40- Forget me

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Me recorrí cada esquina de Hogwarts en búsqueda de aquel chico que me había destrozado la vida en apenas meses. Finalmente lo encontré en la Torre de Astronomía, nuestro gran sitio de encuentro. Tuve que resistirme para no tirarle desde la terraza.

Doy un portazo fuerte que hace que Riddle se gire apresurado hacia mí posición. Me mira de arriba a abajo con confusión al tiempo que se acerca lentamente pronunciando mi nombre.

Cuando está pronunciando la K de Erika, estampo la palma de mi mano bien abierta contra el pómulo del Slytherin, descargando toda la ira que llevo en un buen bofetón merecido. Al instante, arremeto contra él, pero él me agarra con fuerza de los hombros y me estampa contra a pared para evitar que yo siga con mis golpes. Apoya su cuerpo contra el mío para reducir a nula mi movilidad y mantiene con fuerza mis dos manos a ambos lados de mi cabeza.

Debido a la cercanía de nuestros cuerpos, noto el latir veloz de su corazón y su semblande impactado a escasos centímentros del mío. Por un momento juré que me estaba mirando con pena, como si hubiera reconocidp con mi llegada lo grave de sus acciones y se estuviera arrepintiendo. No obstante, me equivocaba.

    -¿Por qué se lo has dicho?
    -Por que debo ser sincero con mi pareja -me mira con un toque de rabia-. ¿Por qué me has abofeteado?
    -Porque te lo mereces.
    -Veo que tenemos conceptos diferentes de lo que es ser buena pareja. Yo sólo le estaba contando la verdad.
    -¿Y por qué no le cuentas lo que le estás haciendo? Todas esas marcas que sabemos que no provienen de ningún acto sexual si no de algún tipo de extorsión -la tensión aumenta precipitadamente-. Eres un maldito manipulador que trata de poner a Amy en mi contra.
    -No, tú sóla lo estás haciendo.

Niego lentamente con la cabeza mientras Riddle cuestiona mi credibilidad. Siento un escalofrío por todo mi cuerpo al sentir aún más cerca el cuerpo imponente de Riddle.

    -En algún momento debíamos contar lo que habíamos estado haciendo. Es lo mínimo que debemos hacer si queremos darles un mínimo respeto a nuestras parejas.
    -Riddle, tú no contaste lo que de verdad sucedió -le recuerdo frustrada-. Tú modificaste lo sucedido en base a tus intereses y le contaste a Amy lo que te dio la gana. ¿Que yo llevo todo el año acosándote? ¿Que yo te toqué sin tu consentimiento? Todo mentiras que no hacen más que ser beneficiosas para ti y dañinas para mí.
    -¿Y yo por qué haría eso? -me reta acortando aún más la distancia entre nuestros labios.
    -Porque sabías que si eras honesto con Amy y le contabas la verdad, ella te dejaría -comienzo a unir las piezas de este enrevesado puzzle-. Porque la estás utilizando.

Tom niega con la cabeza al tiempo que me suelta bruscamente del agarre.

    -La estás extornsionando para que haga lo que tú quieras porque eres un jodido manipulador y estás loco.

Riddle hace ademán de abandonar. No obstante, tras escucharme pronunciar la palabra "loco", saca su varita y me apunta con rabia.

    -¿Me vas a matar?
    -¿No ves que lo he hecho por ti? -escupe cada palabra con más rabia-. ¿No ves que Wiglaf no es el correcto?
    -Tú qué cojones sabes de lo que es o no correcto para mí.

Baja suavemente su varita.

    -Llegará el día en el que te darás cuenta de todo lo que he hecho por ti, por alejarte de Wiglaf ya que él no es el correcto. Tú mereces mucho más.
    -Y tú, Tom, eres menos de lo que merezco -contesto-. Dices que me quieres pero haces todo lo posible para joderme.

Lágrimas casi impercibibles comienzas a brotar en sus ojos.

    -Por favor, Riddle. Sólo te pido que pares. Que me dejes en paz -por un  momento siento que voy a explotar en lágrimas-. Que me olvides y me dejes vivir una vida alejada de ti.  Si de verdad quieres lo mejor para mí, aléjate.

Camino hacia una de las cristaleras que muestran el bosque prohibido a lo lejos. De este modo, puedo darle la espalda a Riddle y llorar tranquilamente. Soltar todas las lágrimas que he estado aguantando por culpa de él.

    -No puedo hacerlo -se encamina lentamente hacia donde me encuentro. Sin esperarlo, me rodea la cintura con uno de sus brazos y acerca mi cuerpo al suyo, de tal modo que nos encontramos pegados mirando hacia el horizonte. En el reflejo del cristal me encuentro con su mirada, y aprecio una rojez que muestra que él también está llorando-. No puedo dejarte ir porque eres mi única salvación.

Su voz ronca me sorprende a escasos centímetros de mi oído.

    -Eres la única que puede curarme de este infierno en el que vivo. De este hechizo al que he sido condenado a vivir por culpa de la insolente de mi madre. Eres la única que me hace sentir.

Cada palabra se clava como un puñal en mi corazón continuamente. El contrahechizo para una persona nata de una relación en la que ha interferido la amortentia sería hallando a la persona correcta. A la persona que le enseñe a hacer aquello que no ha podido hacer en su vida: amar.

Riddle me está pidiendo que me quede. A pesar de todos los problemas que ha supuesto en mi vida, me pide que me quede.

    -¿Sabes lo que más me duele? -musito despacio mientras me giro para quedar frente a él, aún con su mano en mi cintura-. Que yo de verdad sentía cosas por ti. Y lo sé que tú las sentías por mí. Pero yo, a diferencia de ti, jamás quise hacerte daño -tomo un largo respiro porque si no siento que me voy a poner a sollozar en sus brazos-. Yo de verdad habría luchado por ti. Por un nosotros. Pero la voluntad se gasta. Y tú, por mucho que me duela, has transpasado los límites.

Riddle niega mirándome con pena mientras su rostro comienza a llenarse de lágrimas.

   -Tom yo de verdad te quería. Y todavía te quiero. De hecho, desearía poder demostrártelo todos los días -poso mi mano sobre su mejilla para reconfortarle-. Pero para estar bien contigo necesito que tú estés bien. Que no trates siempre de hacerme daño. Que no amenaces de muerte a mi hermano. Que no trates de separarme de mi mejor amiga. Que no me insultes. Que no me infravalores -Riddle cierra los ojos con fuerza y solloza levemente-. Jamás podremos estar juntos si sigues tratándome igual de mal.

Me deshago brúscamente de su agarre y me dispongo a salir de la torre de astronomía para poder llorar tranquilamente en mi habitación.

    -Podrías haber dicho directamente que soy una persona horrible -dice una vez pongo un pie fuera de la clase.

Me giro para mirarle directamente a los ojos.

    -No eres una persona horrible, simplemente necesitas ayuda. Y yo ya te he ofrecido toda ma ayuda que podía. Ahora sólo cierra la cámara de los secretos y olvídame.

heirs & romances [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora