#13; Obvio y a la vez confuso

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El sol había salido ya, eran aproximadamente las 6 de la mañana, el día especial de nuestro lindo príncipe había llegado. El pelinegro poco a poco iba despegando los parpados, los cuales aún sentía igual de pesados que antes de caer en el sueño profundo.

Aún se encontraba oculto debajo de su cálido edredón, mientras se tallaba los ojos para poder despabilarse. El cuarto estaba en completo silencio, sin contar el bostezo que acababa de soltar el príncipe y el intermitente canto de las aves que se escuchaba no muy lejos de ahí.

De repente, a los oídos de Kirishima, llegó el sonido de la puerta de su recámara rechinando ligeramente por estar siendo abierta.

La curiosidad de Eijiro no tardó en reflejarse en sus acciones; de modo que, justo cuando la puerta dejó de rechinar y se pudo escuchar como ésta era cerrada de nuevo, el pelinegro salió rápidamente de debajo de su edredón, y unos segundos después de esto, tuvo la capacidad para poder abrir por completo sus ojos color rubí. Quedando un poco confundido al no hallar la presencia de nadie más en la habitación aparte de la propia.

-¡Sorpresa!- Gritó Ashido con los brazos alzados, saliendo de detrás del costado izquierdo de la cama de su amigo, causándole un gran susto.

-¡¡HYAAAA!!- Gritó en respuesta el chico para después caer boca arriba (casi de cabeza) de la cama hasta el suelo.

-¡Ups! Lo siento Ei, ¿Estás bien?- Preguntó cruzando la cama mirando apenada a su amigo con los ojos cerrados por el impacto de la, aunque pequeña, dolorosa caída, mientras le ofrecía una mano para ayudarle a levantarse.

-Si, estoy bien.. Pero, ya te he dicho que no hagas cosas así, me asustas- Tomó la mano de Ashido para poco a poco subir hasta su cama de nuevo y quedar acostado boca abajo en la misma. Mientras que la rosada se había quitado de ésta y sacó algo para el príncipe de quien sabe donde.

-¡Perdón...!, no fue mi intención hacerte salir de la cama así...- Soltó una risita por el pequeño incidente ocurrido hace unos segundos atrás -Dejando eso de lado.. ¡Feliz cumpleaños, Ei!- La rosada puso una bolsa de papel ligeramente pesada sobre la cama, enfrente del pelinegro.

Éste no tardó en levantar la cara y ver el logo de un establecimiento, el cual le resultó muy familiar en sus memorias, hasta que al fin lo reconoció por completo -¡No puede ser..!- Exclamó con sorpresa y emoción, mientras se sentaba con las piernas cruzadas. Abrió la bolsa, y ésta desprendió una ilusión como de una mini bomba de confeti estallando cerca de la cara del chico.

Claro que, como dije, era una simple ilusión, uno de esos hechizos básicos que cualquiera podría dominar; así que, conforme el confeti iba cayendo en distintas superficies, ya sea la cama o el cabello del príncipe o cualquier otra, estos pequeños pedacitos de papel de colores se desvanecían por completo -¡Un cupcake de Crimson's!- Exclamó aún más emocionado, el nombre de su repostería favorita, cuando por fin vio el contenido de la bolsa.

-En efecto, mi querido amigo- Afirmó la ojimiel con una expresión confiada en su rostro.

-¡Wuaa! ¡Muchas gracias, Mina!, amé el regalo- Abrió la caja de plástico transparente en la que se encontraba el cupcake, sintiendo como se le empezaba a hacer agua la boca.

-¿"Regalo"? Jaja, no no no. Esto es solo un extra aparte de tu desayuno. Mi verdadero regalo te lo daré durante la fiesta, igual que los demás- Aclaró la rosada moviendo las manos conforme las cosas que iba diciendo.

-Ahhh, ok ok.. entiendo- Respondió para después finalmente tomar el cupcake con una de sus manos y meterle un gran mordisco, manchando un poco su boca con la crema batida y chispas con las que el alimento estaba decorado.

Las flores de nuestro amor || kiribakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora