𝐓𝐞𝐞𝐧 𝐖𝐨𝐥𝐟: 𝐁𝐚𝐜𝐤 𝐭𝐨 𝐁𝐞𝐚𝐜𝐨𝐧 𝐇𝐢𝐥𝐥𝐬 ➢ Stiles Stilinski

━ Capítulo 5

|La hermana de Derek|

𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴

Subí las escaleras y abrí la puerta de la habitación de Stiles sin pararme a llamar primero. No me sorprendió ver a los dos amigos dormidos como troncos, seguro que se habían pasando la noche buscando información después de que yo me fuese a la cama.

   Tardé unos minutos en ver el desastre que habían hecho. Había papeles por todas partes, imágenes impresas y comida por el suelo. Puse una cara de asco y me acerqué a la impresora para apagarla, ya que todavía seguía expulsando papeles. Intenté no pisar nada mientras caminaba hacia Stiles.

   —Stiles —dije moviendo suavemente su hombro. Estaba en una postura de lo más incómoda, una mitad de su cuerpo descansaba en su cama, y la otra mitad estaba en el suelo—. Stiles...

   Suspiré al ver que no reaccionaba.

   —¡STILES! —exclamé. El chico se levantó rápidamente del suelo, con una hoja pegada en la cara. Mi grito hizo que Scott también se despertase y casi cayera de la silla en la que estaba sentado.

   —¿Qué pasa aquí? ¿Todavía no están despiertos? —preguntó Noah asomándose desde la puerta.

   —No, ya están despiertos. Pero vamos a llegar tarde a clase —dije poniendo los brazos en jarras.

   —Bueno, me voy a trabajar —dijo el sheriff dándose la vuelta.

   —¡Papá! —lo llamó Stiles, el sheriff se detuvo—. ¿Heather?

   —No, todavía nada —negó el hombre antes de irse.

   —Diez horas y nada —dijo Stiles molesto.

   —¿Nada? —dije sorprendida.

   —Encontraremos algo —asintió Scott convencido.

   —Encontrar algo no hará que Erica esté menos muerta ni que Boyd no esté a punto de morir —dijo Stiles recogiendo algunos papeles.

   —Aún tenemos tiempo —dijo Scott.

   —¿Todo esto de mantener una actitud optimista ante un completo desastre forma parte del programa "ser un mejor Scott McCall"? —preguntó Stiles.

   —Eh... No, si no funciona —dijo Scott.

   —Oh, callaos ya y recoged todo esto —dije frunciendo el ceño—. Me dais dolor de cabeza.

   Me agaché a coger un artículo de un periódico del suelo.

   —Sigo sin entender por qué tenéis que gastar tantos papeles —dije mirando a Stiles ofendida—. Esto son mínimo tres árboles.

   Mi mirada volvió a la hoja que sostenía en la mano y sonreí.

   —Aunque he de admitir que en esta foto tu padre se ve como todo un profesional —dije encogiéndome de hombros.

   —¿Qué has dicho? —dijo Stiles. Iba a contestarle pero me quitó el papel de las manos—. ¡Papá! ¡PAPÁ!

   El chico salió corriendo de la habitación y me quedé algo confundida.