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—¿¡Qué hago, qué hago!? —Gritaba Panamá aterrado.

—¡Has lo que sea, pero no dejes que se caiga! —Mencionó Costa Rica igual de aterrado.

—Ecuador va a matarme. —Renegó el panameño viendo a su hija en el filo de unos de sus rascacielos apunto de caer. —¡¡No entres en pánico hijita, mamá te va a salvar!! —Avisó.

—¿Si sabes que no te escucha? —Mencionó Costa Rica.

—¡¡Sí, lo sé!! —Éste comenzó a correr dentro del edificio para poder salvarla.

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—Creo que Dios me odia... —Habló Panamá viendo como su hija quemaba las casas con el fuego que salía de sus manos, aquel poder lo había heredado del panameño mismo.

—¡Mi casaaa! —Gritó con dolor El Salvador al ver su casa en llamas.

—No te preocupes Pan, al menos nadie salió herido. —Consoló Nicaragua.

—Sí, eso cre—

—¡¡Guatemala seguía adentro!! —Mencionó con terror el salvadoreño al recordar aquello.

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—¡No te asustes, todo estará bien! —Avisó Panamá corriendo por su hija con una sonrisa mientras que por dentro gritaba por ayuda.

—¡Ma-mama...! —Llamó su hija mientras aplaudía y reía, esta estaba sentada en una balsa flotando sobre un río apunto de caer a una catarata provocando su futura muerte.

Panamá en un saltó de fe, agarró a su hija con su brazo y la apoyó sobre su pecho mientras que con su otra mano se agarraba de una raíz del abismo, quedando ambos colgados. —Vez, te dije que todo estaría bien, si papi pregunta fuimos por helado. —Sonrió aliviado de por fin tenerla en sus brazos.

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—¿A caso tu hija no duerme? —Preguntó Belice cansada, eran las cuatro de la mañana y ninguno de los dos había podido dormir desde ayer.

—¿Quién fue el ahuevao que le dio dulces en el desayuno, almuerzo y merienda? —Preguntó enojado Panamá, pues sus hija estaba muy emocionada e imperativa, corría por todos lados, cantaba y gritaba como si no hubiera un mañana.

—Eh... ¿Tú? —Contestó la muchacha.

—¿En serio? —Éste dio un suspiro pesado. —Xuxa... —Se quejó para después taparse la boca asustado mirando a su hija.

—Xu... —Trato de arremedarlo.

—No, no, no, no. —Negó rápidamente. —No digas—

—¡Xuxa! —Repitió contenta por ser igual que él.

Panamá se llevó las manos al rostro con frustración. —Ahora sí Ecuador me va a matar... —

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—¡Ecma ni se te ocurra-! —Éste estaba regañando a su hija hasta que vio como ponía una cara entristecida y miraba al suelo con unas pequeñas lágrimas en los ojos, se le ablandó el corazón al verla de esa manera. —¡N-ni s-se te...! ocurra dibujar las paredes sin mí... —Trató de ser duro, sin embargo no pudo.

La niña apenas escuchó eso sonrió emocionada mientras sus ojos se iluminaban de emoción, tomó la mano de su madre y la llevó a la pared para después comenzar a dibujar en ella.

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—¡Ya vine! —Avisó Ecuador entrando a la casa, éste había estado una semana en México por un asunto con la Alianza del pacífico.
No hubo respuesta así que decidió buscar a su familia, entró a la habitación de su hija sin encontrar nada, ahora a la suya y de Panamá encontrándolos completamente dormidos. Sonrió alegre mientras caminaba a ellos y los arropaba bien, le dio un beso en la cabeza a su hija. —Descansa dulce guerrera. —Ahora le dio un beso en la mejilla a su esposo. —Descansa súper mamá, haces un buen trabajo. —Alagó en lo que se iba para no despertar a ninguno.

🌻🌸Cortos EcPa [CountryHumans]🌸🌻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora