome el codo.
-Claro.

En un silencio cómodo no sentamos a un banco del patio, mirando hacia la luna.

-¿Es cosa mía o cada vez que te veo con Riddle estáis cabreados?
-Siempre estamos cabreados. Pienso que Riddle me odia. Le gusta cabrearme, picarme. Y llega un momento en el que me harto.
-Normal.
-Siempre insultándome... no podía más. ¿Por qué crees que se comporta asi conmigo?
-Aparte de que todos sabemos de su odio hacia los muggles, quizá te tenga envidia.
-¿Pero envidia de qué?
-Erika, tienes muchas cosas que envidiar. Eres sobresaliente en estudios, todo el mundo te adora y admira, siempre ayudas a los de alrededor, los profesores de respetan y algunos te tienen como favorita, eres fuerte y luchas por lo que quieres, caes bien en general, tienes buenas cualidades. ¡Eres capitana en un equipo de quidditch! Todos quieren ser como tú. Créeme. Les gusta meterse contigo por eso.
-Bueno, pero no soy perfecta. Y nunca he ido bien en todas la signaturas. Defensa contra las Artes Oscuras me cuesta.
-¿Ah sí? -levanta una ceja-. ¿Qué no sabes?
-No sé enfrentarme a un Boggart -murmuro lo más bajito que puedo.

Él se gira hacia mí, sorprendido. Parece que me ha eschuchado. Qué buen oído.

-¿Un Boggart? Eso se estudia en tercero.
-Sí, y suspendí ese examen.

Abre aún más los ojos. No se lo cree.

-No puede ser. Si no lo veo no lo creo.
-Tú mismo. Le tengo tanto miedo a mi Boggart que no me puedo enfrentar a él -un escalofrío pasa por mi espalda-. Y créeme, me fastidia no haberlo conseguido.

Tras unos segundos en los que Wiglaf mira al infinito, me contesta.

-Te ayudaré. Me llevo bien con la Profesora de Defensa. Me prestará uno seguro.
-¿Enserio?
-Claro. Seguro que lo de no haberlo conseguido te martirizó, así que quiero ayudarte.
-Puede que te parezca que soy una cagada. Pero de verás, me aterroriza.
-Ahora sí, pero dentro de unos días dejará de hacerlo. ¿El jueves después de comer te viene bien?

Lo miro estupefacta, no me creo que me quiera ayudar a superarlo.

-Eh, sí. Perfecto.
-Oye, volvamos al colegio. Se hace tarde.

Me acompaña hasta el retrato de la Señora Gorda.

-Oye, Wiglaf. Gracias por escucharme y querer ayudarme. Lo valoro mucho.
-Bueno, qué le hago si me gusta tu compañía.

Sonrío avergonzada.

<<¿Pensará en mí como una amiga, o como algo más?>>

-Bueno. Buena noches, Erika.
-Buena noches, Wiglaf.

Veo como se da media vuelta y se pierde entre las escaleras.

-Pollo al Limón -recito a la Señora Gorda.
-Alguien está enamorada -dice esta.

Fin del capítulo 3...

Fin del capítulo 3

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heirs & romances [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora