Bai Lian Hua

🌸Al pie de la guerra. El principio del fin 2/4🌸

La carpa había quedado vacía en un silencio incómodo, su Alteza me miraba con cierta confusión entre sus ojos y un altivo de miedo que provoco un casi imperceptible temblor en sus manos. Intente sonreír calmando sus nervios y me acerque lentamente hasta dejar un solo paso de distancia. Él me miro levantando sus orbes claros, pestañeó dos veces en silencio y sonrió una vez sintió mis manos envolver su cintura en acto de confort. Deje un minúsculo beso en su frente y deslice una de mis manos acomodando unas hebras de su cabello tras su oreja; él rio suavemente ante el acto y negó con timidez. -¿Por qué decir aquellas palabras de una forma tan seria, si luego calmaras mis preocupaciones de una manera tan dulce, rey Liu?

Sonreí ante sus palabras, tome su mano acariciando con mi pulgar y bese suavemente el borde de esta. -Porque la mirada de su Alteza me alerto de malentender la situación. Pero en efecto, lo que tengo que decir a su Alteza, no será para nada agradable.

Su Alteza asintió suavemente mirándome con más seriedad. Se alejó lentamente de mí y se sentó en una pequeña banqueta palmeando con su mano a su lado. -Bien, entonces ven, escucharé con atención lo que mi rey quiere informarme.

No pude evitar que mis labios se curvaran ante su forma tan traviesa de llamarme, pero su tono cálido y su voz suave, hizo qué tal expresión se sintiera en extremo cariñoso y adorable. Negué lentamente centrando mis ideas, me senté a su lado tomando su mano y lo miré con seriedad. -Antes de empezar, espero que su Alteza mantenga su mente abierta, por favor, no se precipite bajo ningún término, recuerde quien es y que peso tiene en esta guerra.

Su Alteza no logro esconder su confusión, pero aun así endureció levemente su mirada y asintió con seriedad. -Lo que sea que mi rey tenga para decirme, lo escucharé atentamente y lo tomaré con importancia que amerita la ocasión.

Asentí lentamente ante su confirmación, esperando qué tal noticia no afectará de sobremanera su estado de ánimo ante tal noticia, después de todo, ha vivido una vida de engaños, mentiras, llenas de venganzas e injusticias, y lo que menos espero hacer es sumar otra preocupación más a su afligido corazón. -Alteza, cuando comience la guerra, tal vez vea una cara conocida, tal vez aquella persona intente a acercarse a usted y tal vez intente convencerlo acudiendo a su bondad. Pero espero, que, si eso llegase a pasar, si esa persona llegase a estar en su presencia, no se deje guiar ante sus palabras, porque puedo asegurar qué tal vez aquellas causen mucho daño y le hagan dudar. Pero por favor Alteza, no olvide que a pesar de todo lo que pueda pasar y lo que puedan decir, yo siempre estaré para ti...

Su Alteza me miró fijamente como entendiendo mis palabras aun sin saber más, me sonrió cálidamente y guio una de sus manos a mi mejilla acariciando con mucha suavidad. -Puedes seguir, ten por seguro que nada me hará ir de tu lado... sin importar quien sea o que diga, sé cuál es mi lugar y sé dónde debo estar...

Él guio lentamente su mano desde mi mejilla hasta mi pecho, apretó firmemente sobre mis túnicas y sonrió cálidamente. -Este lugar, solo este lugar es donde pertenezco, porque soy el emperador jade de los cielos, y es el emperador de DíYú mi rey, mi hogar.

-Su Alteza me honra demasiado, pero tomaré sus palabras para siempre y las guardaré como el tesoro que son. Así mismo, tomaré el atrevimiento de perseguir con tal información. Alteza no intente retener su pesar ante las palabras que escuchara, tome mi hombro y mis brazos para expresar todo su disgusto y dolor...

Dos mil años atrás.

Fueron cientos de años de guerra en el plano dimensional, cientos de vidas con el poder de mantener el equilibrio fueron masacradas ante la codicia de uno de sus habitantes. Y fue luego de que solo uno de ellos quedará, que los tres reinos se vieron en la obligación de unir fuerzas como última medida ante la desgracia. Millones de seres inmortales y mortales murieron a causa de esta hazaña. Millones de seres dieron su vida para resguardar el equilibrio de la existencia. Fue una guerra de cientos de años, una guerra que pareció jamás llegar a su fin.