Kaelin fue llamado a la oficina de su capitán, exactamente a las ocho de la mañana. Escuchó su nombre en los altavoces de la estación, y pocos fueron los segundos que tuvo para procesarlo antes de ser empujado fuera de su oficina por los otros donceles.
La oficina de los donceles era un lugar pequeño, desgastado y completamente horrible. Todos los que trabajaban eran chicos tímidos que no tenían ni una sola pizca de rebeldía en sus cuerpos. A excepción de Kaelin, obvio está.
Él era, por mucho, diferente a los otros donceles. No obedecía, no dejaba que lo denigraran y discutía casi con todos los que se atrevieran a intentar dominarlo. Antes estaba en la unidad de Homicidios, en la que resolvió alrededor de veinte casos tan sólo en su primer. Sin embargo, fue degradado de detective a oficinista luego de involucrarse en una pelea con su compañero, un heredero malcriado que discriminaba a los donceles.
Esa discusión había iniciado después de atender a un llamado de emergencia por parte de un joven doncel, no mayor de dieciséis. El doncel, un hermoso rubio con el nombre de Adriel, había sido abusado sexualmente por uno de sus primos, y declaró haberlo matado en defensa propia. Para el momento en que Kaelin llegó, la familia del doncel ya estaba allí. Todos le echaron la culpa al joven muchacho, ignorando las claras señales de pelea en su cuerpo. Cuando Kaelin intentó alegar por Adriel, su compañero lo silenció y se unió a las descaradas burlas en contra del pequeño doncel. Furioso, Kaelin se peleó con su compañero y accidentalmente le rompió la nariz, al igual que tres costillas y una pierna.
Así fue cómo terminó encerrado en la oficina de donceles, trabajando con personas a las que despreciaba tanto como hacía con cualquiera. Los donceles con los que debía trabajar eran todo lo que él odiaba. Tan sumisos y fáciles como para meterse en las camas de cualquiera con tal de obtener un ascenso.
Tsk. Kaelin despreciaba a las personas de ese tipo, pero desafortunadamente casi todos con los que convivía actuaban de esa manera. Él había rechazado a innumerables pretendientes, y ni siquiera pensaba en ello más de una vez al día. Preferiría morir solo antes que dejarse tocar por los desagradables hombres del Reino. Nadie allí le parecía lo suficientemente bueno para ser considerado una posible pareja. No le importaba pasar sus celos en soledad. Aquello era mucho mejor que pensar en mezclarse con los demás.
Decidió alejar cualquier pensamiento relacionado con su estado amoroso. No era el momento de pensar en eso, no cuando estaba siendo llamado a la oficina del capitán por razones que aún desconocía.
Mientras salía de la oficina que tanto odiaba, tuvo que apretar los puños y contener la respiración ante los cumplidos y propuestas poco decentes que recibía en el camino. Su oficina estaba ubicado en el sótano, y como los donceles no tenían acceso a un ascenso, él debía subir tres pisos de escaleras sólo para llegar a la oficina del capitán. Por un mal diseño, las escaleras hacia cada piso se encontraban en esquinas diferentes, por lo que se vaya obligado a atravesar el piso entero en una línea recta si quería seguir subiendo.
Al pasar el segundo piso, observó brevemente una imagen borrosa que colgaba de las paredes. Era la fotografía de un hombre que al parecer provenía de las múltiples tribus exteriores, a juzgar por el tono de su piel y estilo de cabello. Le pareció extraño que algún miembro de las tribus exteriores estuviera siendo considerado una amenaza verdadera, ya que la mayoría siempre se limitaba a sus propios territorios sin concentrarse en la amurallada capital.
De todas maneras, Kaelin no pensó que aquellos salvajes llegaran más allá de la inmensa muralla protectora que resguardaba al Reino. Nunca había oído de ninguna tribu con el poder necesario para traspasar la seguridad del lugar, y realmente no creía que existiera uno.
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La Bestia Y Su Doncel. (primera Parte Saga Donceles)
SonstigesKaelin es uno de los pocos donceles que trabaja como agente policial en el Reino. Despreciado por ser un Doncel y no pertenecer a una familia adinerado, ha pasado cinco años atascado en un trabajo que no pone a prueba todas sus habilidades, y en el...