—Alteza, yo...
La cara de su Alteza era una obra de arte digna de admirar, pero que solo yo tenía permitido hacerlo. Las palabras se atoraron en mi garganta ante su atrevimiento, pero, sobre todo, ante el dolor con el que cargaban estas. Era como un grito desesperado por piedad ante un destino despiadado. Y como no conocer aquel sentimiento, si fue el mismo grito que di aquel día que clavé ese frío puñal en el pecho de su Alteza.
Intenté calmar los caóticos pensamientos que rondaban mi memoria, lo miré fijamente pensando con cuidado cada palabra que fuese a salir. Sabía que en este momento su Alteza hablaba más que nunca con el corazón. Pero es por ello que no puedo aceptarlo, jamás osaría usar mi estado para contaminar la pureza de su Alteza. O eso pensé hasta que vi la cara de su Alteza llenarse nuevamente de esas desgarradoras lágrimas que solo me dedicaba a mí. —Tú no quieres...
Me miró fijamente por unos segundos, segundos justos donde pude apreciar el dolor de su mirada ante un posible rechazo. Ante aquello el pánico se apoderó de mí y las palabras en mi garganta se hicieron un nudo que les impedía salir a tiempo. —Liu Xin, no El rey Huó seguramente ha experimentado mucho durante tantos años y un cuerpo como el mío... tan infantil...
—¡Alteza!
—¡Eh! y-yo...
Agarré fuertemente su muñeca quitando la mano de su cara y lo jalé fuertemente hacia mí besándolo con desespero, intentando trasmitir todo el deseo que intentaba ocultar, intentando calmar cualquier tonto pensamiento. Y para cuando me di cuenta, mis manos tomaron el control deslizándose lentamente por su cuerpo. Podía sentir el calor de su piel aun con todo el ropaje puesto, y el solo hecho de tocarlo de esa manera tan indebida, hacía que cualquier tipo de contención que impuse durante tanto tiempo, se fuera a la basura.
Su fina cintura se movía descaradamente en busca de un contacto indebido y provocaba que mis dedos bajaran tentados ante las curvas de sus glúteos. Jamás, ni en mis sueños más lujuriosos creí escuchar tal sonido salir de los labios de su alteza al ser tocado de esta manera. Justo cuando mis dedos apretaron la masa esponjosa de su trasero, justo en ese momento un melodioso y excitante sonido salió desde los labios de su alteza, provocando al mismo tiempo que moviera su cadera en un vaivén peligroso que terminó por rosar el punto dulce de la puerta a todos los placeres reprimidos. Placeres que terminaron por salir en un gruñido gutural desde lo más profundo de mi garganta. —Alteza, ¿Cómo puede siquiera pensar en ello como una posibilidad? Si con solo su presencia tengo que usar toda mi fuerza para reprimir estos deseos tan libidinosos que usted despierta en mí.
Los ojos de su Alteza seguían empañados, pero ahora estaban llenos de una espesa lujuria que me consumía con cada mirada, sus labios hinchados y su ropa desalineada solo hacía que mi vano intento por controlarme unos segundos y explicar la situación, fueran una travesía casi imposible de cumplir. Su Alteza sonrió y aun que quería seguir hablando, todo quedó en absoluto silencio cuando guio su cabeza a mi pecho y me abrazó fuertemente mientras contaba en murmullos, los acelerados latidos de mi corazón. —¿Alteza?
—Lo siento... por todo, por comportarme de esta manera, por pedirte algo tan fuera de lugar y por explotar tan infantilmente... aunque haya dormido mil años, no dejo de ser un niño a tu lado... yo no quiero darte más problemas de los que tienes, pero tengo miedo y no entiendo muchas cosas...
La calma rápidamente volvía a mí ante sus palabras, no pude evitar que una sonrisa apareciera en mis labios. Guíe una de mis manos a su cabeza y acaricié lentamente su cabello mientas con la otra le afirmaba fuertemente contra mí. —No tienes que apresurarte, ve poco a poco, a tu ritmo Alteza, y cuando tengas una duda solo ven a mí, contestaré cada una de la forma más sincera posible.
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Bai Lian Hua
RomanceTítulo: Bái Lián huā Sinopsis: Liú Xīn es el guardia personal del príncipe Xuě Tiān, proveniente de un linaje de guerreros que ha servido al imperio de Wuya. A diferencia de sus antepasados, Liú Xīn, odia servir al consentido príncipe heredero y bu...