⭒30 Días OTP 🌻 ➳MexPer [+18]

《;;Capítulo 28 🌻》

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『❝Historia principal — Capítulo veintiocho❞』

Aclaración: Esta es la continuación de la historia principal.

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Sus jadeos causados por la agitación resonaban en aquel baño.

Retrocedió temblorosamente hasta chocar contra la puerta de uno de los cubículos, dejándose caer estando sumamente aterrorizado con lo que acababa de vivir.

Juraba que ya no podía soportarlo.

¿Por qué? ¿Cómo? Era lo que se preguntaba cada día desde que regresó a la ciudad.

Desde aquel día supo que había algo en él que no era para nada bueno. Cada vez que ingresaba a la sala de reuniones de la ONU, no podía prestar ni la más mínima atención a su trabajo ya que su mente solo pensaba en Perú, en el daño que este, supuestamente, le había hecho y en que debía de devolvérselo de alguna u otra forma.

Había llegado a pensar en jalarlo de los cabellos frente a todo el mundo, se había imaginado a si mismo insultándolo horriblemente por su (supuesta) infidelidad con China, incluso había imaginado golpeándolo hasta que este le prometiera que no se iría de su lado, que lamentaba lo que hacía y que realmente lo amaba incluso si tenía toda la cara ensangrentada por los golpes que él le había dado en su imaginación.

Y fue cuando se imaginó esto último que llegó a su límite.

¡Esos no eran sus pensamientos! ¡Él nunca pensaría en dañar a Perú de esa manera tan cobarde!

Su vista se nubló en esos momentos, incluso veía de a ratos como de sus manos salían garras que intentaba desaparecer antes que alguien más se diera cuenta. Más en su desesperación, lo único que logró hacer fue rasguñarse a sí mismo su cara en un intento de parar con aquellos horribles y desconocidos pensamientos que abrumaban a su destrozado corazón.

"¿Estás bien, México?" Fue lo que le había preguntado ONU al darse cuenta de sus mejillas sangrantes, haciendo que las miradas de los demás countries se posaran sobre él, murmurando entre sí suposiciones sobre el porqué de su actitud.

Y cuando vio el rostro preocupado de Perú mirándolo, no tuvo más opción que levantarse bruscamente de su asiento, murmurar un "discúlpenme" y salir corriendo de la sala de reuniones en alguna dirección que fuera lejos de Perú, muy lejos.