🌸Cuerpo y alma, son solo tuyos.🌸

40 6 1
                                    

⚠️ADVERTENCIA R18⚠️


—Vamos a la cama Huó gēge


Aquellas palabras habían salido sin escrúpulos de mis labios. Sentía mis mejillas arder y la sangre acumularse en mi cara, pero, aun así, la necesidad de mirarle a los ojos cuando se lo decía fue totalmente necesaria para respirar. Sus ojos brillaron con la suave luz que mantenía la claridad del salón, su respiración se hizo lenta pero pesada, y podía sentir cómo con aquella mirada me sometía de mil formas que van más allá de mi conocimiento. Su mano viajó a mis labios entreabiertos, deslizó su pulgar sin siquiera parpadear una vez, tomó mi barbilla y me besó lentamente, pero con tanta intensidad que sentí mis piernas temblar. Tuve que afirmarme de sus hombros; aun cuando estaba sentado entre sus piernas, no pude evitar suspirar y que mi cuerpo se derritiera entre sus brazos. Cada partícula de mí se entregaba a él como si fuera su dueño por completo, y es que lo era, pero la escena nublaba mi mente para pensar más allá. Suspiré entre nuestros labios cuando me permitió respirar, sentí una pequeña angustia cuando el roce entre estos se terminó. El sentimiento de un calor faltante era decepcionante, y precipitadamente puse mis manos en sus mejillas atrayendo su cara y besándole demasiado torpe y desesperado. Y es que, con la neblina en mi mente, lo único en lo que pensaba era en el calor abrazador en mi boca que se estaba expandiendo por cada lugar donde sus dedos se posaban. Escuché la suave risa salir de sus labios, el suave zumbido que emitía su garganta al mantener sus labios sellados con los míos, pero aun así no se separó. Deslizó sus manos con calma desde mis muslos hasta mi cintura, como burlándose de mi desesperación. Un pequeño gruñido de disgusto salió de mi pecho, en forma de protesta; no tenía tiempo para sentir vergüenza, no luego de mi desvergonzada conducta anhelante. Él separó nuestros labios luego de unos segundos donde acarició a completa merced mi cuerpo sobre las túnicas. Sus ojos brillaban, su mirada era tan intensa que sentí como si todo el aire de mis pulmones se hubiese escapado, él me sonrió cálidamente y dejó un pequeño beso en la punta de mi nariz calmando el ambiente. —Alteza, me encantaría seguir aquí, pero si alguien por alguna razón entra y lo ve en este estado, estoy seguro de que perderé la cabeza, y por el momento, todo ser es necesario para la guerra.

Sentí mis mejillas arder nuevamente, pero aun con sus palabras, el calor que encendió con sus besos y caricias estaba tan vivo que no pude evitar dejar escapar un bufido en protesta. Él rio suavemente y tomó mi mano, besándola con ternura y delicadeza. —Por lo que pido a su Alteza que me espere unos minutos a que pueda llevarlo a la habitación, estoy seguro de que será un lugar mucho más cómodo para satisfacer sus deseos...

Su otra mano se deslizó por mi columna y sus palabras salieron en un suave susurro que estremeció todo mi cuerpo, pero fue su última frase la que no pudo dejar que me sintiera completamente a gusto, y lo miré fijamente a los ojos, apoyando mis manos en su pecho y agarrando con fuerza sus túnicas. —¿Solo son mis deseos? ¿Huó-Er no quiere lo mismo?

No entendía por qué me sentía tan susceptible a cualquier rechazo, aun cuando sabía del devoto amor que tenía Liu Huó hacia mí; las palabras salieron incluso temblorosas, y sabía que mis ojos se empezaban a enrojecer anticipando cualquier respuesta negativa. Claro que esta nunca llegó; en cambio, mis labios fueron tomados nuevamente, pero esta vez el beso fue tan calmo y lleno de ternura que incluso sus labios frotaban los míos como si fuesen pequeñas caricias rogando sentir todo el amor que estaban transmitiendo. Su lengua viajó lentamente por mi boca, danzando lentamente junto a la mía, lamió mis labios por última vez antes de separarse y mirarme fijamente a los ojos. —Espere mil años a su Alteza, ¿cómo puede tener dudas de mis deseos? Si me retengo, es solo porque mi respeto y amor a su Alteza van mucho más allá de mi deseo carnal. Pero si su Alteza le da el honor de ser merecedor de sus propios deseos lujuriosos, entonces este servidor promete cumplir fielmente ante su Alteza.

Bai Lian HuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora