De nuevo, Kaelin abrió los ojos en un ambiente que le resultaba totalmente desconocido. Ya no estaba en la misma tienda, pero reconoció que se encontraba en un lugar muy similar. Otra tienda.
Había mucha luz, y eso molestó a Kaelin desde el momento en que abrió sus ojos por completo. Soltando un gruñido animal, estiró las manos para cubrir su rostro de la intensa luz que provenía del techo. Pronto notó que la tienda tenía una gran apertura arriba, de la circunferencia suficiente para permitir la entrada de los elementos climáticos. Se preguntó por qué los salvajes construirían algo tan inútil, pero no le preocupó demasiado.
Kaelin notó que todo a su alrededor era parecido a la primera tienda en la que había estado, sólo que parecía tener mucho más espacio y objetos tirados por el suelo. Extraño, pero no era algo que le preocupara demasiado.
Antes de que pudiera hacer un breve análisis sobre su entorno, una de las que pensó eran paredes se abrió. Resultó ser un simple pedazo de tela gruesa que servía como puerta para aquella tienda rural.
Los ojos de Kaelin apenas tomaron en cuenta el aspecto del salvaje antes de decidir que no era una amenaza. E incluso si lo fuera, el celo de Kaelin ya había menguado lo suficiente para que lograra defenderse en caso de un ataque, por lo que no se preocupaba. Teniendo un estado físico bueno, le sería fácil derribar al salvaje con un solo movimiento.
Mientras se regodeaba al pensar en que ya no sería una presa indefensa frente al salvaje, unas cálidas y fuertes manos se envolvieron alrededor de su cintura. Sin tiempo para que lo pensara, el salvaje colocó a Kaelin sobre su hombro. El doncel chilló indignado, pataleando y retorciéndose para ser soltado, sin éxito.
El salvaje sacó a Kaelin de la seguridad de esa tienda, ignorando al doncel a pesar de los gritos enojados que salían de sus labios cada par de segundos. Gruñendo, el muchacho apretó las manos para contener sus deseos de golpear al salvaje directamente en el rostro.
Kaelin odiaba ser inútil. Todo el tiempo que había pasado junto al salvaje estaba haciéndole creer que tal vez era tan inservible como todos sus compañeros de trabajo le decían a diario. Solo podía pensar en los insultos y comentarios desagradables que había oído durante toda su vida, recordándole a cada instante que no era más que una simple posesión. Un objeto, destinado a pertenecer a alguien más.
No. Ese no era Kaelin. Kaelin no dudaba, no se encogía y tampoco se atemorizaba por la presencia de alguien más fuerte. Él jamás sería un doncel asustado.
La luz golpeó su rostro cuando salieron de la tienda, y Kaelin tuvo pocos segundos para observar su alrededor antes de que el ardor en sus ojos se hiciera demasiado intenso. Cerró los ojos, pero volvió a abrirlos después de adaptarse.
Kaelin sintió que era posicionado sobre una silla de madera. Dejó que el salvaje lo acomodara sin protestas, y tomó un momento para averiguar dónde se encontraba.
Era como un comedor, si se ignoraban las armas que colgaban de la mesa con descuido. Había varios niños y mujeres sentadas a cada lado de la mesa, algunos comiendo mientras otros limpiaban las armas entre risas divertidas. Además, Kaelin parecía ser el único allí con ropa que cubriera su cuerpo de manera normal, pues todos los otros tenían solo una pieza cubriendo su entrepierna.
En lugar de sentirse avergonzado, Kaelin pensó que aquella vestimenta era demasiado curiosa. Le pareció extraño que a pesar de la falta de ropa nadie se veía incómodo. Como si estar así fuera lo normal.
Aunque tal vez sí era lo normal para los salvajes.
Bestia desapareció por unos segundos, y luego regresó con una bandeja de plata oxidada entre las manos. En ella traía una especie de ave cocinada junto a un extraño tipo de vegetal, y asumió que era su comida. Kaelin se mordió la lengua para evitar que los comentarios odiosos escaparan de su boca. Debía recordarse a sí mismo que estaba en una zona enemiga, dónde no podía hablar con la libertad que acostumbraba.
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La Bestia Y Su Doncel. (primera Parte Saga Donceles)
RandomKaelin es uno de los pocos donceles que trabaja como agente policial en el Reino. Despreciado por ser un Doncel y no pertenecer a una familia adinerado, ha pasado cinco años atascado en un trabajo que no pone a prueba todas sus habilidades, y en el...