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|¿Otro diario?|
𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴
—Venga, vamos —animé a Stiles agarrándole de la manga para que acelerara el paso.
—No... puedo... más... —articuló cansado.
—No vuelvo a salir a correr contigo nunca más —dije rodando los ojos.
Todos los estudiantes de Beacon Hills estábamos de puente. Quería aprovechar esos pocos días de fiesta para hacer ejercicio, algo que siempre me había gustado. Esta vez, decidí llevarme a Stiles conmigo. Pensé que sería bueno para él, además de que necesitaba verlo despegado de su silla de escritorio. Los últimos días, había estado todo el tiempo pensando de manera obsesiva en el caso de los asesinatos del Kanima.
Me gustaba esa parte de Stiles, cuando se ponía a investigar e investigar, a ver las pruebas que tenía, a enlazarlas con posibles suposiciones... Era interesante y demostraba una y otra vez lo inteligente que podía llegar ser.
Lo malo de todo eso, es que cuando se centraba tanto en una sola cosa, no me prestaba casi atención... Y eso que vivíamos en la misma casa.
—Eres tú la que se ha empeñado en sacarme a pasear —dijo frunciendo el ceño, hablaba de él mismo como si fuera un perro.
—Te dije que te vendría bien para estar en forma en los entrenos de Lacrosse —rebatí relajando el paso para poder ir a su altura.
—Ya, pero... Estoy cansado igual —se quejó parando en seco. Se apoyó sobre sus rodillas y me hizo frenar a mí también para esperarle. Aproveché para sacar la botella de agua que llevaba en mi mochila. Di un sorbo y se la tendí a Stiles para que se recuperara.
Observé a mi alrededor, un escalofrío me recorrió la espalda cuando me di cuenta de dónde estábamos.
—Es la calle de mi antiguo barrio —comenté volviendo a mirar al chico.
—Sí... —dijo Stiles cerrando la botella. Me la devolvió y la guardé en la mochila de nuevo.
—¿Cómo estará la casa? —pregunté con curiosidad—. No la veo desde que vinimos a recoger las últimas cosas.
—Precintada, supongo —contestó encogiéndose de hombros.
—Quiero ir a verla —dije decidida. Por alguna extraña razón, tuve una necesidad casi incontrolable de enfrentarme al miedo que sentía por mi pasado—. Necesito entrar.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No lo sé... Creo que quiero cerrar una etapa —dije empezando a despellejar mi labio inferior con los dientes—. Ya ha pasado mucho tiempo desde el accidente, quiero volver a verla y sentir que todo ha cambiado para bien.
