Capítulo 6 - El interrogatorio

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Poco a poco fue recuperando el sentido. Abrió sus grandes ojos lentamente, cegado por una luz que se encontraba justo encima de su cabeza. Todavía aturdido fue levantando la cabeza con dificultad, y pudo ver ante él a una pareja de humanos, los mismos que habían derribado su nave. De repente se dio cuenta de que se habían cambiado los papeles.

—Por fin despiertas —le dijo Mr. Luz acercándose lentamente.

—Teníamos muchas ganas de hablar contigo —añadió Adora con un tono pícaro y una oscura maldad en la mirada, apoyada en la pared más alejada.

El gris intentó revolverse, pero estaba de pies y manos atado a una silla de hierro, y esta agarrada al suelo. Tras varios ademanes desistió y después maldijo en su idioma.

—¿Qué es lo que buscáis de nosotros? —le preguntó el héroe, firme a su lado. El alien simplemente le miró durante un segundo y luego volvió a mirar al suelo, sin decir nada—. ¿Por qué nos hacéis esto? —insistió.

—No voy a deciros nada. Podéis matarme si queréis —contestó sin levantar la vista del suelo.

El héroe lo miró contemplativo. En su interior se lidiaba un conflicto emocional. Por un lado estaba furioso. Lo que estos seres le habían hecho a la humanidad no tenía perdón. Malvados, crueles y nada dialogantes. Ese gris sabía todo lo que él necesitaba averiguar, pero tenía una actitud tan arrogante... Le daban ganas de sacarle la información a golpes. Pero por otro lado, esas no eran maneras. Los grises eran crueles, pero él no quería convertirse en aquello que odiaba. Debían de haber alternativas sin usar malas maneras.

Adora, que hasta ahora había permanecido como espectadora, aprovechó el vacile de su compañero y se acercó decidida. Parecía haber aceptado la invitación del gris.

—Maldito bastardo —dijo con desprecio mientras le agarraba bruscamente del cuello, forzándole a mirarla —Te voy a matar, hables o no. La única diferencia será cuanto tiempo vas a sufrir antes de morir. Hazte un favor a ti mismo y dime: ¿Dónde coño lleváis a los abducidos?

Mr. Luz contempló sorprendido la escena. Vio verdadero rencor en la actitud de la chica.

El gris la miró a los ojos, e hizo un ligero movimiento con la cabeza, mientras su mirada seguía clavada en los ojos de la chica. Parecía escudriñar su mente.

Adora se incomodó. Soltó el cuello del gris y dio un paso atrás.

—Buscas a alguien... —dijo en un tono que no dejaba claro si se trataba de una pregunta o de una afirmación. La miró y una fina sonrisa se marcó en sus casi inexistentes labios —. No te molestes. Están muertos. Todos ellos están muertos.

¡Zass!

Adora, al escuchar esas palabras, le propinó una fuerte patada en la cara, haciendo que la silla se tambaleara, pese a estar bien sujeta. Estaba furiosa. El gris había conseguido despertar su lado más oscuro.

Quinta Essentia (Trilogía EXO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora