-Nos vemos mañana, Bakugo- Se despedía Tetsutetsu del cenizo, ya habiendo regresado a la zona de lxs empleadxs.
El aludido no respondió nada esta vez, simplemente se fue directo a su habitación, la cual aún se hallaba llena de muchas de sus cosas sin acomodar; pero en ese preciso instante, el desorden era lo que menos le molestaba. Cuando llegó y cerró la puerta, se dirigió directamente a su cama, lanzándose sobre esta, y envolviéndose entre las sábanas y almohadas, sin importarle mucho si llegaba a tirar algo de lo que él mismo había colocado encima del colchón anteriormente.
"¿Qué diablos acaba de pasar…?" Fue lo primero que cruzó por su mente. "Tú y el príncipe son amigos ahora, eso pasó" Se respondió así mismo. "¡Todo esto es tan extraño...! ¿En qué se supone que estoy ocupando mi primer maldito día aquí?".
Acalló sus pensamientos durante unos instantes, en los cuales su cabeza le mostró el recuerdo de lo que había sido su primer abrazo con Eijiro. Y antes de siquiera darse cuenta, los latidos de su corazón se aceleraron rápidamente una vez más. "¿¡Qué carajos me pasa!?" Exclamó para sus adentros, removiéndose en la cama hasta acabar boca arriba. "Maldito cuerpo estúpido…" Maldijo al no poder entender por qué se sentía de esa forma.
Permaneció en silencio nuevamente, solo para terminar mirando con detenimiento su mano derecha, la mano que el príncipe había tomado cuando se estaban retirando del jardín.
Sus ritmo cardiaco no parecía calmarse ni por asomo al recordar esos dos momentos, en los cuales Eijiro había invadido su espacio personal sin pensárselo dos veces.
No entendía nada, y por ende comenzaba a fastidiarse todavía más.
"Me harté. Será mejor que termine de ordenar este puto desastre" Declaró mentalmente, refiriéndose a las varias cosas que aún le faltaban por desempacar o acomodar. Esperando que, al mantener su cabeza ocupada en otro asunto, pudiese olvidarse, al menos por un tiempo, de todas las interrogantes que se habían creado aquel día.
Y así, utilizó el resto de su día en esta pesada tarea. Hasta que finalmente terminó, poco antes de su hora de dormir. Ni siquiera tuvo la intención de ir a hacerse algo para cenar antes de ir a la cama, el cansancio le pudo más que el hambre esa vez.
Por lo tanto, después de un día particularmente peculiar y agitado, el rubio tomó un baño y cepilló sus dientes, para luego dejarse caer en su colchón. Le envió un mensaje a su madre, informándole muy brevemente sobre cómo le había ido en el día (omitiendo las cosas que sucedieron entre él y Eijiro), como esta se lo había pedido al despedirse. Para así por fin, colocar su teléfono en la mesita de noche, y ceder poco a poco al sueño profundo.
• • •
Era finalmente la mañana siguiente, cerca de las 6 de la mañana, hora en la cual comenzaba el turno de trabajo de Katsuki, En la habitación de este mismo, se pudo escuchar como una alarma comenzaba a sonar y sonar incesantemente; provocando así que el cenizo despertase, como siempre, de mal humor.
Este se levantó, y fue a prepararse para su jornada, vistiéndose con el uniforme que le habían proporcionado el día anterior, al igual que al resto de lxs recién llegadxs.
Habiendo acabado el prepararse y asearse, se dispuso a ir hasta la sala de reuniones en aquella misma gran zona, en la cual, después de dar una breve explicación para lxs nuevxs acerca de ciertas cosas esenciales, se les brindarían a todxs sus encargos del día.
Después de una media hora de explicaciones, en parte intermitentes debido a las varias dudas que habían surgido de prácticamente todxs lxs recién llegadxs (a excepción de Katsuki), finalmente llegó el momento que el cenizo había estado esperando impaciente, al querer alejarse de aquella bola de extras idiotas lo más pronto posible.
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Las flores de nuestro amor || kiribakushima
Fanfiction⏤͟͟͞͞ 🌺┆ Las flores pueden poseer muchos significados diferentes y representar cientos de cosas distintas. Y una de estas, era el amor que se había suscitado inadvertidamente entre estos dos jóvenes. Kirishima Eijiro es un príncipe, cuya existenci...