13- He's very cute

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    —Sois los mejores. No hemos parado de animaros en todo el partido —escucho decir a Fliss a los mellizos.

Me acerco aún más a ellos cuatro. Cuando estoy lo suficientemente cerca, hago ruido para que noten mi presencia.

    —¡Y aqui esta nuestra increíble capitana! —exclama Noe mientras me abraza por los hombros. Noto como Lena frunce el ceño.
    —¡Menudo partido te has hecho! —dice ahora Archie.

Veo como Wood está a apenas un metro, por lo que puede escuchar perfectamente la conversación

  —El que lo ha hecho increíblemente bien ha sido Wood —digo bien alto.

Él me mira con los ojos muy abiertos.

    —¡Eso! —Lena le indica que venga—. Ha sido un gran partido.

Él se acerca tímidamente hacia nosotros y se pone a mi lado.

    —Eres un gran jugador —admite Fliss.

Acto seguido, los mofletes de Wood se tornan al color de nuestra túnica, rojísimas.

    —Gracias —dice él.

Me alejo del grupo. Mi fin en esa conversación ya ha terminado; que Fliss le dijera algo a Wood.

Miro hacia el resto de la gente.

Estamos rodeados. Parece que todo el colegio se haya reunido en el campo de quidditch. Ya no hay casi nadie eb las gradas.

Todo Gryffindor nos rodea, vitoreándonos. Hasta los de Slytherin están en el campo.

Alzo la mirada para buscar al equipo de Slytherin. Allí los veo. Visualizo a Flint hablando con un chico.

     —¿Qué coño?—murmuro.

Está hablando con Ryddle. ¿Pero no estaba con Loren?

Los obsevo absorta, hasta que noto como los ojos de Ryddle se clavan en mí. Frunzo el ceño, a lo que él hace una media sonrisa. Mis mofletes me empiezan a arder. ¿Ha dejado lo de Loren para otro momento y ha venido a verme jugar?

Agacho la cabeza y sonrío.

    —Erika —dice alguien detrás de mí.

Asustada, me giro veloz.

    —¿Te he asustado? —pregunta Wiglad con cara de culpabilidad.
    —No, no. No me lo esperaba.

Él se ríe y me contagia la risa. Es algo que me pasa mucho, además; me río fácilmente.

    —El partido ha sido una pasada —dice animado—. Lo bien que se te da es surrealista.
    —No soy tan buena —ne rasco la nuca, un poco avergonzada.
    —Enserio, eres increíble.

Acto seguido, agacha la cabeza, y me parece el gesto más adorable del mundo.

    —Gracias, Wiglaf.
    —¿Alguna vez te han dicho lo buena que eres? En plan, eres buena en todo.
    —Ejem ejem, boggart —le recuerdo.
    —¿Sólo?
    —Ah, y hervología.

Él frunce el  ceño pero de repente abre mucho los ojos. Se acaba de acordar.

    —Te ayudé en segundo, ¿verdad? —pregunta, a lo que yo asiento—. ¡Es verdad! Te ayudé con las plantas esas que tenían brazos.
    —Los foordios —indico, sonriendo.
    —Te tiraban de las coletas y tu gritabas de una manera muy aguda.
    —Eran muy agresivos.
    —Esas coletitas te hacían adorable.
    —¿Ah, que ya no soy adorable? —finjo cabrearme.
    —No. Al menos, no tanto. Ahora te miro y ya no veo a una niña adorable —coge aire—. Veo a una chica con mucho carácter. Y eso me gusta.

Sonrío tímida. Es verdad que antes, aparte de adorable, no tenía carácter. A causa de ello, me he llevado mucho chascos y decepciones, y a medida que iba pasando el tiempo he aprendido a ser fuerte.

    —¿Cuando volveremos con lo del boggart? —pregunto.
    —¿El lunes después de cenar?
    —Genial.

A pesar de estar rodeados por muchísima gente, siento que en este momento sólo estamos él y yo juntos. Y es la mejor sensación.

Me fijo en que su mirada no se aparta de mí. Intento averiguar que reflejan sus ojos.

    —¿Por qué me miras así? —agacho la cabeza.
    —Por que eres diferente. No sé, me gusta mirarte.
    —Soy como todas.
    —Para nada —sin siquiera darme cuenta, mos hemos acercado más. Puedo notar su respiración a centimetros de mí—. Eres única.

Decidida agarro su mano y la entrelazo con la mía. Él sonríe y yo me río. Me sorprendo al ver como él suelta una carcajada. Se lo he contagiado.

*****

    —Nada de fiesta —niega el profesor Youth, jefe de Gryffindor—. Habéis ganadado un partido. Ya cuando ganéis la copa os dejaré celebrarlo.
    —Jo, profesor.
    —Nada de Jo. A la sala común a descansar. Todos —comienza a caminar, pero se para—. Y como escuche algun tipo de fuesta en la sala o en cualquier sitio, habrá malas consecuencias.

El equipo se marcha con el profesor, molestos. Yo me acerco a mi taquillero. Agarro mi túnica y me la pongo. Al hacerlo, un trozo de pergamino cae al suelo. Lo cojo y, extrañada, leo lo que pone.

                   A las diez en la biblioteca.

-Riddle

¿Hoy? ¿Esta noche?

Suspiro. Habría preferido que me hubiera puesto Esta noche a las puertas del catillo pues hubiera significado que querría hablar conmigo. Pero esta nota demuestra que sólo quiere hacer el trabajo.

Si es que soy tonta por pensar que había algo.

    —¡Amiga! —Amy entra como un terremoto al vestuario—. ¡Hay que celebrar la victoria! Hoy vamos a comer hasta engordad ocho kilos y luego por la noche toca noche de chicas.
    —Lo de comer... vale. Pero esta noche tengo que ir a la biblioteca.
    —¡Qué! —asienti con la cabeza.
    —Si quieres, puedes venir.
    —¿Va Liam?

Su pregunta me pilla por sorpresa.

    —No, voy con Tom Ryddle. Pero vente si quieres.

Amy parece pensárselo.

    —Mejor te dejo hacer el trabajo con él. No quiero incordiar.

Me encogo de hombros y salimos del vestuario.

    —Liam es muy mono —oigo decir a Amy.

No. Puede. Ser.

    —¿Te gusta? —me quedo quieta.
    —Tsss calla —se pone un dedo sobre los labios—. Y no me gusta. Sólo he dicho que es mono.
    —Ya...
    —¡Erika!
    —Haríais buena pareja.

Ella se ruboriza a lo bestia.

    —Estaría bien que me invitara al baile —Amy se rasca el codo.
    —¡Oh, por Dios! Te voy a ayudar —asiento muchas veces—. Haré que te invite al baile.

Fin del capítulo 13...

heirs & romances [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora