DíYú
La mañana era fría como de costumbre en las tierras de Hēiyù, Yang Měi había ido con Chou Tài a la frontera sur del imperio infernal y, yo simplemente me dedicaba a divagar mientras esperaba que Lu Xiao terminara todos sus asuntos.
Llevábamos un año en DíYú y aunque solo estábamos como invitados en el palacio, ya lo habíamos tomado como nuestro hogar, al igual que las personas que conformaban nuestro círculo más cercano dentro de estas vastas tierras infernales. A decir verdad, este lugar era como volver a estar en WūYā de cierta forma, tenía una pequeña similitud con el mundo mortal. Y a pesar de que Hēiyù era una fiesta sin descanso, los habitantes que la conforman, se rigen fielmente a las leyes impuestas por su monarca. Aunque decir que alguien se alzara en su contra, es lo mismo que pensar en el suicidio, más aún cuando Liu Huó ha sido nombrado el ser más temido en los tres reinos, el gran soberano que derrotó la corrupción del imponente Jade.
Una batalla entre cielo e infierno que durante miles de años se esperó, claro que nadie pensó que Liu Huó tuviese realmente la oportunidad de destronar al emperador. Desde entonces los cielos han intentado hacer notar su presencia aclamando que el mal ganó y que la estabilidad en el universo se verá afectada.
Proclaman un nuevo Yù Huáng dàdì y aun cuando Xuě Tiān corresponde por linaje, esto no es algo con que negociar, lo que su Alteza más quiere, es cortar todo contacto con los seres que le arrebataron su nación, y el gran dilema ante mis ojos, son las constantes misivas que llegan de los cielos. Según la ley establecida entre los tres reinos en nombre de la paz, todo desertor debe ser castigado de la forma que mejor les parezca a los soberanos de su nación. . No teniendo soberano, con la emperatriz presa en Yánluó y con el príncipe heredero desaparecido, el reino celestial no ha logrado imponer un castigo acorde la ley ni a Yang Měi, ni a mí, pero es cuestión de tiempo a que esto requiera una apelación y se designe a algún ministro celestial de alto rango para que lo haga. Así son los cielos, corruptos, sucios y vengativos, se han visto traicionado por dos simples dioses de menor rango, no es algo que puedan dejar pasar, mucho menos ahora que Liu Huó tiene el poder.
«Suspiro hondo» No me había dado cuenta de que había llegado tan alto en el palacio hasta que mire por la ventana el espléndido paisaje que rodea tal lugar. —Quien hubiera imaginado que el imperio infernal fuere realmente hermoso...
«Risa suave» me volteé a ver de dónde provenía esa suave risa que cosquilleaba en mis oídos y allí estaba, Lu Xiao estaba parado frente a mí, con sus pies y brazos cruzados mirándome fijamente mientras cargaba el peso de su cuerpo en la pared. — ¿Qué es lo que te hace perderte tanto en tus pensamientos, para que ni siquiera te des cuenta de que te he seguido todo el camino hasta aquí?
Le miré sorprendido, pero inmediatamente una sonrisa se coló entre mis labios y me acerqué a él a paso firme. Me detuve a solo un paso de él mirando detalladamente cada facción de su cara, y sonreí mientras llevaba mi mano a su cintura. Era un acto tan natural, luego de la guerra, tanto él como yo habíamos tomado muy en serio no perder ni un solo minuto más en retenernos y fue así que una relación nació fluidamente con el paso de los días. Lu Xiao escuchó y llevó lentamente una de sus manos a mi cuello, deslizó sus fríos dedos por él hasta llegar a mi nuca y hábilmente me jaló hacia sus labios para sellar los míos con un corto beso. —¿Y bien? ¿Me dirás en qué pensabas?
Susurró suavemente separando solo milímetros nuestros labios. Sus ojos eran brillantes, tenían una luz en ellos que congelaban mi alma y hacían una explosión de sentimientos dentro de mí. Sus preguntas resonaron en mi cabeza y aunque no quería desperdiciar mi tiempo en tonterías, sabía que insistiría hasta que dijese lo que tenía en mi cabeza. De alguna forma sabía leerme de la mejor manera. —En ti...
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Bai Lian Hua
RomanceTítulo: Bái Lián huā Sinopsis: Liú Xīn es el guardia personal del príncipe Xuě Tiān, proveniente de un linaje de guerreros que ha servido al imperio de Wuya. A diferencia de sus antepasados, Liú Xīn, odia servir al consentido príncipe heredero y bu...