#17; Sin palabras

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-Oye, ¿No crees que deberíamos ir por ellos? ya va empezar a anochecer- Preguntó dudoso Hanta. Se hallaba sentado en el césped con Mina a su lado, conversando.

-Nah, probablemente ya están viniendo para acá.. que yo recuerde, ninguno de los dos tiene algo con que hacer luz, así que por lógica sabrán que tienen que volver antes de que oscurezca, ¿No crees?- Decía confiada la pelirosa. -Además, puede que estén en un momento delicado, serio, romántico o lo que sea; así que no deberíamos interrumpir. No podemos solo ir y cortarles el hilo como si nada.

-Supongo que tienes razón...- Concluyó mirando el cielo, en el cual cada vez se iban haciendo más y más visibles las estrellas -Lo bueno que los guardaespaldas ya están en dentro de sus tiendas, así no verán cuando lleguen- Comentó relajado el pelinegro. Los adultos ya no se hallaban afuera mirando todo alrededor, ya que, como lo acordaron Mina y Hanta, les mintieron acerca de que el otro par ya se hallaba dormido desde la puesta de sol.

-Si.. Me pregunto como estarán cuando regresen..- Hablaba pensativa -¡¿Crees que vuelvan tomados de la mano o actuando súper tímidos!?, ¡Sería tan adorable!- Sonrió ante la imagen mental que se había creado -Lo digo porque.. no lo se.. siempre noté que había una especie de tensión rara entre esos dos- Esto último llamó la atención del otro, ya que él sabía algo acerca del cenizo que la chica no sabía -A Bakugo lo noté algo raro más que nada los primeros meses, hasta llegué a sospechar que le gustaba Ei- Soltó una risita -Pero no se cómo es él cuando le gusta alguien, así que no estaba del todo segura.. ¿Tú qué piensas?- Acabó pidiendo la opinión ajena.

-¿Yo?, eh.. bueno..- Se colocó nervioso. Observó como la rosada le empezaba a mirar un poco confundida por su repentino cambió de actitud. Pero, afortunadamente, una nueva presencia comenzó a adentrarse al campo visual del pelinegro. Así es, la de Katsuki. Estaba salvado... bueno, más o menos. La situación que se avecinaba no era algo bonito en absoluto.

-¡Mira, ya volvió Bakugo!- Anunció Sero tratando de cambiar de tema.

-¡Ah, si!- Sonrió al ver al susodicho acercándose, olvidándose por completo de lo que hablaban -Pero.. espera.. ¿Dónde está Ei?- Ahora en su semblante era de nuevo visible la confusión.

"No pienso lidiar con ese par de imbéciles en este momento" Pensó el rubio yendo directo a la tienda de campaña correspondiente, sin dirigirles una sola palabra (o mirada) a los otros dos.

-¡Bakugo, espera! ¿Dónde está Kirishima?- Cuestionó el pelinegro, levantándose de donde estaba, y yendo apresurado a donde el cenizo, siendo seguido por Ashido.

-¿Y ustedes, malditos idiotas? ¿Dónde estaban?, se supone que irían tras de mi, pero los veo aquí tan jodidamente tranquilos sin mover un solo puto músculo. Váyanse mucho a la mierda- Contestó hostil, con una mirada llena de desprecio. No, nadie debería hablarle en esos momentos, pero Sero y Ashido igual lo harían, debido a su ignorancia acerca de la situación.

"No salieron muy bien las cosas por lo que veo" Pensó Hanta con una mueca en su semblante.

-Bakugo, responde. ¿Dónde está Ei?- La pelirosa mencionó de nuevo la pregunta hecha segundos antes por Sero, ahora más preocupada, sin embargo su semblante demostraba más que nada seriedad.

-No quiero saber nada de ese idiota ahora. Dejen de fastidiar, piérdanse- Se metió por fin en la tienda.

-¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué está mal!?- Cuestionó aún más preocupada, sin recibir respuesta.

Hanta miró alrededor, con la intención de ver si el otro pelinegro estaba cerca o algo. Y por suerte, logró ubicarlo. Vio como se acercaba a paso lento. Pero, algo estaba raro en el chico, iba hacia ellos, cabizbajo, y apretando una de sus manos en un puño.

Las flores de nuestro amor || kiribakushimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora