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Llevó sus manos a los bolsillos de su suéter mientras comenzaba a caminar a la farmacia más cercana a la de su hogar, miraba al frente con una expresión bastante preocupada, pues su querido esposo Ecuador le había entrado una gripe la cual aún no se curaba. En un suspiró, dejó de pensar en aquello y siguió su camino dispuesto a comprar la medicina que necesitaba el ecuatoriano.
Mientras sus pasos iban a un caminar suave pero rápido, sintió unos pequeños brazos abrazando su pierna derecha, se detuvo asombrado y se percató de una pequeña infante abrazándolo. —¡Buenos días señor Panamá! —Saludó la niña de vestido rosa con una sonrisa que alegraría el día a cualquiera.

—Buenos días ¿Dónde están tus padres? —Cuestionó devolviendo la sonrisa mientras se agachaba para verla mejor.

—¡Allá! —Señaló una esquina donde estaba una pareja saludándolo.

Éste devolvió el saludo relajado. —Ve con ellos, come mucha sopa y no olvides hacerles caso en todo. —Mencionó, la niña asintió con la cabeza. Emocionada, salió corriendo donde ellos mientras se despedía de él. Apenas llegó a sus padres, abrazó a ambos con cariño, aquel pequeño acto hizo que Panamá sonriera un poco más.

Volvió a pararse y continuó caminando a la farmacia. —¡Mira mamá, soy súperman! —Escuchó esta vez la voz de un niño que era alzado por su padre en lo que caminaba.

—¡Oh, que valiente, mi niño! —Felicitó su madre.

Frunció un poco el ceño, tratando de ignorar aquella escena siguió su caminar percatándose que la mayoría de las tiendas eran de jugueterías y ropa para bebé. —¡Eres la mejor mamá! —Logró percibir la voz de otro niño que abraza a su madre con un juguete nuevo.

—Mami ¿Cómo será mi hermanito? ¿Le gustará éste chochesito? —Mencionó otra niña que señalaba el estomago de su madre.

—¡Ma' te hice este regalo por tu cumpleaños! —

—Mami ¿por qué te gustan las flores? Papá dice que eres igual de hermosa que ellas. —

—¡Mami mira, tenemos los mismos ojos! —

—Mamá, te quiero mucho. —

Éste dejó de caminar mientras miraba a la nada unos segundos, alzó su cabeza con lentitud y niró a su al rededor fijándose que la mayoría estaban con sus hijos... ¿Hijos? ... ¿Qué se sentirá tener un hijo? —Seguro debe ser hermoso... —Se respondió en un susurro. Hace ya vario tiempo había estado pasando aquello, nunca se lo había contado a Ecuador por miedo a que este dijera que no. Su mirada bajo de nuevo al suelo haciéndose la idea de como sería ser... Una madre.

—¡Ofertas, ofertas! Coches para bebes con el cincuenta por ciento de descuento ¡Aproveche la oferta! —Gritaba un señor repartiendo unos boletos a lado de una tienda.

Miró el ventanal de aquella tienda mientras se acercaba, en ella, había un muñeco con una manta. Con cuidado tocó el vidrio mientras veía su reflejo en el, se podía observar como si fuera él quien tenía aquel muñeco. Cerró sus ojos dejando de escuchar a su alrededor.
"Un hijo es una carga muy importante, y en la cual cambiará tu vida para siempre." Recordó las palabras de USA. "¿Quieres un hijo? ¡Ja! ¡Yo seré el padrino y le enseñaré kárate!" Sonrió divertido al acordarse de Costa Rica. Abrió sus ojos aún con su sonrisa, le emocionaba la idea de que podría, junto a Ecuador, formar una vida... El próximo a gobernar sus tierras y que lo vería crecer y le ensañaría sobre la vida, respondería cada pregunta que su pequeño le hiciera, aceptaría con todo el amor que tuviera cualquier regalo que le diera, lo abrazaría, consolaría y educaría...

Apartó la mano del cristal mientras se iba corriendo del lugar.

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—¡¡Loviec, quiero un hijo!! —Entró Panamá a su casa inesperadamente mientras veía a su esposo.

Ecuador apartó la revista de su cara lentamente mientras lo veía cansado. —¿Ahodita? —Preguntó mientras se señalaba, éste estaba con una manta, el rostro pálido, con su nariz roja de tanto estornudar y ésta estaba tapada impidiéndole respirar correctamente. Se cuerpo estaba en sudor y completamente débil de músculos. Su cabeza estaba ardiendo y le dolía bastante igual que su garganta. —Padely, do se te ocuda tocadme... ¡Achu! Mañana te doy uno, pero ahodita do. —Replicó con voz ronca y seca.

—Chuzo, se me olvidó que estabas enfermo. —Sonrió nervioso. — Ya regreso, también se me olvidó comprar tu medicina. —

🌻🌸Cortos EcPa [CountryHumans]🌸🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora