⭒30 Días OTP 🌻 ➳MexPer [+18]

《;;Capítulo 21 🌻》

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『❝Historia principal — Capítulo veintiuno❞』

Aclaración: Esta es la continuación de la historia principal.

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Suspiró viéndose al espejo, sus hijos tenían razón, se le veía un poco mejor, aunque sea un poco. Sorpresivamente, había podido dormir bien esa noche, tan profundamente que no había necesitado de sus pastillas, finalmente su consciencia lo había dejado en paz.

¿Realmente debía ir con Perú? Estaba confundido, sentía que había algo que no encajaba entre todo ese revoltijo de problemas, pero no sabía exactamente que era. ¿Por qué Perú querría decirle la, supuesta, verdad? ¿Qué era lo que él iba a ganar diciéndole mentiras sobre más mentiras? Quizás su intención era arreglar su reputación para poder relacionarse con los demás countries con la misma facilidad de antes.

Suspiró pesadamente poniéndose su gorra; tan solo era una pequeña charla y ya, haría lo posible para dejarlo ahí y alejarse de Perú para siempre.

Salió de su casa después de darle unos buenos besotes a su Paco y a su lindo CDMX, haciendo que los demás estados se rieran al ver como el chilango chillaba en cada besito.

—¡Usen protección!— le gritó su hijo de cabellos rosados al verlo salir.

Mala idea, pensó CDMX viendo arrepentido a sus hermanos que lo veían con malicia después de que México les dijera que hicieran lo que quieran con la capital.

México rio al escuchar los chillidos de piedad de su capital rogándole a sus hermanos que dejaran de molestarlo. Iría caminando, no quería llegar puntual, si Perú quería verlo de manera tan desesperada, pues que se espere, estaba en su territorio y tratarlo a él con dignidad era lo mínimo que podía hacer.

Tarareaba una canción, frunciendo el ceño por lo incómodo que era usar lentes de sol, mascarilla negra y gorro. Además de la mascarilla*, los demás implementos eran para pasar desapercibido debido a que él es la figura más conocida de su territorio, hasta un niño sabría quién es y no quería llamar la atención de los paparazis por más absurdo que sea usar lentes de sol en plena noche. Perú le había llamado en constantes ocasiones para decirle que se reunieran en una laguna cerca de su casa al anochecer; él aceptó, había sido una decisión inteligente, así nadie los verían por si accidentalmente perdía los estribos y comenzaba a gritarle toda su vida a ese infiel.