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|Reencuentro inesperado|
𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴
—He de ir a ver al médico forense para saber qué le ha pasado a Jackson —dijo el sheriff mientras Scott, Isaac y yo lo escuchábamos en el vestuario de los chicos. No podía apartar mi mirada del suelo, Stiles había desaparecido y una ambulancia se había llevado el cuerpo inerte de Jackson, cuando lo subieron a la camilla, ya estaba muerto. Jamás pensé que acabaría así la noche—. Y hay una orden de búsqueda de Stiles. Su vehículo sigue aparcado, lo que significa... Vaya, no sé lo que eso significa.
El miedo en los ojos del sheriff podía percibirse a kilómetros. Yo estaba igual de preocupada que él, necesité mi tiempo para aceptar que Stiles no estaba... Pero sabía que aparecería tarde o temprano, y que era de las personas más inteligentes que había conocido, así que sabría cuidarse de sí mismo hasta que lo encontráramos. Eso me relajaba un poco.
—Oye, si contesta a las llamadas y responde a los mensajes, si llegáis a verle... —empezó a decir Noah con lágrimas en los ojos.
—Le avisaremos —dijo Isaac.
—Escuche, es posible que simplemente se haya asustado —añadió Scott.
—Lo encontraremos —aseguré intentando no llorar de nuevo.
—Claro —asintió el sheriff—. Nos veremos luego.
El hombre se fue decaído y el entrenador se acercó a nosotros.
—Davis, tengo que hablar contigo un momento —dijo apartándome de Isaac y Scott.
—¿Pasa algo? —pregunté extrañada.
—Sí, verás... —dijo pensativo—. Te he subestimado, no sabía que podías ser tan buena jugando al lacrosse, y me has sorprendido, la verdad.
—¿Intenta decirme algo?
—Que no tengo un equipo femenino, pero que me gustaría que te plantearas apuntarte de verdad. Eres buena, has marcado un par de veces y si entrenas, puedes llegar muy lejos.
—Gracias, entrenador —dije con una sonrisa—. Pero solo he jugado para probar y...
—Tú piénsalo, ¿de acuerdo?
—Está bien —asentí.
El entrenador se retiró y me acerqué de nuevo a los chicos.
—¿Se han ido todos? —preguntó Scott, no fui capaz de sentir ni percibir ninguna sensación que me hiciera saber que había alguien más con nosotros, así que asentí.
Scott se dio la vuelta y arrancó con un sonido horrible la puerta de la taquilla de Stiles. Sacó un par de camisetas y nos miró a Isaac y a mí.
