Quinta Essentia (Trilogía EXO II)

Capítulo 25 - Iluminación

Al mirar a su alrededor comprobaron que se encontraban en una gran sala circular, con una intensa luz blanca iluminando la estancia. Habían mesas llenas de papeles y libros electrónicos, también holopantallas y dibujos virtuales a lo largo de toda la pared. Mostraban estadísticas y multitud de datos desconocidos. En el centro de la estancia había una estructura circular metálica, con varios agujeros de unos veinte centímetros, que permitían ver el interior. El extraño elemento violáceo revoloteaba inquieto en su interior. Sobre él, una base de cristal soportaba el peso de doce de las trece calaveras de cristal, dispuestas en círculos. Del interior del tanque metálico que contenía la Quinta Essentia salían pequeños filamentos , que parecían agujas de cristal, que conectaban con las calaveras. Y junto al extraño artilugio se encontraba Kumrad, sosteniendo en su mano la última calavera.

—Bienvenidos! —les recibe Kumrad efusivamente—. Muy bien, ya estamos todos.

Mira la calavera de cristal que tiene en su mano y la coloca en el pedestal de cristal, junto a las otras.

Los héroes miran la escena alarmados. ¡Acaba de juntar las trece calaveras!

—Noo —grita Mr. Luz y hace un amago de lanzarse hacia Kumrad. Adora también se prepara.

—¿Qué pasa? —pregunta Kumrad poniendo cara de sorpresa.

El héroe salta sobre él, con la velocidad de un rayo, y le asesta un puñetazo. Kumrad retrasa levemente la cabeza, para evitar el golpe, y, con toda la calma del mundo, asesta un rodillazo al héroe y con un puñetazo la manda volando junto a Adora.

—No seáis mal educados —le reprocha al héroe. Entonces se gira y observa las calaveras de cristal, las trece juntas y en círculo, conectadas mediante las pequeñas agujas de cristal con el tanque cargado de quinta essentia—. ¿Es esto lo que os preocupa? Claro, pensabais que con solo juntar las calaveras de cristal el universo sería destruido, ¿no? —sonrió.

El héroe se levantó del suelo con la ayuda de Adora.

—Tranquilos, no tenéis de que preocuparos. Al menos de momento —continua el malvado ser—. Hay muchas cosas de la leyenda que no son como las han contado. No basta con juntar las trece, como podéis ver. Falta algo más, que ahora os explicaré —hizo un pequeño inciso y se quedó contemplando a los héroes—. Pero, pasad. Poneos cómodos. Antes hablemos un poco, conozcámonos —les invita, con una sonrisa.

—Basta de juegos Kumrad! Vamos a acabar contigo —dice Adora.

—¿A qué vienen tantas prisas? —la analiza con la mirada—. ¿Realmente eres tú Isaiss? —escruta aún más—. No, solo es un fantasma, ¿verdad? Un fantasma que te asusta y atormenta, que te persigue incesante, intentando que la ayudes. ¿Me equivoco? —Kumrad levanta la cabeza y comienza a hablar al aire— No seas mala Isaiss. No te aproveches de esta pobre chica.

—Cállate —grita Adora.

—Pasaste una infancia muy dura por su culpa, ¿verdad? —parecía adivinar sus pensamientos—. Pobre jovencita, ¿te llamaban loca sin motivo? —guarda silencia un segundo, mientars la mira desafiante— ¿O es que estás completamente loca?