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|El aullido del alfa|
𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴
Pasaron 10 minutos más, yo ya había conseguido relajarme y Allison también estaba más tranquila. Entre nosotros reinaba el silencio hasta que un fuerte y atronante rugido hizo temblar las paredes, Jackson empezó a temblar y se tiró al suelo con la mano en la nuca, yo sentí que mi cabeza iba a explotar. Me apoyé en la pared y me dejé caer al suelo con las manos en los oídos, mi pulso salió disparado y empecé a sudar considerablemente.
—Soph —me llamó Stiles preocupado—. ¡Sophie!
—¡Es horrible! —grité apretando los dientes. El ruido desapareció y la sensación de presión en mi cabeza se desvaneció.
—¿Estás bien? —dijo Stiles agachándose a mi lado.
—Sí —dije asintiendo rápidamente a la vez que me levantaba.
Allison y Lydia se agacharon al lado de Jackson y lo ayudaron a ponerse de pie.
—Estoy bien —dijo molesto apartándose de las chicas—, en serio, no pasa nada.
—Pues no lo ha parecido —contraatacó Allison.
—¿Qué tienes en la nuca? —dijo Stiles señalando la mano de Jackson, el cual se tapaba esa zona con fuerza. El chico apartó el brazo de Stiles de un manotazo y nos miró a todos.
Stiles se quedó con la boca entreabierta pensativo, se acercó a mí y me susurró discreto:
—Creo que Jackson tiene más secretos de los que pensábamos.
—Ahora mismo no me interesa —dije llevándome una mano a la cabeza, todavía me dolía.
—Y al parecer tú también —dijo mirándome extrañado—. ¿Qué te ha pasado?
—No lo sé —contesté seria.
—Esto cada vez es más extraño.
—He dicho que estoy bien —volvió a repetir Jackson cuando Lydia le preguntó.
—Lo tiene desde hace unos cuantos días —dijo la pelirroja a la defensiva.
—Como si de verdad te importara —contestó el chico. Desde luego se trataban con mucho cariño.
—¿Podemos dejar de discutir un poco? —preguntó Stiles para calmar el ambiente.
