🌸Recuerdos🌸

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Por alguna extraña razón, nos encontramos nuevamente unidos, a pesar de todos mis intentos por alejarme y mostrarme indiferente

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Por alguna extraña razón, nos encontramos nuevamente unidos, a pesar de todos mis intentos por alejarme y mostrarme indiferente. El destino siempre se encarga de ponerlo a mi lado.

Han transcurrido más de mil años desde que intenté escapar de esto. Mi cuerpo se consumió en cenizas durante décadas. Lo único tangible que me queda son los recuerdos, recuerdos que desearía olvidar; quizás así sería más sencillo enfrentarlo cara a cara.

Las imágenes de nuestro pasado se agolpan en mi mente, cada una de ellas cargada de un dolor inmenso.


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¡PAW! Un fuerte estruendo de cerámica quebrándose resonó en toda la casa. El pequeño YànYàn se encontraba parado frente a las puertas de lo que hoy sería su nuevo hogar. Los gritos de una mujer y los llantos de un bebé llenaban los oídos del pequeño de tan solo seis años. Esta no era su familia, y estaban muy lejos de serlo.

—¡Por Buda! ¡Mujer! Ya te lo dije. Él se quedará con nosotros desde hoy y tendrás que aceptarlo, incluso si rompes todo en esta casa.

«¡CRASH! ¡PAW!» Los gritos de aquella mujer se volvieron cada vez más fuertes con cada palabra que salía de la boca de aquel hombre, quien había sido presentado como su padre unos días atrás.

—¡JAMÁS! No aceptaré a ningún bastardo en mi casa. ¡Él no es mi hijo!

La mujer vociferó con tanta furia que sus dientes crujieron. Pero eran palabras vacías en los oídos de su esposo, quien ya había tomado una decisión.

—¡Pero es mío! Si no lo aceptas, entonces me iré con él.

La mujer quedó muda de repente, el llanto del bebé sonaba cada vez más fuerte ante el nuevo silencio en la habitación. El pequeño no podía imaginar la mirada de aquella mujer ante las palabras frías de aquel hombre que la defendía, pero podía sentir el odio y el dolor en su corazón.

—¿Escoges a un bastardo por encima de tu familia? ¿No te he apoyado lo suficiente?

Se escucharon los fuertes pasos del hombre dentro de la habitación. El pequeño YànYàn no emitió ni un solo sonido, estaba petrificado justo donde se le había ordenado quedarse. Sabía perfectamente que no era bienvenido, sabía que jamás lo sería. Su madre le explicó antes de que aquella enfermedad acabara con su vida, le contó como si fuera un cuento, que estaría solo y que, aunque lo llevaran a un nuevo hogar, nunca tendría un lugar en aquella casa.

Bai Lian HuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora