Bajo esta blanca luna.

Cuando el momento se acerca.

Capítulo 7. Cuando el momento se acerca.


Con la ayuda de Hyun Joong la casita pronto estuvo más agradable. Asearon y arreglaron el lugar que se convertiría en la habitación de Saeng y cubrieron el agujero en el techo de tal forma que funcionara como un tragaluz. Saeng le ayudaba de a poco dedicándose más a observarlo, tal y como lo había hecho desde su llegada a ese pueblo.

Aún lo recordaba. Sus pies cansados lo llevaron hasta ahí esa mañana. Hambriento y con el peso del mundo en los hombros se preguntaba si no era mejor morir. Escondido, por las esquinas de las casas, espiaba para encontrar algo de comida y cuidar que nadie lo descubriera. Fue cuando vio pasar una figura veloz en bicicleta, lanzando aquí y allá pequeños bultos. Vio como la gente saludaba a aquel chico con simpatía. Cómo el día se iluminaba a su paso y hasta el sol parecía más luminoso por su sola presencia.

Al paso de los días se lo siguió topando, de camino a ese sitio donde se reunían varios chicos: la escuela. Ojalá él fuera uno de ellos. Ojalá él cargara libros y cuadernos y sonriera ante una vida sencilla, sin sombras a sus espaldas. Ojalá él pudiera saludar a Hyun cada mañana como lo hacía ella. Esa chica del sol en los ojos.

Pero eso le estaba vetado.

Lo siguió ese día cuando llegaron cerca de la casona. Los oyó hablar y prometerse cosas. Fue testigo de cómo Hyun Joong la trataba. De las cosas que dijo.

"¿Y si yo fuera un monstruo?"

"Te amaría aún más, para que dejaras de serlo."

¿Por qué Hyun no podía decirle a él cosas cómo esa? ¿Por qué no lo miraba a él cómo la miraba a ella? A través del reflejo en la ventana vio su imagen opaca. Él sólo era una parte de la luna: la más oscura, la más accidentada. Nunca tendría esa belleza radiante y luminosa que poseía Ha Neul.

- ¿Saeng? - Hyun estaba tan cerca que ahora podía verse reflejado en sus ojos. - ¿Estás bien?

Saeng movió ligeramente la cabeza, asintiendo. Hyun le revolvió el cabello, travieso. - Vaya con este sujeto, no me ayuda y aún se atreve a ponerse triste.

- Ha Neul es muy bonita.

Hyun detuvo la mano que jugaba con el cabello de Saeng. Algo en esas palabras, en el modo de decirlo, le provocaba cierta incomodidad. - Mucho. Y no sólo es bonita, es la más hermosa del pueblo, pero no debes...

- ¿Y yo?

La cara curiosa de Saeng descolocó un poco a Hyun ¿de qué hablaba? - ¿Tú?... ¿Tú, qué?

- Yo... ¿soy horrible?

- ¿Horrible?

- Sí, ¿te parezco un monstruo?

- ¿Qué te hace pensar eso? - Preguntó Hyun Joong sin comprenderlo. - Young Saeng, no eres un monstruo, ni horrible, eres mi amigo.