Quinta Essentia (Trilogía EXO II)

Capítulo 21 - El final de la pesadilla

El corazón le dio un vuelco y se despertó empapada en sudor frío. Había tenido una pesadilla escalofriantemente real... ¿o quizás era un recuerdo?

Desde que sufriera aquel extraño episodio al salir de la base Pandora, Adora estaba sintiendo cosas muy extrañas, tenía recuerdos que no entendía, sensaciones que nunca antes había tenido y ahora ese extraño sueño...

Adora se levantó de la improvisada cama que habían montado en la parte trasera de la nave con varios contenedores, mientras Mr. Luz y Gábriel seguían durmiendo a su lado. Sin hacer ruido, para no despertar a sus compañeros, se dirigió hacia una de las ventanas de la nave y se relajó contemplando la exquisita belleza que le brindaban las fabulosas vistas del espacio. Junto a ella se encontraba la pared que daba a la sala de mando de la nave, y la puerta estaba cerrada. Oyó como alguien hablaba al otro lado, así que aguzó el oído.

—Si, no te preocupes, vamos hacia allí...

No podía escuchar con claridad, así que acercó ligeramente la cabeza, cuando de repente la puerta se abrió y Enuk salió de ella.

Adora disimuló. El anciano pareció no darse cuenta.

—Ah, vaya, Adora... ya te has levantado, eh. Siento si no has dormido bien, las comodidades aquí son limitadas —se disculpó.

—No pasa nada, la cama estaba bien. Solo es que... tengo muchas cosas en la cabeza.

—Lo entiendo, ha debido ser muy duro —dijo mirando a los dos héroes que seguían durmiendo a pierna suelta—. Afortunadamente pronto acabará todo.

Adora lo miró con recelo. El hombre parecía buena gente, de hecho Mr. Luz parecía encantado con él, y su generosidad parecía sincera. Sin embargo no acababa de poder confiar en él. Le producía cierta desconfianza, aunque seguramente por culpa de su confinamiento durante su adolescencia que le había creado un carácter áspero y distante. Incluso con el héroe, al principio de conocerlo, se mantuvo distante y esquiva.

—Si, eso espero —contestó asintiendo con la cabeza y volviendo a mirar al espacio a través del cristal.

—Hmmm...

Mr Luz estiró los músculos antes de incorporarse. El descanso le había sentado fenomenal. Al levantarse comprobó que había sido el último en hacerlo y el resto de sus compañeros le esperaban en la parte delantera de la nave.

—Ah Rafael, justo a tiempo —dijo Enuk—. Nos estamos aproximando a nuestro destino. Aquel hermoso planeta verde es Oris, un vergel salvaje. Y tras él nuestro destino, Altedón.