✴71✴

568 46 26
                                        

—Ecuador, te desapareciste una semana entera. —Mencionó Panamá enojado.

—Yo—

—¡Y cuando volviste, dijiste que te pusiste yuyaqui sin saberlo! —Reclamó por la mentira. —¡Y ni siquiera sé que es yuyaqui! —

—Es chuchaqui y no te estaba mintiendo del todo. —Soltó una risa nerviosa.

—¡Estaba muy preocupado!—Exclamó.

—Cuando recibí tu llamada creeme que quise ir a verte. —Se excusó.

—¡Colombia y Venezuela estaban muy preocupados! —

—Ya me disculpé con ellos. —Mencionó.

—¿¡Me estás diciendo que todos sabían la verdad menos yo!? —Se señaló frustrado.

—No, Panely, ONU me había dicho—

—¡¡Me vale una poronga de mierda lo que te haya dicho el hijue puta perra de ONU, me mentiste!! —Ecuador lo miró de una manera tierna. —¡No me mires así que no te funcionará esta vez! —Avisó, el ecuatoriano siguió con la misma mirada en lo que ahora juntaba sus manos formando un corazón.

—Ai loviu. —Trató de hablar en ingles haciendo una voz aguda y adorable.

Panamá separó sus manos sonrojado. —B-bien, explica esto. —Se cruzó de brazos mirando a otro lado.

Éste suspiró aliviado, había conseguido su objetivo que era calmarlo. —ONU me había llamado a una reunión importante, no me dijo para qué o qué, lo único que me avisó es que no te contara nada porque estarías en peligro, y yo no quería que estuvieras en peligro. —Confesó.

—¿Y por qué mierda te fuiste sin avisar? —Lo miró.

—Pensaba que la reunión solo sería unas horas... —Soltó una risa nerviosa. —Tenía planeado volver antes de que te dieras cuenta. —Explicó. —Pero no fue así, lo primero que vi fue a Bolivia y Perú llorando y... —Suspiró rendido. —Vi a mi madre ahí, el tiempo se fue volando, creeme, te quería mandar un mensaje de que estaba bien, pero no sabía como decirlo sin que quisieras matarme. —Sonrió.

Panamá juntó sus dedos dejando pocos milímetros de distancia entre ellos y los mostró. —Estuve así, pero así de cerca de sacarte el corazón y estrujarlo para que sientas el dolor que yo sentí cuando no estuviste. —Mencionó aún molesto.

—Y te agradezco que no lo hayas hecho. —Se acercó a él abrazándolo. —Tú sabes que te amo, jamás te ocultaría algo si no fuera así de importante. —Besó su frente.

Panamá suspiró rendido, aquel suceso había sido hace ya unas semanas. —¿Y por qué me lo dices ahora? —Alzó la vista conectando miradas con él.

—La mentira me carcome. —Confesó aliviado de por fin decirlo todo.

Giró los ojos mientras correspondía el abrazo. —¿Algún día conoceré a tu madre? —Preguntó en lo que Ecuador abría sus ojos asombrado.

Soltó una risa nerviosa. —Eh... Bu-bueno... La cosa aquí es que tú... Ya la conoces. —

—¿¡QUÉ!? —Gritó.
Rápidamente Ecuador apretó el abrazo para que éste no escapara, mientras Panamá insultaba al aire siendo que no se escuchaba nada pues su cara estaba apegada al pecho de éste dejando sólo gritos ahogados. Pasaron unos minutos y el de menor altura volvió a calmarse, siendo que cuando se dio cuenta de eso se separó un poco. —¿Qué? —Volvió a preguntar mirándolo seriamente.

—¿Recuerdas cuando fuiste a Bolivia y me dejaste solito? —Preguntó sonriente.

—Se directo. —

—Cuando estuviste en el súper mercado, te topaste con una mujer de capucha negra, era ella. —Explicó sin más. —Bolivia me contó eso. —

Panamá bajó la mirada procesando la información dada, eso tenía sentido pues cuando aquel joven que se acercó y se llevó a la mujer había jurado que tenía la voz de Bolivia, al parecer había acertado. Y también eso explica porqué ella sabia el dichoso apodo de "Panely" —Espera... ¿Le hablaste sobre mí? —Cuestionó volviendo a mirarlo.

Ecuador se sonrojó mucho ante eso, volvió a reír. —Y-yo... Sí, es decir... —Suspiró tratando de calmar su respiración. —Es solo que hablar de que tengo el mejor esposo, es hermoso ¿sabes? Y más si se lo cuento a mi madre, que por cierto, también quiere conocerte. —Avisó, el panameño ahora tenía la mirada ilusionada.

—Sería genial. —Asintió sonriendo. —¡¡Pero no me vuelvas a mentir!! —Advirtió.

Ecuador soltó una risa asintiendo. —Llevamos cien años casados, es la primera vez que te miento, no volverá a pasar, te lo juro. —Besó su mejilla. —¡Oh! ¿Qué te parece que en otros cien años tú me mientes? —Preguntó. —Para quedar a mano, por favor. —Pidió haciendo que el contrario riera.

—Bien, como digas. —Besó sus labios.

🌻🌸Cortos EcPa [CountryHumans]🌸🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora