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|El baile de invierno|
𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴
—Deja de moverte —dijo Lydia pintándome los labios con un gloss suyo, o al menos lo intentaba.
—Perdón —dije intentando no mover la boca.
—Lo has vuelto a hacer —dijo ligeramente frustrada. Tapó el brillo de labios y me miró—. Yo creo que ya está. Mírate en el espejo.
Me levanté y le hice caso, me acerqué al espejo de cuerpo entero que la pelirroja tenía en su cuarto y me observé detenidamente.
—¿Y bien? —preguntó.
—Pues, la verdad, nunca me había visto tan guapa —confesé observando el vestido, el peinado y el maquillaje que me había hecho Lydia.
—Ya, yo hago milagros —dijo con una sonrisa orgullosa.
—¿Eso me lo tengo que tomar como un insulto o...? —pregunté volviéndome a sentar.
—Tómatelo como un cumplido —dijo tocando mi pelo—. ¿Estás nerviosa?
—¿Por qué iba a estarlo? —dije frunciendo el ceño.
—Sabes que él estará allí —dijo mirándome a través de mi reflejo en el espejo del tocador.
—Ya, pero... —dije bajando la mirada.
—Esta es tu noche —dijo Lydia—. Dile lo que sientes, arriesga y gana.
—¿Estás loca? —pegunté girándome para mirarle a la cara—. Él ya sabe lo que siento y... No le gusto.
—Sí que le gustas —dijo frunciendo el ceño—. Pero ambos os sentís raros porque sois amigos de toda la vida, veros mutuamente de otra forma es extraño.
—No lo entiendes... A él le gusta otra —susurré.
—Soph, cariño —dijo con una sonrisa—. Todo el mundo me quiere, cuanto antes lo aprendas, mejor.
—¿Cómo sabes...?
—Por favor —dijo rodando los ojos—. ¿Hola? ¿Crees que no he notado que ha estado detrás de mí todos estos años?
—Pero... —dije confundida.
—Ya te lo he dicho, todo el mundo me quiere, es imposible que él no lo haga o lo haya hecho —dijo perfilándose su delineado del ojo—. Pero eso no quiere decir nada, le gustas y ya está, Soph.
—Pues no sé si quiero intentar algo con él sabiendo que siente algo por tí —dije apretando los dientes.
—Una cosa es que se haya sentido atraído por mí, como todos. Y otra muy distinta es que esté enamorado —dijo guardando su estuche de maquillaje—. Además, cada vez siente más cosas por tí. Tanto que ya se ha olvidado de las demás, ¿es que no es obvio?
