45- Don't be late

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   —No han pasado más de 24 horas desde que lo hicimos en ese baño y ya quieres una segunda ronda— reconozco las voz de Tom a mis espaldas. 


La rabia se apodera de mí, a la par que nuevos sentimientos afloran en mi cuerpo al notar los labios húmedos de Tom vagar por mi cuello. 


   —Eres un traidor —me deshago de su agarre para poder quedar enfrentada a él—. Un mentiroso, un  embustero.

   —Anoche no me decías lo mismo —en su rostro se dibuja una media sonrisa y puedo ver sus ojos encendidos como llamas. 


Acto seguido, me coge con fuerza de las caderas, levantando mi cuerpo y sentándolo en la mesa. En medio de la oleada de calor que se ha apoderado de nuestros cuerpos, me besa apasionadamente mientras roza su entrepierna entre las mías. A estas alturas ya no sé ni cómo actuar; no puedo razonar, las hormonas gobiernan este corazón roto en pedazos. 


   —Estas jugando conmigo —logro decir al cortar el beso en el que estábamos inmersos—. Me estás intentando manipular.

   —Desde luego que no, cariño —lo mira estupefacta—. ¿Prefieres que hablemos esto antes o después de follar? Me gustaría recibir algún premio tuyo por los Servicios Especiales que le he ofrecido a Hogwarts.


Estampo la palma de mi mano contra su moflete. Sin embargo, contra todo pronóstico, Riddle se acaricia la zona impactada con una sonrisa juguetona en la cara.


   —¿Pero cómo puedes ser tan cruel y sádico? —aprovecho la separación de nuestros cuerpos para recolocarme la falda que se me había subido en el acto—. Cómo se te ocurre acusar a un pobre chaval de tercer curso que tiene una estúpida araña.

   —¿Qué otra cosa iba a decir? —se encoge de hombros—. Si no encontrábamos un culpable para confirmar que la cámara de los secretos había sido cerrada, habríamos tenido que dejar Hogwarts, y no pienso dejar que cierren Hogwarts. Es mi único hogar.


Me apena escuchar sus declaraciones, especialmente porque me siento identificada. Si ahora mismo Hogwarts cerrara de forma indefinida, no sé cómo lo gestionaría. Yo no sería nadie sin este techo bajo el que vivo y esta gente que me rodea. Leyendo mis ojos apenados, Tom me coge del mentón con la mano suavemente.


   —No tenía otra opción. Era mentir o decir la verdad —busca mi mirada—. No quiero que mis acciones te sigan haciendo daño de forma tan directa; esta era la única solución que tenía para evitar meterte en líos. Aunque no lo parezca, todo lo he hecho pensando en ti. 


Dudo de si creerlo o no. No había otra opción con tal de protegernos a nosotros mismos y a nuestro futuro en la escuela. Sin embargo, aunque siempre se me quedará el remordimiento de haber sido cómplice en esta injusta expulsión, la prioridad soy yo y tengo que hacer lo que sea (dentro de ciertos límites) para protegerme.


   —Mi hermano sospecha de Amy. Dice que sólo Amy sabía de la existencia de ese bicho. 

   —Así es, y ella me lo contó.

   —Dumbledore hablará con Amy, y ella te acusará.

   —Amy no recuerda haber hablado de esto conmigo —le miro extrañada, aunque creo que sé por dónde van los tiros—. De hecho, Amy apenas recuerda nada del tiempo que pasábamos juntos. Yo la hechizaba —el puzzle ya tiene sentido en mi cabeza—. Recuerda hablar de la acromántula con Hagrid porque resulta que Amy es una "fanática" de los animales. 

Río irónicamente mientras escucho la gran mentira que Riddle le ha hecho creer a Amy. Verdaderamente Riddle es un calculador.


Cuando finaliza de hablar, me quedo mirando sus ojos y de repente despierta en mi interior un sentimiento de alivio. Alivio por que por fin puedo mirarle a los ojos sin tener que esconder mis sentimientos. Siento alivio y deseo, mucho deseo. Sin embargo, esto no será tan fácil para Riddle.


   —Si quieres que esto funcione tenemos que empezar un poco de 0 —él escucha atento—. Me has hecho mucho daño y tienes que ganar mi confianza y simpatía de vuelta. Me informarás de todo, nada de sorpresas como la de anoche. Debes depositar tu confianza en mí; además, mi opinión será tan importante como la tuya.

   —Te informaré de todas mis investigaciones —da un paso en sentido hacia mí—. Pero también quiero que participes en ellas. Te propongo trabajar a mi lado —frunzo el ceño al no poder imaginar a qué tipo de cosas se refiere—. No, no te obligaré a hacer nada que no quieras hacer. Simplemente sé que nosotros trabajamos demasiado bien juntos. Sé que juntos podemos hacer grandes cosas. Eres brillante Erica, y se nos augura mucho éxito y poder si trabajamos juntos —inclina su rostro hacia el mío, y puedo apreciar la frescura de su aliento—. Y necesito tenerte conmigo.

   —Prométemelo —frunce el ceño—. Que me contarás todo, que me respetarás, que valorarás todo lo que yo te ofrezca —un rubor comienza a ascender por mis mejillas debido a la cercanía de Tom—. Y que no me abandonarás. 

   —Te lo prometo, Erica.


Sus ojos expresan de forma genuina su sinceridad y primera vez en mucho tiempo, le creo. A estas alturas no temo la repercusión que esto conlleve en mi vida. Vengo de una ruptura amorosa debida a mis sentimientos hacia Riddle, y acabo de perder a una amiga por esa misma causa. Aunque vaya a parecer muy egoísta, ahora que por fin nuestra relación no tiene impedimentos externos, tenemos que intentarla. Tenemos que ver lo que ésta nos ofrece, experimentar. Al fin y al cabo, se ha hecho de rogar mucho tiempo y considero que nos merecemos intentarlo.


   —De acuerdo —le sostengo la mirada con la cabeza bien alta—. Esta noche nos vemos en mi habitación. Me vas a contar todo lo que tienes entre manos. 


Estiro los hombros que llevaban tensos toda la conversación y me dispongo a salir por la puerta. Sin embargo, el agarre que Riddle aplica en mi brazo no me permite avanzar más.  


   —Espera, no me sé la contraseña, me pueden ver.

   —Eres un poco despistado, ¿no? —digo tontamente—. Anoche entraste conmigo, la tienes que recordar —me deshago de su sometimiento y me paro justo antes de abrir la puerta—. Y si no la recuerdas, te buscas la vida. No llegues tarde. 


Fin del capítulo 45...

heirs & romances [Tom Riddle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora