Los rayos de luz golpeando su rostro fueron los que despertaron a Kaelin de un sueño profundo que extrañamente no quería abandonar. El lado izquierdo de su rostro estaba caliente, y había cierta humedad en su espalda que le incomodó tan pronto como dejó de estar inconsciente. Se removió con un gruñido antes de abrir los ojos, cerrándolos de inmediato debido al sol.
Kaelin parpadeó varias veces para acostumbrarse a la iluminación. Soltó otro gruñido, ésta vez rodando por la cama hasta encontrarse con un duro cuerpo que parecía cubrirlo. Sintió una mano en su cintura, y terminó de ver su entorno con prisa. Una ola de incredulidad lo atravesó al recordar todos los sucesos de la noche anterior, desde su patético momento de pánico hasta la llegada de su celo y el sexo con Bestia. En lugar de sonrojarse, Kaelin frunció el ceño y fulminó con la mirada el brazo de tonalidad oscura que se mantenía firme sobre su cuerpo. De todas las emociones que sentía, ninguna era alegre.
Sin detenerse a pensar, Kaelin empezó a golpear el pecho del salvaje en un infantil intento por despertarlo para poder gritarle sobre lo que sentía. Sus miembros seguían débiles por los efectos secundarios del celo, pero aún así eran suficientes para dejar varios moretones en la piel de Bestia. Estaba descargando toda su frustración e inseguridad en el salvaje, quién empezaba a despertar.
Bestia ni siquiera cuestionó a Kaelin, sólo se quedó quieto esperando a que el Doncel terminara de golpearlo con irritación. Tenía una expresión neutral en ese momento, lo que sólo enfureció más a Kaelin.
Cuando el Doncel se detuvo, ya cansado, Bestia se apoyó sobre su costado y observó a Kaelin intensamente. El muchacho no sabía por qué, pero la mirada de Bestia fue demasiado abrumadora. Tuvo que alejar su mirada unos segundos después, luchando por ignorar la manera en que su estómago se revolvía. No admitiría que se sentía menos agresivo hacia Bestia. Aunque los sucesos de la noche anterior parecían ser prueba de ello.
Kaelin frunció el ceño, viendo al salvaje con toda la ira que pudo reunir en un instante. El salvaje se limitó a observarlo con la misma intensidad de antes, sin una sola pizca de enojo en sus ojos oscuros. Más que irritado, Bestia solo parecía estar esperando a que Kaelin terminara de golpearlo. Incluso lucía como si estuviera preparado para eso.
El salvaje sostuvo los brazos de Kaelin después, posicionándose encima de él para mantenerlo quieto durante un largo rato. Se miraron fijamente, cada uno desafiando al otro por razones diferentes. El primero en apartar la mirada fue Kaelin, quién de repente se avergonzó al recordar que habían estado en esa posición antes, realizando actividades mucho más placenteras.
Bestia sonrió mientras veía un ligero sonrojo teñir las mejillas del Doncel.
—Callate.
El salvaje alzó una ceja.
—¿Doncel molesto?
Kaelin frunció el ceño al oír la voz de bestia en la lengua común. Pensó que hablarían de manera normal de ahora en adelante, pero parece que Bestia tenía otras ideas.
La mente de Kaelin regresó hacia la extraña conversación que había oído del salvaje de piel oscura. Dijo que el padre de Enkirl era retrasado. Eso podía interpretarse como alguien que ni hablaba bien, y hasta ahora Kaelin sólo sabía de una persona en toda la tribu que tenía problemas para hablar. Incluso cuando hablaba el idioma salvaje, Bestia parecía luchar por completar sus oraciones. Kaelin raramente lo notaba, ya que él mismo se esforzaba por hablar el idioma desconocido.
Aunque no podía pensar que Enkirl era el hijo de Bestia. No había ningún parecido.
—¿Doncel?
Kaelin salió de sus pensamientos al oír que Bestia lo llamaba con un tono peculiar. Cuando lo vio, el salvaje tenía la cabeza ladeada y el ceño fruncido.
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La Bestia Y Su Doncel. (primera Parte Saga Donceles)
RandomKaelin es uno de los pocos donceles que trabaja como agente policial en el Reino. Despreciado por ser un Doncel y no pertenecer a una familia adinerado, ha pasado cinco años atascado en un trabajo que no pone a prueba todas sus habilidades, y en el...