🌸La otra cara🌸

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Con Chǒu Tai habíamos decidido separarnos para abarcar más terreno, a pesar de no ser una ciudad muy grande, las cosas se habían complicado cuando vimos la cantidad de gente afectada con la peste.

Encontrar a alguien que quisiera darnos información parecía una misión imposible, apenas hacíamos el intento de preguntar sobre el origen de esta, los habitantes corrían despavoridos o simplemente lloraban negando renuentemente el saber algo. Por otra parte, en el centro de la ciudad el ambiente era desértico, nadie salía de su casa, no había ni un solo puesto abierto, ni una sola posada que prestase sus servicios.

Decidimos dirigirnos al palacio de la ciudad, pero este estaba completamente en ruinas, quien lo viera pensaría que lleva décadas abandonado. Para nuestra sorpresa, muchos monjes se encontraban viviendo en él. Los monjes lo habían tomado transformándolo en un tipo de templo, llenándolo de estatuas e inciensos que homenajeaban a los dioses. Fue allí también donde descubrimos a los primeros habitantes sin la enfermedad, tal como decían los rumores fuera de la ciudad, los únicos que parecían no haber sido afectados con la peste, fueron precisamente los monjes. Monjes que durante todo este tiempo, se encargaron de manipular a cada ciudadano para hacerles creer que su única salvación era clamar a cada deidad en el cielo.

Pero aun cuando las decenas de ciudadanos están arrodillados rogando piedad a decena de dioses, la estatua más grande y la cesta de inciensos más llena, era la del dios de la tierra. En ese momento algo empezó a cobrar sentido, la pequeña ciudad estaba a la entrada del gran desierto, cerca de lo que alguna vez fue la gran nación de WūYā. El clima era árido y todo estaba cubierto de tierra, incluso las edificaciones de las casas eran diferentes a la de la capital de BáiYù. Estaban diseñadas para la vida en el desierto, entre tormenta de arenas y calores infernales, y si quieres esparcir una enfermedad sin ser notado, utilizar los recursos naturales son la mejor opción. ¿Quién sospecharía de la misma tierra, cuando han vivido años en el mismo lugar y jamás ha pasado nada?

Pero las enfermedades en los lugares de hacinamientos no son raros, menos cuando se está en guerra. Él hambre abunda, el agua escasea y la sangre sobra por todos lados, un alimento en mal estado, incluso el canibalismo de cuál no se puede escapar cuando el hambre te devora por dentro. Es la pobreza en su máxima expresión, son muchos los factores, tantos que jamás nadie sospecharía de las pequeñas partículas color canelas que conforman el suelo terroso.

Y fue en ese momento donde la idea de separarnos se hizo más necesaria y fiable, ya sabíamos la causa, incluso el causante, pero teniendo los sucesos, necesitábamos encontrar rápidamente la fuente del problema. Lo que estaba esparciendo la enfermedad, debía ser sellado, y aquel dios que había abierto paso a esta calamidad, debía ser confrontado, junto al demonio que cero la calamidad de la pestilencia.

Y aunque ningún dios puede crear calamidades por sí solo, puede provocarlas, necesitaba encontrar a ese demonio, ningún ser de Dì Yù iba a crear semejante desastre y no afrontar las consecuencias. Aunque no podía negar, la curiosidad de saber que clase de ser nació de DìYù, con un poder tan grande, sin siquiera ser notado.

Bai Lian HuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora