⭒30 Días OTP 🌻 ➳MexPer [+18]

》AU: Omegaverse [3]✨《

———✨✨✨———

『❝Universo Alternativo (AU) — Capítulo 3❞』

【¡Especial 100k!】

AU: Omegaverse

«✨»

———✨✨✨———

———✨✨✨———

Ah, la dulce y calurosa época navideña.

Era una ocasión perfecta para reunir a toda la familia después de tantos meses sin ver a la dulce pareja enlazada junto a sus respectivos pequeños. México y Perú no vivían en sus territorios, sino, en una ciudad donde están los demás countries como ellos. De todas maneras, eran capaces de seguir administrando sus respectivos territorios sin matar de estrés a CDMX y a Lima en el proceso.

Mientras que Quetzawari se convirtió en una niña completamente curiosa e hiperactiva -todos decían que se parecía mucho a México, será quizás porque a este le encanta mimarla-; Merú era un bebé sumamente tranquilo, que solo quería pasar el día entre los brazos de su amado padre peruano, escuchando como este le contaba miles de cuentos maravillosos antes de dormir.

Eran buenos padres, tampoco eran perfectos, pero la experiencia hacía al maestro, ¿No? Los estados y departamentos fueron los que habían sufrido aquella "paternidad temprana", así que todos tenían personalidades bastante peculiares que me costaría demasiado describir aquí...

En fin, ahora que estaban todos reunidos en la gran casa del peruano, los países decidieron dejarlo todo en manos de los estados mexicanos, y los departamentos peruanos. Y cuando digo todo... Eso incluía también a sus hijos.

¿Qué? Ellos también merecían privacidad como pareja de alfa y omega enlazada.

—¡Regresaremos en ocho horas!— fue lo que había dicho México mientras le entregaba sus dos pequeños a Yucatán y a un asustado Ayacucho que, casualmente, estaban cerca de la puerta principal en consecuencia del calor del mediodía. Ambos eran omegas, sí, pero desde lejos se notaba la diferencia de personalidades.

El omega peruano tragó saliva, viendo como la pareja de su padre salía corriendo de la casa, subiéndose a una motocicleta donde ya estaba Perú. Pudo visualizar que le dio un efímero beso antes de colocarle el caso, ponerse el suyo y proceder a arrancar a toda velocidad, dejando a los omegas solos, con los bebés en el marco de la puerta.

El yucateco se encogió de hombros con una pequeña sonrisa en sus labios, contento de ver a su padre sumamente feliz y risueño junto a su pareja. Por otro lado, Ayacucho se quedó anonadado, sujetando a un bebé al cual se le cristalizaron los ojos apenas perdió de vista a sus padres.

Que responsables.

—Qué... Qué hago...— murmuró el departamento, mirando al bebé a los ojos. Este comenzó a hacer ruiditos, como si advirtiera que estaba a punto de llorar—. Si grito por ayuda de los demás va a llorar... Y si le pido ayuda a él... No, apenas lo conozco— pensó para sí mismo entre susurros, analizó sus opciones, gimoteando de frustración, se mordió el labio en señal de nerviosismo—. Hey... H-Hola, Me... Merú, ¿Verdad?

El bebé se le quedó viendo todavía, pero al segundo giró la cabeza, ignorándolo cruelmente, viendo a su hermana mayor reír mientras jugaba con el omega mexicano. Este la alzaba y le daba vueltas, le hablaba tierno y divertido a la vez, diciendo palabras con sus típicas jergas mexicanas que los demás peruanos no comprendían en su totalidad, pero que la niña si lograba comprender por influencia de su amado padre.