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|La rabia|
𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴
Estaba sentada en los bancos de Lacrosse mientras estudiaba para el examen de filosofía del miércoles. Scott y Stiles tenían entreno, y yo, como siempre, intentaba apoyarles. Escuché el silbato del entrenador y levanté la mirada de mis apuntes.
—¡Venga! ¡Dos filas y atacamos! —dijo el entrenador.
Jackson se puso de defensa unos metros más allá de la portería. Los jugadores iban pasando y la mayoría acababan en el suelo. El Lacrosse era un deporte inusual, pero a la vez muy violento. Llegó el turno de Scott. Estaba un poco preocupada por él, sabía que con la rabia podría descontrolarse y perder la cabeza. Mucho más después de averiguar que el padre de Allison era el líder de los cazadores que lo persiguieron el viernes por la noche. Cuando me lo contó, sinceramente no me lo creí. Para una amiga que hago, y su padre intenta matar a uno de mis mejores amigos.
El castaño empezó a correr hacia Jackson, demasiado lento como para hacer una buena jugada. El capitán corrió hacia él y lo tiró al suelo de un empujón. La caída fue fuerte y no pude evitar hacer una mueca de dolor. El entrenador se acercó a él y dijo algo que no logré escuchar.
—¡McCall va a repetirlo! —dijo el hombre finalmente.
Todos volvieron a sus posiciones y sonó el silbato. Scott empezó a correr de una forma un tanto extraña. Se acercó a Jackson y lo tiró por los aires de mala manera. Una caída más fuerte que la anterior. Jackson se tocó el hombro y Scott cayó de rodillas al suelo con las manos en la cabeza. Supe que algo malo estaba pasando, dejé mis cosas a un lado y eché a correr hacia él.
—¿Scott? —dije llegando a su lado. Stiles lo estaba sujetando mientras preguntaba.
—No lo controlo —dijo Scott—. Lo noto.
—¿Qué? ¿Aquí mismo? ¿Ahora? —preguntó Stiles.
—Vamos, levanta —dije tirando de Scott. Con la ayuda de Stiles corrimos hacia el vestuario de los chicos. Una vez dentro Scott cayó apoyado en la pared.
—Oye, tranquilízate Scott —dijo Stiles alterado.
—Puedes aguantar —dije mirándole.
—¡ALEJAOS DE MÍ! —gritó con la voz grave. Sus ojos eran amarillos y asomaban colmillos en su boca. Retrocedí hacia atrás asustada. Stiles me agarró y nos alejamos a trompicones de Scott. Este pegó un salto y se subió a las taquillas. Rugió con rabia, intentaba matarnos. Seguí pegada a Stiles y dimos la vuelta al vestuario mientras Scott saltaba por las vigas intentando atraparnos. Corrimos hacia la puerta y me choqué con un extintor. Lo descolgué rápidamente y se lo entregué a Stiles. Scott saltó encima nuestro con una mirada asesina y Stiles le dió de lleno con el contenido del extintor. Scott se revolvió entre el gas blanco y se cayó al lado de un banquillo. Salimos por la puerta y nos quedamos pegados a la pared con la respiración agitada.
