Quinta Essentia (Trilogía EXO II)

Capítulo 28 - La batalla entre la Luz y la Oscuridad

Kumrad miró desafiante a Mr. Luz y, con un gesto de la mano, le invitó a acercarse.

—Vamos —indicó—. Que comience el espectáculo.

El héroe, confiado, avanzó hasta ponerse a escasos metros de Kumrad. Cuando ambos estaban frente a frente, las calaveras emitieron un brillo violáceo. Una onda de energía salió de ellas. Una gran cúpula traslúcida, con un ligero tono violeta, se formó a su alrededor, rodeando al héroe y a Kumrad, aislándolos del resto del mundo.

—¿Qué es esto? —preguntó el héroe mirando el círculo a su alrededor.

—Esto es nuestro ring privado. Aquí solo estamos tu y yo. El alpha y el omega. El ying contra el yang. El bien contra el mal. Aquí se decidirá el destino del Universo.

—¿Qué pasará cuando esto acabe?

—¿Nunca te has preguntado como funcionan las calaveras de cristal? —le preguntó.

El héroe no respondió. Realmente, hasta ahora, no se había parado a pensar en ello. Se había centrado en impedir que Kumrad pudiera utilizarlas, y no había reparado en nada más.

—Que pregunta... Claro, tu solo eres un peón. Te dicen que las calaveras son malas y tu das tu vida para anular la amenaza. Sin hacer ni una sola pregunta —sonrió—. Las calaveras no son un arma. Son solamente partes de un puzzle.

—¿Un puzzle? ¿De qué hablas?

—Las trece calaveras de cristal no suponen peligro alguno. Es el secreto que esconden lo que las hace tan temidas. Secreto que será revelado al artífice del sacrificio.

—¿Qué secreto? —preguntó.

—La palabra.

Mr. Luz no entendió.

—Dios dijo: “Hágase la Luz. Y la luz se hizo.” —continuó Kumrad—. Fue la palabra la que creó el universo. Es la palabra quien codifica la luz. Y será la palabra quien lo destruya. Las calaveras esconden esa palabra y, cuando les entregue tu alma, me será desvelada.

«¿La palabra ? ¿Una palabra capaz de destruir el Universo?»

Kumrad lo observó, contemplando su desconcierto. Sabía que Mr. Luz no entendía nada. Al fin y al cabo era solo una marioneta sin conocimiento alguno. Solo una herramienta para intentar detenerlo. Pero esta vez nadie le detendría.