🌸Despedida🌸

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Chǒu Tai volvía con su cara más relajada luego de haberse asegurado de que los dos jóvenes dioses estuviesen bien

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Chǒu Tai volvía con su cara más relajada luego de haberse asegurado de que los dos jóvenes dioses estuviesen bien. Era simplemente absurdo que negase que en el transcurso de los 10 meses que duro nuestro viaje, no haya despertado sentimientos por la diosa Yáng, cuando desde el momento que la vio su rostro mostró interés en ella. —¿Ya estás más tranquilo?

Él sonrió característicamente y rasco su cabeza disimulando la vergüenza, vergüenza que logro sorprenderme realmente; carraspeo la garganta aun sin mirarme fijamente a los ojos. —Yo solo fui asegurarme de que estuviese bien, Lu Xiǎo está con el joven dios, no quería interrumpir...

Sonreí cómplice y solo asentí con la cabeza. —Si tú lo dices...

Me miro frunciendo el entrecejo y miro la bandeja en la mesa con los utensilios que hace un momento Tae Mǐn había utilizado en mí para seguir haciendo sus pruebas y poder eliminar las esporas dentro de mi cuerpo. —Estoy bien, solo hizo una muestra.

Se encaminó a la mesa y agarro la pequeña cuchilla que estaba dentro de la bandeja cubierta de sangre. —¿Solo unas pruebas? Parece que te está descuartizando...

Lo miré por unos segundos y no pude evitar reír ante lo dicho. —Vamos, no puedo creer que tú digas eso, acaso no recuerdas tus entrenamientos en la torre Yánluó.

El dejo caer la cuchilla con una muesca infantil y se cruzó de brazos apoyándose en la mesa, mirando hacia el frente. —Espero que no demore, tienes que estar fuerte para dentro de dos noches.

Palmee su hombro y me encamine lentamente hacia la puerta en dirección a la habitación de su Alteza. —Aun si nada da resultado, tienen que seguir el plan tal cual lo vimos... No importa que pase en la batalla, apenas obtengan el anillo vengan directo a su Alteza. 

Él no dijo nada, solo asintió con lentitud, todos sabíamos que podría pasar, estábamos todos al tanto de las consecuencias, pero aceptamos los porvenires, no importaba en la medida, todos le debíamos algo a su Alteza.

Al llegar a su habitación, caminé lentamente, corrí las elegantes cortinas que me apartaban de él y me dejé caer en el frío suelo de aquella habitación. —Su Alteza, solo espere un poco más, solo un poco, ya no falta mucho para que vuelva a donde pertenece y todos aquellos que lo lastimaron, paguen con creces sus pecados...

Pase mis dedos por un mechón que caía a lo largo de la cama, como si fuera una blanca cascada. —Espero que por lo menos este lugar, haya resguardado sus sueños durante su estadía. 

Lleve los platinados cabellos a mis labios y bese con suavidad y devoción capturando en mi memoria aquel dulce olor floral. —Tal vez no pueda verte otra vez, su Alteza; pero espero de todo corazón que tenga una vida prospera y feliz cuando todo esto termine... viva bien príncipe Xuě Tiān.

Lo mire durante horas intentando lo más detallado posible guardar sus delicadas facciones en mi mente, pose mi mano sobre la suya y la guíe a su pecho acomodándolo antes de despedirme tal vez por última vez. Pero antes de poder separar mi mano de la suya, un leve temblor bajo mi palma hizo que mi cuerpo se congelara. Miré sus manos aun sin creerlo, tal vez era mi mente jugándome una mala broma antes de partir... pero no, sus delicadas y blancas manos temblaban perceptiblemente y cuando subí la mirada aun incrédula de aquel acto; de sus ojos aun cerrados caían cálidas gotas saladas, una tras otra, sin parar.

Bai Lian HuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora