Cómo lo hace la luna.

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"Pequeña casa amarilla sentada en una colina... 

cuatro paredes y una sala, todo lo que necesitó en la vida... 

ojalá tuviera un amor sencillo cómo ese"...



Capítulo 24. - Cómo lo hace la luna.


No pudo escapar pronto, por mucho que lo intentara. Sus débiles esfuerzos fracasaron una y otra vez. Sus padres, al verlo llegar de la mano con Ha Neul, no pudieron disimular su alegría. Los presentes en el granero dieron por sentado que la reconciliación ya era un hecho y muestras de júbilo se dieron discretas a ambos chicos. Mientras se guardaba con esmero lo obtenido por la cosecha para su conservación, los más jóvenes jugueteaban haciendo comentarios sobre la boda, que según ellos, se avecinaba. Sus padres los miraban con gesto satisfecho y Hyun Joong intentó concentrarse en lo que había en su entorno. Su mirada se topó con dos rostros conocidos, la buena ajhumma y el viejo ajhussi del café y del tabaco, quienes tan sólo lo observaron sin expresión alguna y continuaron con su faena. Hyun Joong pudo darse cuenta que la mayoría de las personas no congeniaban con ellos, por no decir que ninguna. Apartados, solos, realizaban su labor con esa tranquilidad que siempre transmitían. Sin embargo, con un poco de egoísmo, Hyun Joong no se entretuvo mucho en eso, estaba preocupado y Ha Neul seguro lo sabía. Pretextó sentirse un poco mal para regresar a casa, pidiendo a Hyun Joong acompañarla. Su padre dio el permiso y volvieron silenciosos sobre sus pasos. Al llegar al sitio donde se encontraron, Hyun buscó y buscó, pero de Saeng no había un sólo indicio. – Iré a casa. – Murmuró Ha Neul con un gesto difícil de definir. Hyun Joong no podía dejarla ir sola. La acompañó hasta su puerta con andar nervioso y apenas si se despidió de ella. Antes de partir, escuchó la voz de Ha Neul diciendo. – Debe estar ya en la colina.


Él también lo había pensado. Ansioso, con la culpa ciñendo su corazón, salió presuroso, esperando encontrar la forma de disculparse. Las cosas habían salido de sus manos, jamás pensó en que encontraría a Ha Neul con su padre y mucho menos que él decidiera ser de nuevo amable, justo cuando se paseaba tan feliz con Saeng. Era probable que Saeng se encontrara molesto, pero sobre todo triste, y eso haría que se inventara ideas en su cabecita.


Hyun no quería verlo triste, por ningún motivo, y menos por él.


Al llegar a la casita, buscó a Saeng tratando de controlar su ansiedad. Lo encontró afuera, cerca de unos árboles, de pie, con los puños apretados. – Saeng... - llamó bajito.


- Vete...


No, esta vez Hyun Joong no se iría. No se amedrentaría por esa aura lúgubre en Saeng ni le importaba si tenía que convencerlo de que estaba equivocado hasta el asomo del sol. – No. – Le dijo. – Escucha... yo no sabía que Ha Neul y su padre...


- Si las cosas siguen bien, tal vez el próximo año tengamos una hermosa boda. – El tono de Saeng era duro, dolido. Hyun sintió un golpe de dolor.


- Saeng, no digas eso, sabes que no es verdad. Ha Neul y yo somos muy jóvenes, su padre no hablaba en serio. Y yo...


- Te fuiste de la mano con ella. – Saeng se giró de pronto, con su dolorida furia enmarcada por la noche. - ¡Todos los alababan! ¡Todos estaban contentos! ¡Su padre está feliz contigo!


Bajo esta blanca luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora