Capítulo 13 - La Diosa de la guerra

30 3 2
                                    

Su mirada, sensual y provocativa, desprendía locura e infundía verdadero terror. Pero, ante todo, transmitía una confianza y una seguridad en si misma difícil de entender ante la situación que se encontraba. Sin embargo ella estaba muy tranquila, sabía de lo que era capaz.

Tanto Naimah como el resto de oficiales que se encontraban en la sala de mando, ahora sellada, aguardaban con cierta incertidumbre a que la chica hiciera algún movimiento.

Adora paseó la mirada a lo ancho de la sala, observando a cada uno de sus enemigos. Algunos, confundidos, la miraban con asombro. Otros apartaban la mirada evitando encontrarse con sus ojos color miel. Naimah, ejerciendo de líder, fue el único que, impasible, le aguantó la mirada.

—¿Quién va a ser el primero? —preguntó desafiante.

Muchos de ellos dieron un paso atrás, por puro instinto, acongojados. Ninguno de ellos eran guerreros, eran ingenieros, pilotos o oficiales de mando. Ninguno tenía formación en el arte de la guerra. Ninguno excepto Naimah.

—Que esto sea entre tu y yo —dijo el líder de los grises, dando un paso al frente—. Deja a mis hombres al margen.

Adora lo miró durante unos segundos antes de responder.

—Si quieres ser el primero perfecto. No me importa el orden. Pero vais a morir todos —sentenció.

Hasta a Naimah le hizo dudar esa tremenda confianza que mostraba.

—Bien, empecemos —le dijo—. El resto esperad vuestro turno lejos de la puerta —advirtió—. Si a alguno se le ocurre la terrible idea de intentar abrir la puerta... morirá, de una manera mucho más dolorosa.

Dicho esto abrió ligeramente las piernas, las flexionó levemente y alzó los puños, preparándose para el combate.

Naimah, erguido en posición aparentemente relajada, esperaba a que fuera ella quien hiciera el primer movimiento. Adora aceptó la invitación y se lanzó hacia él a toda velocidad.

El gris pudo anticipar el puñetazo que la heroína le lanzó, consiguiendo bloquearlo, pero la potencia del golpe le hizo retroceder varios pasos. Acto seguido la chica soltó una serie de patadas y rodillazos que Naimah a duras penas pudo repeler. Él era capaz de anticipar los movimientos de los humanos, gracias a sus poderes telepáticos, pero con Adora le estaba resultando especialmente complicado, no solo por la velocidad de sus movimientos, si no porque parecía poder evitar que hurgara en su mente. Pero eso era imposible.

Quinta Essentia (Trilogía EXO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora