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|Caer en distracciones|
𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴
El tiempo pasó más rápido de lo normal. Lydia y Jackson no bajaban del piso de arriba y el cielo empezó a oscurecerse trayendo la noche consigo. Estaba algo asustada. Derek, Isaac, Boyd y Erica estaban delante de la casa de Scott. Nos miraban desde la otra calle, no tardarían en atacar.
Estaba en la entrada de la casa junto a Allison y Stiles. La chica cogió el teléfono de este y llamó a Scott, porque todavía no había aparecido y le necesitábamos urgentemente. Stiles y yo nos lanzamos algunas miradas, pero seguimos guardando silencio. Había algo en la mente de todos más importante en ese momento, y era que Lydia saliese con vida de aquella situación.
—Soy yo —dijo Allison cuando Scott cogió la llamada.
—¿Qué pasa? —dijo el chico al otro lado.
—Ven aquí, ahora mismo —ordenó Allison—. Y rápido.
Miré a la morena y mordí mi labio inferior nerviosa. Teníamos una ballesta, una mujer lobo inexperta y un Stiles. No nos servía de mucho contra un alfa y sus tres betas. Necesitábamos a Scott.
—Vale, voy corriendo —contestó Scott. Justo después, colgó el teléfono.
Habían dos ventanas estrechas en la entrada, una a cada lado de la puerta. Stiles observaba por una y Allison por otra. Me acerqué a la del chico y levanté ligeramente la cortina que la cubría para mirar por el visillo. Erica sonrió desde fuera y Derek siguió matándonos con la mirada.
Stiles se tocó el pelo nervioso y miró a Allison, yo lo hice también y vi como tecleaba algo en el teléfono.
—¿Qué haces? —dijo Stiles algo alarmado.
—Pues, creo que... Debería avisar a mi padre —dijo Allison empezando a alterarse. Ya sabía cómo era ella en ese tipo de situaciones y no me apetecía ver cómo perdía la cordura poco a poco.
—Pero si te pilla aquí con Scott... —empezó a decir Stiles.
—Ya lo sé —respondió la morena tajante—. ¿Y que debemos hacer? No han venido a asustarnos. Quieren matar a Lydia.
Negué con la cabeza, tenía razón, no era ningún juego y nosotros no teníamos mucho que hacer contra ellos. Taconeé nerviosa y miré a Stiles.
—Tengo una idea —susurró el chico mirando a Allison—. Dispárale a uno.
—¿Lo dices en serio? —dijo Allison.
—A Scott le dijimos que nos protegeríamos, así que, hagámoslo —dijo Stiles—. Por lo menos intentémoslo.
