⭒30 Días OTP 🌻 ➳MexPer [+18]

《;;Capítulo 22 🌻》

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『❝Historia principal — Capítulo veintidós❞』

Aclaración: Esta es la continuación de la historia principal.

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¿Desde cuándo dormir en un sofá era tan... Maravilloso? Todo era tan mullido, tan suavecito y el aroma masculino que inundaba su olfato lo hacía sentir como volver al pasado, dónde su taquito no desconfiaba de él y lo quería muchísimo, así como él también lo estimaba.

De sus labios resecos salieron unas suaves carcajadas, había algo que rozaba contra la parte de su hombro que no tenía vendas y le provocaba cosquillas. También había unos brazos que rodeaban su cintura y un fuerte cuerpo que se apegaba demasiado a él, como si no quisiera dejarlo escapar de su fuerte abrazo. Siseó cuando aquellas manos se entrelazaron con las suyas, estaban frías, heladas a decir verdad.

Poco a poco fue despertando y se dio cuenta que...

Primero, se había quedado dormido en el sofá y ya no estaba en él, por alguna extraña razón ahora estaba bien acurrucadito en la cama de México. ¿Será que era sonámbulo y, en media noche, caminó hasta echarse en la cama del tricolor? La verdad no recuerda haber tenido alguna vez un problema así.

Segundo, la posición en la que estaban era realmente comprometedora, incluso sus piernas estaban una encima de otra. Esto le trajo una gran nostalgia de todas las veces que había dormido junto a su taquito y este siempre lo protegía entre sus brazos, incluso si hacía mucho calor y le terminaba empujando para que se apartara, no había manera de que él lo soltara.

Y por último, México estaba temblando exageradamente, incluso podía escuchar como este tiritaba de frío e incluso como castañeaba los dientes. Esto hizo que despertara por completo, le agradó el hecho de que lo primero que vio fue el apuesto rostro de su mexicano favorito, pero le preocupó en demasía lo pálido que este se encontraba. Alzó sus manos para tocar el rostro de este. Le dio ternura que México se apoyara contra sus palmas, pero aquella ternura se fue cuando sintió que el rostro de México ardía demasiado hasta el punto que tuvo que quitar sus manos de ahí.