❝𝟭𝟵𝟰𝟳❞ ━━ 𝙩. 𝙧𝙞𝙙𝙙𝙡𝙚 ⋅ 𝙝. 𝙥𝙤𝙩𝙩𝙚𝙧 ▎

Capitulo Veintiocho (Final)

Xxviii

Los pasillos oscuros le dieron una leve sensación de seguridad. Fingió que cuando no podías verlo, no existía. Cuánto más fácil se habría vuelto la vida si no fuera él mismo. Porque le cuesta decir cómo se llama. Se llevó tantos de ellos que se perdió en algún lugar del camino. Y la única persona que podía ayudarlo estaba muerta.

A petición de Lucius, permaneció bajo el nombre de Black. Harrison Shadow murió en la pelea, según los tabloides. Harry solo se encogió de hombros ante la noticia. Si fuera un mortífago, no habría sobrevivido de todos modos. Todos con la marca murieron. Extrañamente, no sintió nada cuando se enteró de la muerte de Snape. Pero tal vez porque aún no podía sentir nada.

Lucius Malfoy se convirtió en ministro. Justo como él quería. Harry soltó una risita corta e histérica. Sonaba lúgubre en el pasillo desierto. Todo fue como él quería.

Han pasado dos meses desde la pelea en el Ministerio. No había vuelto a ver a Víctor desde entonces. No iba a buscarlo porque él mismo no estaba listo para esta reunión. Quizás si fuera capaz de sentir algo, estaría preocupado por su amigo. Pero su corazón pareció dejar de latir, como si no pudiera continuar, porque tenía un gran agujero del tamaño del puño de Hagrid dentro.

Todo el mundo mágico de Gran Bretaña se ha separado de los muggles. Ahora continuaba la búsqueda de niños que pertenecieran al mundo de la magia. Las listas de padres que querían adoptar jóvenes magos eran interminables. Harry se dio cuenta de que Lucius no le estaba contando todo. Las grandes desapariciones de los muggles marcaron otra incursión de vampiros. A veces incluso los inefables. Y, sin mentirse a sí mismo, no podría importarle menos.

Lo perdió todo. Padres, padrino, amigos, Regulus, Maestro, incluso un alma gemela. Fue traicionado por su mentor, manipulado por su propio Animus , Víctor se separó completamente de él y solo Lucius realmente se preocupaba por él. Aunque Harry sospechaba que era pura lástima más que un genuino deseo de preocuparse.

Iba de camino a las habitaciones de Hexus. El vampiro no ha estado en el castillo desde el final de la pelea. Salió. Y dejó a Harry.

Entró al baño en silencio. Cerró la puerta detrás de él y se volvió lentamente hacia el espejo. La vista que retrató fue una descripción perfecta de cómo se sentía. Más aún, no lo hizo. Existió. Existió. Pero seguramente no lo llamaría vida.

Con un movimiento de su varita, rompió el espejo. Los fragmentos volaron en todas direcciones. Ya no tenía control sobre su magia, por lo que no esperaba que el poder de la explosión fuera tan grande. Se golpeó la cabeza contra el suelo y trozos del espejo sangraron en su rostro. Si no fuera por la sangre, probablemente ni siquiera se habría dado cuenta. A veces soñaba que se mataría por accidente. Agita su varita en la dirección equivocada. Tropezará y caerá por el acantilado. Desafortunadamente, se golpeará la sien.

Desafortunadamente, no tuvo suerte.

No podía creer lo patético que se había vuelto. Seguramente él no lo permitiría. Se reiría de eso hasta que Harry se sintiera avergonzado.

"Maldito bastardo," dijo el chico arrastrando las palabras, viendo la cara de Riddle materializarse frente a él.

"No sé si reír o llorar", admitió Tom. - ¿Y eres mi Animus ?

Levantó una mano y la dejó caer sobre la cara del hombre. La mano atravesó el humo. Tom Riddle era solo un producto de su imaginación enferma.

"Déjame en paz", murmuró débilmente. El dolor aumentaba con cada momento que pasaba. Todos los sentimientos regresaron a él y Harry comenzó a tener problemas para respirar. Dio unos pasos hacia atrás, sus ojos nunca dejaron el rostro sin emociones de Riddle. La absorbió como si lo viera por primera vez. - No. No. Gimió y se dejó caer al suelo. Dobló las rodillas y apoyó la mejilla contra ellas.