La hoguera de los salvajes era menos vulgar de lo que Kaelin había pensado al principio. Al oír que los salvajes se reunían una vez al año para celebrar la fertilidad de sus donceles y mujeres, lo primero que pensó fue que se trataba de una especie de orgía tradicional que le resultaría completamente asquerosa. Pero la imagen que tenía enfrente era diferente a todo lo que se había imaginado durante el día.
Leynai lo ayudó a vestirse para la ocasión, a pesar de todas sus protestas indiscretas. Pasearse por el campamento con una gran parte de su piel descubierta no era algo en que hubiera pensado hacer alguna vez en su vida.
De acuerdo con su única amiga salvaje, los donceles eran más celebrados que las mujeres en la hoguera de fertilidad, ya que según sus creencias religiosas eran un regalo de los dioses para aumentar el número de guerreros y descendientes. Para los salvajes, tener un doncel como hijo o familiar era el mayor honor. Por ello, cada doncel del campamento recibía propuestas de matrimonio o apareamiento en la hoguera. Se decía que unirse junto al fuego de la hoguera les brindaba suerte.
Kaelin no creía en nada de ésto, pero quería respetar las costumbres de los salvajes tanto como pudiera sin parecer un imbécil.
Luego de muchas discusiones y resistencia de su parte, Kaelin terminó usando la ropa que Leynai eligió desde el principio. Una camisa de tela rústica que sólo cubría su pecho hasta su ombligo y un pantalón apretado, cuya tela parecía ser de un material demasiado liso. La ropa era en extremo reveladora, e incluso Leynai se había reído de su atuendo vulgar cuando logró verlo por completo.
Además de la ropa, Kaelin dejó que su amiga esparciera una sustancia extraña en su rostro que se asemejaba al maquillaje regular de las mujeres. Aunque fue leve, la palidez de Kaelin hacia que el material oscuro luciera más intenso de lo que realmente era. La sustancia fue esparcida a lo largo de sus ojos y mejillas, dejando una sombra sobre su piel.
Kaelin no admitiría nunca que disfrutó su apariencia. Tantos años de haberse escondido bajo múltiples capas de ropa y comentarios sarcásticos lo habían hecho sentir que jamás lograría ser él mismo.
Ahora que estaba listo, Kaelin permitió que Leynai lo llevara hacia el lugar dónde se realizaría la hoguera de fertilidad. Agradeció no recibir ninguna mirada de los otros salvajes, pero sabía muy bien que eso era gracias a las amenazas que la Bestia seguramente habría repartido antes de que iniciara la celebración. La Bestia sabía que Kaelin odiaba la atención, y siempre se esforzaba por mantenerlo alejado del enfoque general.
Estando frente a la hoguera, se dio cuenta de lo importante que era aquel evento para los salvajes. Todos estaban ahí, riendo, jugando o... bailando. Solo que su baile era demasiado atrevido en comparación con lo que Kaelin recordaba de las pocas fiestas que visitó durante su adolescencia.
De modo inconsciente, la mirada de Kaelin vagó por todo el lugar buscando a una persona en específico. Era algo que se sentía incómodo por dentro, pero no podía evitar que su cuerpo buscara de inmediato a ese salvaje tan especial. La Bestia, el único hombre que alguna vez captó su atención de un modo superior al usual desagrado que sentía por todos los demás.
-¿Buscas a tu compañero, Kaelin?- inquirió Leynai, siguiendo la dirección de sus ojos.
-No tengo un compañero- discutió el doncel, apartando su mirada de un alegre salvaje. Aún no podía admitir sus sentimientos.
-¿En serio? Bueno, me parece que eres muy estúpido o muy terco.
-Tan solo cállate. Tu voz es irritante.
-La verdad nunca es agradable, pero de todos modos debe ser hablada si no quieres que te destruya.
-¿Ahora eres sabia? ¿Por qué no vas a buscar a tu propio compañero, en lugar de mencionar uno que no existe?
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La Bestia Y Su Doncel. (primera Parte Saga Donceles)
RandomKaelin es uno de los pocos donceles que trabaja como agente policial en el Reino. Despreciado por ser un Doncel y no pertenecer a una familia adinerado, ha pasado cinco años atascado en un trabajo que no pone a prueba todas sus habilidades, y en el...