Ha Neul.

49 5 19
                                    


Capítulo 28. – Ha Neul.


Años después Hyun Joong nunca recordaría cómo es que libraron aquella loca carrera entre pendientes y matorrales. Sólo la mano de Young Saeng, fría, temblorosa, acudiría a su memoria.


Recordaría entre brumas haber rodeado el jardín de hortensias, huir esquivando árboles, ocultándose en las sombras, llegar hasta aquella casa dónde los macizos comenzaban a dar flores. Recordaría las lágrimas de Young Saeng mientras tocaba la puerta con la palma de la mano. Un grito de auxilio traducido en golpes a la madera. – Ajhumma, ajhumma... - llamaba con la esperanza de ser socorridos.


Angustiado, observó la puerta seguir inamovible, cerrada.


- Hyun Joong, tengo miedo.


Hyun lo sabía. El retumbar de sus corazones podía escucharse por encima de los sonidos del bosque.


Si la buena ajhumma no los ayudaba...


La puerta se abrió en esos momentos y un par de manos ágiles tomaron a Hyun Joong de las solapas metiéndolo al interior de la casa y con él a Young Saeng.


La puerta fue cerrada y protegida con un grueso tronco de madera por la buena ajhumma, mientras el viejo ajhussi del café y el tabaco les decía "por aquí". Caminaron con pies tartamudos por un pasillo oscuro y fueron a dar a una habitación pequeña, donde algunos cacharros de cocina podían verse al lado de diversos alimentos en conserva. – Les he preparado comida para el viaje, pero veo que ya traes algo. – La buena ajhumma le quitó el pequeño paquete obsequiado por Taeyang para meterlo dentro de un bolso de piel. Se lo colocó a Hyun al hombro, murmurando. – Sólo les queda seguir por el camino del norte, el que está cubierto por la maleza y donde pueden encontrar alimañas, aunque ninguna tan peligrosa como los hombres que han dejado atrás. Pueden llegar a él desde aquí, saliendo por la parte de atrás de la bodega. Irán en cuanto llegué la noche, será lo mejor. La tarde está muriendo y mientras tanto descansen un poco. Dejen que su corazón vuelva a latir de modo correcto.


Young Saeng, aferrado al brazo de Hyun Joong, veía todo aún con ojos asustados.


- Así que eres tú el ladronzuelo de los frutos de mi huerto. El cervatillo de ojos de luna. Al fin te veo frente a frente.


La buena ajhumma sonrió bonachona mirando con ojos dulces a Young Saeng, el viejo ajhussi encendió su pipa y el humo del tabaco inundó la habitación donde por fin ambos chicos se sentían protegidos. – Así que tú eres el culpable de que Hyun Joong-ah olvide entregar el periódico mientras sonríe de forma boba mirando al mundo con ojos nuevos.


- Ustedes... ustedes sabían. – Farfulló Hyun pasando saliva.


- Algunas noches, en caminatas nocturnas, observamos la pequeña figura deslizándose entre los árboles. Entendimos que se trataba de un muchacho. Luego vimos luz en la casa de la colina. Las manzanas de mi huerto comenzaron a desaparecer. – Contó la buena ajhumma sirviendo dos vasitos de ginebra y entregándosela a ambos para relajar su alma.

Bajo esta blanca luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora