🌸Loto Blanco. Renacer de un Jade 3/3🌸

28 6 3
                                    


Fije mi mirada en el individuo frente a mí. Wu Rong estaba en posición de loto con los ojos cerrado y sus labios moviéndose a una velocidad fuera de lo común. Se encontraba rodeado de aquellos putrefactos seres que Feng Xù había revivido para esta batalla.

Las criaturas inertes lo rodeaban, como envolviéndolo en una formación que daba vida al patrón espiritual que mantenía el flujo de transferencia. Wu Rong era el encargado de que las puertas se mantuvieran abiertas y que Feng Xù retomara sus poderes.

Había por lo menos treinta filas de aquellas criaturas, rodeando a Wu Rong para que nadie pudiese intervenir con su trabajo. Un poder fuera de lo común lanzaba lejos a todo a quien intentara disolver la formación.

Mire por última vez tras de mí, vi a Liu Huó luchar con todas sus fuerzas, sabía que, si no debía a Wu Rong, esto jamás pararía. —Li Song, necesito que me abras el paso. Lu Xiao, no dejes que nada se acerque a mí, hasta que esté lo suficiente cerca de la formación, luego solo déjalos atacar.

Li Song y Lu Xiao me miraron sin hablar, asintieron y rápidamente se dividieron cumpliendo sus funciones.

Li Song agarro sus espadas y las blandió cortando y deshaciendo todo lo que interponía a su paso. Lu Xiao por otra parte había lanzado una bruma oscura atacando sigilosamente a todo lo que quedase atrapada en ella. Como una pequeña araña succionando el alma de sus presas atrapadas en las redes.

Yo, por mi parte, corrí rápidamente y apreté mis manos en las empuñaduras de mis armas mientras los miraba. Podía sentir la fuerza fluir por mis venas, por primera vez en la vida, podía sentir la vivacidad dentro de mí. —Protegeré a mi familia...

Me pare solo a unos pasos de la formación, frente aquellas criaturas podridas, aun a aquella distancia, podía sentir la magnitud de la fuerza que emanaban aquellos. Observe a mi alrededor, inhale con fuerza llenando mis pulmones, pose una de mis manos en mi vientre y mire por unos segundos, intentando calmar el mar de emociones en mi pecho. —Todo estará bien, no dejaré que nada te pase, pero debemos ayudar a papá...

Los gruñidos cada vez más cerca de mí, eran la señal de que debía moverme. Ladee mi cuerpo hacia un costado y una de aquellas podridas criaturas se lanzó a una velocidad descomunal. Su cuerpo no alcanzó a frenar dando de lleno con la formación; solo fueron unos segundo, cada parte del cuerpo de aquella criatura fue desintegrada antes de tocar la barrera. Así uno por uno de las criaturas que corrían a toda velocidad hacia mí, fui despejando y viendo como estos se estampaban contra la matriz de la formación.

Lentamente la formación se iba agrietando con los constantes choques. Aproveche la oportunidad y me impulse con fuerza sosteniendo mi arma con ambas manos. Mi espada chocó contra la barrera, los ojos de Wu Rong se abrieron de par a par y me miró fijamente.

No pude evitar la punzada en mi corazón, pero negué levemente mientras volvía a concentrar mi fuerza en la espada. Wu Rong volvió a cerrar los ojos y movió sus manos reanudando con más fuerza la formación. Una lágrima corrió por mi mejilla, no podía entender, no podía entender la codicia de los seres en este mundo, tanto anhelo de poder, no les importaba nada, ¿pero de qué sirve el poder, si no tienes a nadie que proteger? Aquella fuerza y aquel poder por el que tanto luchen, no es nada si están solos...

Mi espada entró lentamente agrietando la barrera, estaba a punto de abrirse cuando un grito desgarrador y una oleada de poder hizo que todo perdiera el equilibrio y saliéramos expulsados lejos de lugar. Li Song estaba más cerca de mí, rodeo mi cuerpo protegiéndome de golpe que provocaría la caída.

Apreté con fuerza mi vientre y tarde un poco en volver la mirada hacia delante, intentando entender lo que estaba pasando. Mi respiración se cortó y mi garganta se apretó con tan tanta fuerza que el aire no podía pasar, ni una sola palabra quería salir.

Me solté de los brazos de Li Song, la mayoría aún estaban aturdidos ante lo que estaba pasando. Todo quedo en silencio, o por lo menos para mí, fue como si el mundo perdiera poco a poco el sonido y el color, agarre mi espada y me pare con rapidez corriendo hacia él.

Llame una y otra vez a su nombre, grite con taladas mis fuerzas, pero no había respuesta de su parte. Solo aquella mirada fija en mis ojos, aquella mirada y una leve sonrisa que se desvanecía a medida que su cuerpo cedía ante la gravedad. —¡Liu Xin! ¡Noooo!

Feng Xù me miro, sonrió y su espada atravesó por completo el cuerpo de Liu Huó antes de caer derrotado a un lado. Sentí como un fuego abrazador quemaba mi garganta mientras gritaba su nombre. Sentí como todo pasaba con lentitud frente a mis ojos.

Para cuando llegué a su lado, el cuerpo de Liu Huó se encontraba al lado del inconsciente Feng Xù. Me miro sin decir nada, tendió su mano hacia mí y la tomé con fuerza.

No tenía palabras, solo sentía como las lágrimas salían una tras otra sin poder controlarlas. Lo miré y él sonrió cálidamente aun cuando estaba en tal estado y, yo solo pude negar. —No digas nada, no digas nada, yo te sacaré de aquí... te pondrás bien...

El poso su mano en mi mejilla, escupió una bocanada de sangre y negó. —Alteza...

—Dije que no hables, solo espera, solo tienes que esperar un poco. ¡Li Song!

—Alteza, mírame...

Negué frenéticamente mientras posaba mis manos en su pecho intentando retener la sangre. —Xuě Tiān, solo mírame...

Sentí su fría mano sobre la mía y ante su llamado cálido, me obligué a abrir los ojos para mirarle. —Solo espera un poco más... por favor...

Él sonrió con ternura, su mano en mi mejilla estaba tan fría como el hielo, pero sus acciones se sentían tan cálidas como un fuego abrazador. —No hay tiempo ya...

—Prometiste amarme hasta la muerte, prometiste quedarte toda tu vida a mi lado...

—Y lo hago, te amo y te amaré hasta el último segundo de mi vida, también me quedo a tu lado hasta mi último aliento... Alteza, no te preocupes, no guardes dolor en tu corazón, no importa de qué forma, yo siempre volveré a ti.

—¡No! No te vayas... A-Xin, no me dejes...

Liu Huó poso su mano en mi vientre, me miró fijamente mientras yo abrasaba su cuerpo que lentamente perdía todo rastro de calor. —Una parte de mí, siempre estará a tu lado...

—Yo no quiero solo una parte, yo te quiero a ti... Él también te necesita...

—Lo siento, Xuě Tiān...

Su mano cayó como un pierda al suelo, sin gravedad, sin fuerza, era como un plomo pesado. Apreté con fuerza su cuerpo entre mis brazos, negué una y otra vez con desesperación; llamé su nombre sin parar, pero no había respuesta, no había y nunca más la abría. —No me dejes... A-Xin...

Las lágrimas caían como torrencial de mis ojos, escuche como Lu Xiao, Li Song y muchos más llamaban intentando decir algo, pero era como eco lejano. Mis oídos zumbando y el dolor desgarrador de mi corazón, encendió todas las alarmas de mis sentidos cuando poco a poco el cuerpo inerte de Liu Huó se volvía pequeñas hojuelas de ceniza.

Intente desesperadamente atraparla con mis manos, intente desesperadamente conservarle, pero aquellas pequeñas hojuelas se deshacían como aire entre mis dedos.

De un segundo a otro no había nada. Un silencio abrumador, una compresión en mi pecho y, mis manos se posaron en mi cabeza como intentando contener el raciocinio atrapado. Pero no basto mucho para perder la cordura, mire al cielo y luego al cuerpo de Feng Xù que lentamente se movía despertando de su aturdimiento.

Me levante en derrota, solté mi espada, me deje caer a un costado y Feng Xù me miro con diversión. No había rastro de cordura en mí, no lo había, porque todo se fue en el momento que Liu Huó se desvaneció en mis manos.

Agarre sus túnicas desde el cuello, le levante mirándolo a los ojos y aun ignorando todos los gritos a mi alrededor, volví a soltarlo y empecé a golpear su rostro sin que nada pudiese detenerme. —¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! ¡Muere! ¡Muere!

Una y otra vez, lo golpeé tanto que mis nudillos sangraron, sentí como Li Song y Chou Tai intentaron detenerme, pero la ira dentro de mí era tan grande que nada me podía parar.

Feng Xù no borro la sonrisa de su rostro y sabía que estaba provocando la locura en mí. Tenía que parar, lo sabía, pero el dolor, la perdida y la sed de venganza, eran totalmente dulces mientras lo tenía bajo mis manos y con su rostro deformado ante el ataque. —Mátame, pero él jamás volverá...

Sus palabras eran como puñales en mi corazón, lo sabía muy bien, él jamás volvería, pero escuchar aquellas palabras de su asquerosa boca, lo hacía repugnante. —Es por eso que no morirás, vivirás, vivirás y sufrirás lentamente todo mi dolor. Sufrirás tanto que rogaras que te mate y cada día de tu miserable vida pensaras por qué no moriste en su lugar.

Golpee su entrecejo presionando con fuerza para cerrar su dāntián superior, baje mi mano hasta su abdomen y volví a repetir la acción destruyendo su núcleo de cultivo y cerrando todos los meridianos junto a su dāntián medio.

Feng Xù me miro aterrorizado. No sabía en qué momento, pero una elegir abrumadora crecía dentro de mí desde que perdí la razón viendo morir a Liu Huó. Mire fijamente Feng Xù, le tome del cuello de su túnica y escupí cada palabra llena de veneno. —La guerra se terminó, tú pierdes, Feng Xù. Vivirás toda la eternidad bajo tu propio pecado.

Mire a Lu Xiao y a Yang Mei que estaban a mi lado; me levante tontamente observando a mi alrededor, tome el cuerpo desvanecido de Feng Xù y se los arroje. —No lo descuiden, es hora de parar esta guerra.

Nadie dijo una sola palabra, camine lentamente evadiendo a los seres que luchaban a mi alrededor, incluso a aquellos que tenían la valentía de atacarme. Por fin, luego de tanto tiempo oculto, el verdadero poder del jade corría por mis venas, pero en este momento solo pude reír ante la ironía.

Miré mis manos llenas de sangre y reí mirando hacia el cielo, desde escapar el dolor y solté todo el poder que ser arremolinada en mi pecho. Aquel poder barrio todo a mi paso, los cuerpos de aquellos seres salidos del plano dimensional, cayeron uno por uno volviéndose cenizas, la barrera de poder se quebró y uno a uno de aquellos que formaban el patrón espiritual, fueron mermando junto a sus compañeros.

Wu Rong me miro, se levantó lentamente, dejo caer sus manos en derrota y sus labios se movieron con lentitud formando una palabra antes de caer sin fuerza al suelo.

Lentamente el cielo se fue recuperando de la bruma que precedía, pero al mismo tiempo se tiño de un gris fúnebre. Finas gotas empezaron a caer, como lavando el rastro de la amargura en el corazón de los presentes. Caí de rodillas al piso frío, abracé mi vientre dándome cuenta de todo lo aburrido, dejando que cada imagen se acomodara y que los pensamientos tomaran forma. Liu Huó se había ido, él había muerto en mis brazos. Habíamos ganado la guerra, la paz, pero por alguna razón, sentía que lo había perdido todo y que aquella tan aclamada paz entre los tres reinos, había costado demasiado, había costado el precio más alto en mi corazón.
— Liu Huó...

Bai Lian HuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora