#2: ¿La razón? No se sabe.

201 19 22
                                    

Justo después de que la bienvenida (la cual al príncipe le había parecido más larga que habitualmente) había acabado finalmente, lxs empleadxs fueron guiados a sus habitaciones ya previamente asignadas; existía un área en el castillo creada solamente para estos. Y los reyes ya se habían levantado de sus tronos para atender otros varios asuntos pendientes que tenían. Eijiro entonces optó por acercarse a su madre, antes de que esta se retirase (al igual que su padre, que ya no se encontraba en el salón) y fuese muy tarde. Quería ver si la mayor podría responderle aunque sea un par de las varias preguntas que se había hecho acerca del rubio.

-Am... ¿Mamá?

-¿Qué sucede, cariño?

-Ah...- Se detuvo antes de siquiera comenzar. ¿Parecería extraño que preguntase acerca un completo extraño al cual no le había dirigido la palabra siquiera?... Si lo ponía de esa forma, probablemente sí. Por un momento, estuvo a nada de echarse para atrás. Sin embargo, su curiosidad sobre aquel desconocido de cabellera rubia, era más grande que el interés que le diese en ese momento a lo que creería o interpretaría el resto.

-Eh... Los comisionados.. A mi padre y a ti siempre les dan algo de información sobre las personas a las que ellos contratan, ¿No es así?

-Sí.. ¿Por qué la pregunta?

-Bueno...- Inconscientemente, disminuyó el tono de su voz, a la vez que se colocaba levemente cabizbajo, y sus gestos corporales se notaban ahora algo cohibidos -¿De casualidad sabes algo acerca del chico nuevo llamado Bakugo Katsuki?

La reina, extrañada por el comportamiento de su hijo, mostró en su semblante este mismo sentir. El menor nunca antes había preguntado acerca de alguien a quien desconocía, al menos no tan enseguida; y aquel "nunca antes" incluía también todas las bienvenidas al nuevo personal en las que él había estado presente.

De todos modos, por más inusual que le pareciese, estaba dispuesta a responder las preguntas que tuviese su hijo para ella. Se podría decir que se le había facilitado memorizar mejor unos datos que otros de todos los papeles que había leído con detenimiento anteriormente.

-¿Qué es lo que quisieras saber sobre él?

Y fue allí cuando el comportamiento algo cohibido del chico, se transformó en uno más pensativo.. ¿Qué podría preguntarle a su madre que hubiese posibilidades de que ella supiera?

No le tomó mucho para que se le vinieran una que otra pregunta a la cabeza. Le preguntó sobre qué edad tenía el rubio, y esta le dijo que era unos cuantos meses mayor que él. También preguntó si el chico era de la ciudad, a lo que ella, con algo más de dificultad para recordar, le respondió que no, y que en realidad venía de uno de los pocos pueblos del reino que podrían considerarse más grandes que el resto, solamente que no pudo recordar el nombre de aquel lugar.

Preguntó algunas otras cosas, pero, lamentablemente para su incalmable curiosidad, su madre ya no tenía las respuestas a la mayoría sus nuevas interrogantes emergentes. Se sintió ligeramente desanimado, a decir verdad; sin embargo, no lo pensó dos veces para agradecerle a su madre por las respuestas que sí le había sido posible brindarle.

Estaba apunto de despedirse de su madre, cuando esta le detuvo para hacerle ahora ella un pregunta.

-Me alegra haber podido ayudarte un poco, corazón.. Ahora yo tengo una pregunta para ti- Decía, como siempre sin perder la elegancia y gracia que le distinguía muy bien. Eijiro entonces permaneció atento a lo que su madre fuese a preguntarle -¿Por qué tanto interés por este chico?

Las flores de nuestro amor || kiribakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora