Un corazón en las sombras.

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Capítulo 23. – Un corazón en las sombras.


Su padre no tardó mucho en dejar la habitación para dirigirse a su labor de todos los días, pero aun así, Hyun sintió que había pasado demasiado tiempo hasta que pudo salir de casa y se preocupó más al ver el sol ya avanzado en el cielo. El frío aquella mañana castigó con crudeza. Pensó en Saeng, allá, en la colina, solo. Enfermaría, meditó preocupado, sería bueno prepararle algo caliente.


Con esa serie de ideas subió sin descanso hasta la cima de la colina. Llegó agitado, apenas respirando, sin fijarse de nada a su alrededor, caminando con prisa hasta la puerta.


- Comió un poco de sopa, y le preparé algo de té con flores blancas. – El repentino sonido de aquella voz lo hizo sobresaltarse. Se detuvo para descubrir a Ha Neul sentada, un poco más allá. El sol de la mañana dibujaba de manera exquisita su perfil, en tanto ella seguía hablando. – No pude liberarlo, pero bajé algunas mantas y lo puse lo más cómodo posible. En la cocina, te dejé unas hierbas maceradas, esas servirán mejor para las heridas. Una vez tuve una caída y mamá me puso un poco de ellas, no me quedó cicatriz. – No lo miraba a él, miraba a un punto distante. – Ahora mismo está durmiendo, pero aún quedó algo de sopa por si le da hambre más tarde. – Se levantó y sus manos fueron ligeras al sacudir su ropa. Empezó a andar para descender a la aldea.


- Ha Neul... - Hyun Joong no sabía que decirle, tantas palabras se atoraban en su garganta. – Gracias.


Ha Neul agachó la cabeza. Murmuró con tristeza. – No me des las gracias. No lo hice por ti ni por él, lo hice porque era lo correcto.


Echó a andar de nuevo, mientras, Hyun Joong, agradecido, la veía partir a la aldea. Se dio la vuelta y entró a la casa, descendió por la trampilla, ahí, en un nido de mantas, se encontraba Saeng durmiendo. Hyun Joong llegó y acarició su cabello, después buscó la llave para liberar su tobillo. Saeng abrió los ojos, observándolo con dulce confusión. – Ha Neul estuvo aquí. – Contó bajito. – Me protegió del frío y me dio algo caliente. – Se envolvió más en las mantas, mirándolo con muchas interrogantes. – No lo entiendo, ¿por qué, si me odia?


Hyun Joong se acercó para besar su frente, para peinar su cabello con dedos balsámicos. – Me dijo que ella era una mala persona. Yo también he creído que lo soy. Tú piensas que eres algo muy malo, pero ¿sabes? Ahora pienso que ninguno de los tres lo somos. Ahora creo que somos la semilla de un maravilloso árbol.


- Estoy cansado. Tengo sueño. – Respondió Saeng y Hyun Joong se apresuró a sostenerlo para ayudarlo a llegar a su cama, cuidándolo el resto de la mañana con esmero. Lo acunó en sus brazos para darle de comer la sopa preparada por Ha Neul y cubrió cuidadosamente sus heridas con las hierbas maceradas. Le contó de su padre, y del castigo recibido, pidiéndole perdón por no estar a su lado. Saeng acariciaba su mejilla, escuchando, diciendo que no tenía de que disculparse. Con su presencia en ese momento, ahí, ya lo aliviaba todo. Cuando Hyun al fin decidió regresar a casa. Saeng lo despidió con unas palabras. – Ella es buena, he comenzado a entender por qué la querías tanto.


Hyun Joong sospechó que Saeng tenía temores en su pecho, pero se mordió las palabras para no replicar. Saeng estaba débil, la luna llena acababa de irse y seguramente ideas bobas estaban llenando su mente. Otro día le explicaría que no debía tener miedo. A él le había entregado su corazón y a él le pertenecería siempre.


Ya hallaría el modo de demostrarlo.


**


Su padre volvió a quedarse otras noches en su habitación, pensando que diariamente Hyun Joong salía a la colina en la madrugada. Renunció a ello cuando lo vio dormir como un lirón sin que ninguna inquietud se asomara en su semblante. Hyun Joong entonces tuvo más libertad de escapar a la colina, y no sólo él, también sus hermanos solían acompañarlo algunas tardes.


Bajo esta blanca luna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora